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viernes, febrero 16, 2018

La influencia noucentista en Miró del Cercle de Sant Lluc (1913-1919).

La influencia noucentista en Miró del Cercle de Sant Lluc (1913-1919).
*El capítulo del noucentismo continúa en otras entradas.


Sede en los años 1903-1936 del Cercle Artístic de Sant Lluc, en la Casa Martí, donde había estado antes la famosa cervecería Quatre Gats (1897-1903). [https://www.barcelona.cat/es/coneixbcn/pics/la-casa-marti-els-quatre-gats-92086027988]
En 1913 Miró se matricula el 15 de octubre en esta asociación de artistas que también funcionaba como academia libre de dibujo en sesiones con modelo. Entre otros, frecuentaban el Cercle el famoso arquitecto Antoni Gaudí, sus amigos Prats y Ràfols, y además allí Miró conoció a nuevos amigos: el orfebre Ramon Sunyer, al pintor Josep Obiols y a Vicenç Nubiola. Participó enseguida en las exposiciones colectivas de la institución, comenzando con la *<VIII Exposición del Cercle de Sant Lluc> en la Sala Parés de Barcelona (6-27 diciembre 1913), con obras de artistas tradicionales y jóvenes, incluidas tres pinturas, firmadas ya como “Joan Miró”: un paisaje y dos bodegones, al precio de 200 pesetas cada obra. Además, realiza desde 1913 y hasta 1918 varios cuadernos de desnudos, dibujos de bailarinas, personajes de circo y del music-hall, así como escenas de la calle y el puerto, que toma del natural al salir de la Academia y del Cercle, acompañado por Prats y después también por Gasch. El contacto con dicho ambiente, especialmente el directo con Torras y con tantos católicos conservadores, tanto de generaciones anteriores como de la suya propia (especialmente Ricart y Ràfols), había de influir necesariamente en sus ideas políticas y estéticas y desde entonces que Miró defiende acérrimamente un ideario político fervientemente nacionalista y catalán y propugna una moral muy católica y conservadora. Asimismo, reforzará el influjo estético noucentista que ya le impregnaba en la Academia Galí.

El Cercle Artístic de Sant Lluc fue un centro propagador de la posición ideológica del catalanismo más clerical de los hermanos Llimona y otros muchos artistas conservadores que seguían al obispo Torras. Muchos de ellos eran noucentistas, pero el Cercle no era un centro noucentista, aunque estuviera dominado hacia los años 10 por este movimiento, pues también había muchos modernistas (aunque fueran tan conservadores como Gaudí), simbolistas, academicistas, postrománticos, etc. Era una institución ciertamente ecléctica, lo que se conjuga bien con que el joven Miró no fuera un típico artista noucentista, sino que intentara moverse en sus márgenes.
Hacia 1913 Miró había cumplido veinte años y sus personales ideas estéticas evolucionaban hacia la oposición a las normas tradicionales con las que el noucentismo aceptaba convivir. En sus dibujos ya tantea un estilo personal a través de la transgresión de los sistemas tradicionales de representación. ¿Podrá este estilo transigir con el noucentismo? De ello devino una tensión que lleva a la inevitable ruptura hacia 1917.

N.B. y fuentes.
Uso aquí el término noucentismo (sin mayúscula y sin cursiva) para referirme al novecentismo del ámbito catalán, un movimiento muy amplio que desborda el espacio europeo. Lo usa por ejemplo Fontbona, aunque también se usan en castellano los términos novecentismo y Novecentismo e incluso el catalán noucentisme y Noucentisme.
Sobre este movimiento hay numerosísimos estudios, pero tal vez el más interesante por su excelente actualización y porque permite seguir buena parte del desarrollo historiográfico del tema es el catálogo de la exposición *<El Noucentisme, un projecte de modernitat>. Barcelona. CCCB (22 diciembre 1994-12 marzo 1995). *<Novecentismo y Vanguardia (1910-1936) en la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao>. Bilbao. Museo de Bellas Artes (2 marzo-24 mayo 2009). Comisario: Eugenio Carmona. Cat. 549 pp.
Entre los libros generales apunto:
Díaz-Plaja, Guillermo. Estructura y sentido del Novecentismo español. Alianza Editorial. Madrid. 1975. 346 pp. Se centra en la literatura pero es muy útil para el conjunto del movimiento.
AA.VV. El noucentisme. Cicle de conferències en el CIC de Terrassa, curs 1984/1985. Pub. Abadia de Montserrat. Barcelona. 1987. 216 pp.
Ors, Carlos d’. El Noucentisme. Presupuestos ideológicos, estéticos y artísticos. Cátedra. Col. Cuadernos de Arte. Madrid. 2000. 318 pp.
Vallcorba i Plana, Jaume. Noucentisme, mediterraneisme i classicisme: apunts per a la història d’una estètica. Quaderns Crema. Barcelona. 1994. 86 pp. Sobre la relación entre noucentismo y mediterraneísmo y en concreto las pp. 42-47 para la destacada influencia del poeta simbolista griego, en lengua francesa, Jean Moréas (1856-1910) en los orígenes clasicistas y mediterraneístas del noucentismo.

