El artista español
Joan Ponç (1927-1984) y su relación con Joan Miró.
Joan Ponç i Bonet (Barcelona, 28-XI-1927-Sain-Paul-de-Vence,
4-IV-1984). Pintor formado en el estudio de la obra surrealista de Miró, de
Cézanne y de Klee, y del arte primitivo.
Miembro del grupo Dau al Set (1948-1953), Ponç decidió
salir fuera de Cataluña, apoyado en las recomendaciones de Miró y otros
conocidos, y entre 1953 y 1962 residió en Brasil, donde expuso en el Museo de
Arte Moderno de Sao Paulo. Retornó a Cataluña, donde residió en El Bruch
(Barcelona), Cadaqués y La Roca (Girona) y en los años 60 fundió sus primeras influencias
en un estilo propio de madurez, que buscaba una temática onírica expresada con
sencillez formal. Acabó enemistado con Tàpies, al que Ponç, Modest Cuixart y Baltasar
Porcel acusaban en lo años 60 de haber ninguneado y boicoteado la carrera de otros
artistas que le hicieran sombra.
Falleció de un infarto. Se había casado en 1969, tras mucho
años de convivencia, con Mar Corominas, que guarda un importante legado de
obras y documentos, en pugna con la Asociación Joan Ponç, vinculada al hijo del
primer matrimonio del pintor.
Su relación con Miró oscila entre una primera influencia desde 1947 y un rechazo posterior, pero mantuvo una cordial relación personal y Miró le ayudó mucho en sus primeros pasos profesionales.
Joan Ponç recibe al principio el influjo mironiano con cierta desgana, aunque el mismo Ponç (1972), que data el
primer encuentro con Miró hacia 1948, le ensalza: ‹‹Visito el “atelier” de Joan
Miró: Es como una visita sagrada a un lugar sagrado.››[1] Empero, según explica Brossa, Ponç
no admiraba por entonces su obra: ‹‹Li vaig presentar [a Prats] en Joan Ponç i
l’Antoni Tàpies i cada un per la seva banda es va fer amic d’en Prats, més especialment
l’Antoni Tàpies. Ponç anava sempre contra Joan Miró perquè no li agradava la
seva pintura. No li va agradar mai i considerava Joan Prats com una mena de panegirista
vivent de Joan Miró. Tàpies, en canvi, era al revès.››[2]
Poco después, en
1949, Tàpies, Ponç y otros jóvenes artistas catalanes de Dau al Set, son invitados
por Eugeni d’Ors a participar en la exposición del VII Salón de los Once en la
galería Biosca de Madrid (¿febrero-abril? 1950), junto a Dalí, Miró y Torres García,
como en un ritual de paso del testigo. Y en el otoño de 1953, Ponç, frustrado en su lucha
por salir adelante en Barcelona, viendo que París es inalcanzable durante su estancia en julio de 1953 y decide irse a Brasil, para lo que acude a Miró (entonces también en la capital francesa), quien
le ofrece toda su ayuda para introducirle con recomendaciones (se las entrega cuando ambos están en Barcelona) para los círculos artísticos de aquel
país: ‹‹Encuentro a Miró, conversamos, le hablo de mi proyecto de irme a
Brasil, y me dice: “Ven a verme antes de partir”. Al hacerlo me dio unas valiosísimas
cartas que me abrieron las puertas como por arte de magia››.[3]
El primer impacto de
Miró fue algo anterior, hacia 1947-1948, aunque Joan Brossa, Arnau Puig y Robert
S. Lubar opinan que fue más por afinidad intelectual que por un estudio consciente:
Ponç tomó el imaginario lírico de Miró lo necesario para adaptarlo a su propia
metamorfosis demoníaca de la realidad.[4] El mismo Ponç era reacio a admitir
esta influencia, como también negó la de Klee, pero su mundo onírico tiene evidentes
puntos en común en los signos de poderoso simbolismo que surgen de densos
campos de color, la distorsión de las formas, la inspiración en accidentes pictóricos...