Otras fuentes útiles para resumir o puntos concretos son:
Bilbeny, Norbert. La cultura política del Noucentisme. “L’Avenç”, 124 (1989) 8-14, que trata sobre la relación entre cultura y política en la época del modernismo y del noucentismo.
Castellanos, Jordi. Raimon Casellas i el Modernisme. 1983. v. II: 7-40 sobre la relación de Casellas con el noucentismo.
Minguet, Joan M. El Noucentisme, 75 anys després. “El País”, Quadern 177 (18-II-1986) 4-5, que trata l’Almanach dels Noucentistes.

jueves, febrero 01, 2018

Los inicios de la relación y el matrimonio (1929) de Joan Miró y Pilar Juncosa.

Los inicios de la relación y el matrimonio (1929) de Joan Miró y Pilar Juncosa.


Foto oficial de la boda (12-X-1929). FPJM. 

Como hemos visto en otro apartado, Miró rompió en junio de 1928, poco antes de casarse, con su novia Maria Pilar Tei, por consi­derarla demasiado independiente.
La relación con Tei había interrumpido la vida libre y mundana que Miró llevaba en París, donde parece que tenía relaciones con otras jóvenes, como se deduce de algunas ambigüedades de su correspondencia íntima con Max Ernst en 1926, cuando salía probablemente con una joven llamada Yvonne, como explico en otro apartado, y con Pierre Loeb en 1929, que le inquiere cuando se casa con Pilar si desea que destruya la correspondencia con Bianca que guarda [Permanyer. Miró. La vida d’una passió. 2003: 90.], y lo corroboran los comentarios de Dalí en sus memorias acerca de Marguerite, una sencilla muchacha con la que Miró salía en las noches de bohemia parisina. Dalí (1942) explica: ‹‹(...) Marguerite era una muchacha muy esbelta, con una carita móvil como una nerviosa calavera. (...)›› y remarca que callaba tanto como Miró (Dalí le asociaba a un mochuelo): ‹‹(...) [Dalí] estaba ansioso por adivinar, perforando su doble silencio, la íntima relación ideológica que indudablemente existía entre ellos. (...)›› [Dalí. Vida secreta de Salvador Dalí. 1993 (1942): 224.] Permanyer apunta más rumores sobre una relación en París con una joven artista del espectáculo (¿Marguerite, Bianca u otra?) que le había hecho sufrir y añade una joven sueca. [Permanyer. Miró. La vida d’una passió. 2003: 90.] Sobre estos asuntos, cabe mencionar a la misma Pilar (1989), que explica sus celos por las mujeres que le rodeaban, mientras que él no era celoso: ‹‹Di me? Mi amava molto, ma... daltronde neanche io era gelosa di lui. Da giovane era pieno di donne che gli correvano dietro. Era un poeta, scriveva poesie. Comunque non era geloso... Forse, se gliene avessi dato motivo, ma così non era.›› [Renato Minore. Pilar, una musa pudica. <I Miró di Miró>. Roma. Academia Española (29 marzo-4 ju­nio 1989): 39.] Todo esto concluye en el verano de 1929.

Pilar había nacido en Palma el 18 de julio de 1904 y por lo tanto era once años menor que Joan. Era la tercera de ocho herma­nos, cuyos padres, Lam­berto y Enrique­ta, tenían no muy lejanos orígenes catala­nes. Había un estrecho parentesco entre Joan y Pilar, pues la madre de ella­, Enrique­ta Iglesias, era prima hermana de la abuela del pintor, y cuando En­ri­queta, la menor de doce herma­nos, que­dó huérfana, fue acogi­da y criada por los abuelos de Joan y así se hizo íntima amiga, casi como una hermana, de Dolors Ferrà, la madre de Joan. Cuando esta se fue a Barcelona, para casarse con Miquel Miró, Enriqueta se quedó en Palma, donde se casó con Lamberto Juncosa, que consiguió una excelente posi­ción económica como industrial y comerciante de muebles. A su vez, en un rasgo más de la endogamia característica de las relaciones familiares de la época, Lamberto Juncosa también era probablemente familiar cercano de Miró a través de la abuela materna de éste.


Lamberto Juncosa y su fabrica. [http://www.juncosa.com/somos.php?lng=es]

Un documento ilus­tra las relaciones fa­mi­liares de los Juncosa en Cataluña. Es un certificado de bau­tis­mo de Pilar Jun­cosa Ma­sip, probable­­mente tía de Pilar, en Jun­co­sa, parroquia del obis­pado de Lérida; era hija de Juan Junco­sa (de Cornudella, Tarra­gona) y Josefa Masip (de Lé­rida); los abue­los pa­ternos eran Juan Juncosa y Apo­lonia Ace­rias, y los abue­los mater­nos Miguel y Maria Tri­guell. El apellido Acerias, en castellano en el documento, se debe leer en catalán como Azerias o Adzeries, y es muy poco frecuente, pero existe la coincidencia de que la familia materna del padre de Joan Miró era también de Cornudella y se apellidaba Azerias, por lo que se puede especular con otro parentesco añadido entre ellos. [Partida de bau­tismo de Pilar Jun­cosa Ma­sip, en la parro­quia de Jun­co­sa, Lé­ri­da (22-XII-1866) fo­toco­pia en FPJM.]
Ambas familias, los Juncosa y los Miró, siguieron manteniendo una estrecha relación pese a la distancia, lo que posibilitó la relación entre Pilar y Joan.

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Colegio de las Trinitarias (o de la Santísima Trinidad), donde estudió Pilar. Hoy es la sede de la Galeria Pelaires.

Pilar se crió con sus siete hermanos vivos, los dos mayo­res, Lambert y Enric, y los cuatro meno­res, Josefa, Joan, Àngel i Lluís. [Juncosa, Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 30.] Estudió en el muy próximo colegio de las Trinitarias, donde ac­tualmente está el Centre d’Art Contemporani Pelaires de Josep Pinya. [Juncosa, Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 29.] En su ambiente familiar se amaba la música: Pilar y Jose­fa aprendieron piano con el profesor Francesc Real y luego con la profesora Carme Delgado (1897-1997), conocida pianista del cine Moderno. [Juncosa, Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 31.] Pero su formación de hija de pequeños burgueses apuntaba sobre todo a la vida como esposa, madre y dueña del hogar, por lo que también recibió clases de coser y bordar en un vecino taller de la calle Peraires, y además estudió rudimentos de francés hasta los 14 años.
Gracias a su cercanísima relación familiar y aunque distaban once años de edad, Pilar y Joan se conocieron du­rante su in­fancia y juven­tud, en los viajes de él a Mallorca en los primeros años del siglo, durante su servicio militar y en los primeros años 20. Al respecto, su cuñado Lluís Junco­sa recuerda: ‹‹Tenía once años [1904] cuando vino por primera vez a nuestra casa de Palma de Mallorca. Era la persona más extraña que había visto en mi vida. Su estancia entre noso­tros hizo que cambiáse­mos de costumbres.›› [Junco­sa, Ll. Declaraciones. “Pano­ra­ma” (26-IV-1993).] La familia siguió recibiendo al pintor y aunque desde 1910 sus visitas fueron menos frecuentes, Miró llegaba en su confianza a enviar amigos suyos a Mallorca en los años 20, para que lo recibieran los Juncosa, como ocurrió con Pierre Loeb y una amiga pintora, que hizo un retrato de Pilar, y a través de los cuales tuvo noticias de la joven. [Juncosa, Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 31.]
Pero lo más probable es que no se hubieran casado a no ser por una serie de coincidencias. Las bodas marcaron su relación. La primera vez que Joan se fijó en ella como mujer adulta fue en la boda de su hermana Dolors en Barcelo­na, con un terrate­niente gerundense, Jaume Galobart, en 1925, a la que asistió Pilar como dama de honor. Una celebración de boda que se hizo en el Ritz, uno de los locales más caros de la ciudad, sólo al alcance de las mejores familias de la burguesía, lo que prueba su excelente situación económica. Pero entonces le dijeron que Pilar tenía en Palma un pretendiente y Miró no dio ningún paso. Lluís Juncosa explica su reacción:
‹‹La germana d’en Joan, Maria Dolors, es va casar [1925] amb un te­rratinent, en Jaume Galobart. A les noces varen ser invitades la meva mare i na Pilar, que tenia divuit anys. Varen fer el banquet a l’hotel Ritz. Na Pilar anava molt elegant amb un ca­pell adornat amb péls de monea. En Joan va quedar molt impres­sionat per la cosineta i va voler asseure’s, a la taula, al seu costat, pero algu li va dir que ja festejava i el seu disgust el va manifestar amb aquesta frase: “Doncs m’asseuré al costat del mossèn!”›› [Juncosa, Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 32.]