La influencia de Miró se observa en el dibujo para la revista “Algol” de 1946, con sus personajes biomórficos de color rojo, la espiral y las estrellas, e incluso signos musicales tomados de las Constelaciones). Otras obras son Animal, paraguas y mano (1947, col. particular, Madrid), con su complejo repertorio de seres fantásticos y signos que reflejan un mundo onírico muy personal, lleno de obsesiones; el gouache Savis al capvespre
(1947), en el que casi todos los elementos están tomados de las pinturas oníricas
de Miró hacia 1924-1925, con deformaciones propias de las “pinturas salvajes”;
en cambio, la más personal suite Remordimientos (1947) parece inspirada,
sobre todo en la periferia de las piezas, por los símbolos y personajes de la serie
Barcelona, mientras que el cubismo y el arte africano dominan los personajes
centrales, como si estos estuvieran rodeados por el universo mironiano; Fantasía
(1947)[5], con su fondo cósmico surcado
de elementos oníricos, estrellas, bioformas..., y lo mismo en la grotesca y
brutal Composición (1947)[6], la teosófica Sin título
(1947)[7] y una pieza aparentemente
inspirada en el mundo primitivo, Klee y Miró, Alucinaciones III (1947)[8]; en cuanto a la suite Ariel
(1948), su influjo se advierte en las manchas libres de color que dan fuerza
expresionista al fondo y relacionan a Ponç con la vertiente más abstracta,
propiamente informalista, de Miró.
La historiografía ha
percibido el notable influjo mironiano.
J. M. Bonet (1993)
explica: ‹‹Ponç, que de todos los miembros del grupo es el único que se mantendrá
fiel hasta la muerte a la estética entonces definida por ellos, tiene él
también alguna obra temprana bastante mironiana, como Gall (1947) o Alucinación
(1947) o algún gouache de los años 1948 y 1949.››[9]
Llorens (2003) apunta
que hacia 1950: ‹‹no renunciava a una certa influència de l’espontaneisme simbòlic
de Joan Miró, sinó que mirava d’ennoblir-lo››.[10]
[1] Ponç. Cronología autobiográfica. <Joan Ponç>.
Barcelona. René Métras (abril-mayo 1972). / cit. Minguet. Joan Miró en el arte
español. Una aproximación cronológica (1918-1983). *<Ver a Miró. La
irradiación de Miró en el arte español>. Madrid. Fundació La Caixa (1993): 80./ cit. Lubar.
Joan Ponç. 1994: 586.
[3] Ponç. Cronología autobiográfica. cit. Lubar. Joan
Ponç. 1994: 589. Se refiere a una carta de presentación para Francisco Matarazzo
Sobrinho, que facilitó su entrada en el mundillo artístico de Sao Paulo. [Carta
de Joan Miró a Francisco Matarazzo Sobrinho, en Sao Paulo. Barcelona (11-XI-1953).
Archivos de la Fundação Bienal de Sao Paulo. cit. Lubar. Joan Ponç.
1994: 273. n. 93][.
Fuentes.
Internet.
Exposiciones.
<Joan Ponç. Capses secretes>. Barcelona. La Caixa (noviembre 1983). Cat. 185 pp.
<Joan Ponç>. Barcelona. Fundació La Caixa (23 enero-28 abril 2002) con 160
obras.
*<Del futuro
al pasado. Obras maestras del arte contemporáneo>. Zaragoza. Patio de la
Infanta, Ibercaja (2008): Alfonso de la Torre. Biografía (560-561). César López Osorno. Joan Ponç. El tiempo recurrente (562-564). Maria Lluïsa Borràs. Ponç. Pintor de un universo imaginario
(565-571).
<Joan Ponç. Diábolo>. Barcelona. La Pedrera (6 octubre 2017-4 febrero 2018). Reseña de Montañes, J. Á. El pintor de las tinieblas. “El País” (7-X-2017). [https://www.lapedrera.com/ca/exposicions/joan-ponc]
Libros.
Antolín Paz, M. (dir.). Diccionario de pintores y
escultores españoles del siglo XX. 1994: 3375-3377.
Bénézit, E. Dictionnaire
des peintres, sculpteurs, designateurs et graveurs. Gründ. París. 1976. 10 vols. Reed.
Jacques Busse (dir.). 1999. 14 vols. vol. 11, pp. 123-124.
Lubar. Joan Ponç. Polígrafa. 1994.
Omer, Mordechai. Universo y
magia de Joan Ponç. Polígrafa. Barcelona. 1972.
287 pp.
Santos Torroella (dir.). Enciclopèdia Vivent de la
Pintura i l’Escultura Catalanes. 1985: 2281-2292.
Artículos.
Redacción. Obituario. Joan Ponç, pintor y dibujante catalán. “El País” (5-IV-1984).
Martí Font, J. M. Joan
Ponç, reivindicado a los 25 años de su muerte. “El País” (5-V-2009) 40.
Bosco, Roberta. La
viuda de Joan Ponç reivindica al pintor a los 30 años de morir. “El País” (27-XII-2014) 40.
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