Luego llegó la relación de Joan con Maria Pilar Tei, que le ocupó dos años (verano de 1926-verano de 1928) y que fracasó justo al final. Nuevamente una boda les reunió pues Joan viajó a Palma para la Semana Santa de marzo de 1929 para pasar unos días de vacaciones, coincidiendo con los preparativos de la boda de su primo Enric Juncosa. Ella ya estaba libre de compromiso, así que la pudo acompañar en las procesiones (recordaba que iba vestida con peineta y man­tilla, como era de pre­cepto). De este mes de marzo es el primer documento sobre su relación, una felicitación que por su contención parece previa al noviazgo: ‹‹A Pilar Juncosa, en bon record. Miró. III-1929›› (FJM 4350).
Es probable que él entonces ya llevara la intención de casarse. Pilar sugiere esto al precisar que él no tenía una personalidad im­pulsiva: ‹‹No, muy al contrario, era tremendamen­te reflexivo, se lo debía te­ner muy meditado cuando me lo pro­puso.›› [Juncosa, Pilar. Declaraciones. cit. “La Vanguardia” (20-XII-1992).] Buscaba, como hemos visto en los apartados dedicados a su proyecto personal y su ideología, y lo prueba su antedicha ruptura con Tei, encontrar una mujer tradicional, que cuidase del hogar y la familia, en la senda de una misoginia muy generalizada en aquella época. Sigmund Freud, en su correspondencia con su novia Martha Bernays, puntualizaba sin rubor que quería una mujer convencional, y Gustav Mahler exigía a su esposa Alma que se le consagrase por entero.
En este sentido, Pilar Juncosa fue una pareja perfecta para Miró,   que escri­be a Gasch en el otoño de 1929, poco antes de su boda: ‹‹Lo de Ma­llor­ca, admi­ra­ble. Peti­ción de mano y casa­ment el 12 d’oc­tu­bre a Palma. Amb la Pilar Jun­co­sa, que és la noia més her­mosa i més dolça del món i sens màcu­la d’in­tel·lec­tuali­tat.›› y Lluís Juncosa lo corrobora, después de citar este texto: ‹‹Aquesta afir­mació final era molt significativa per comprendre el verta­der motiu per a rompre el seu anterior compromís matrimo­nial.›› [Juncosa, Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 34.] Que­ría una esposa, madre y ama de casa tradicional, y le aterraba, según sus íntimos, la perspectiva de vivir con una mujer independiente e inte­lec­tual. Permanyer (2003), en cambio, apunta que con el tiempo tal vez se arrepintió: ‹‹Sospito, tot i això, que més endavant no n’estigués potser tan convençut ja que ella no entenia l’artista que tenia per marit i no s’amagava de manifestar-ho, fins i tot quan ja era admirat arreu del món. En aquest sentit, doncs, la seva soledat familiar va ser absoluta.›› [Permanyer. Miró. La vida d’una passió. 2003: 88.]
Joan Miró retornó en la primavera de 1929 a Barcelona y viajó a París, Bruselas y Amberes, desde donde enviaba postales a su prima. Volvió pronto a la isla, en junio, para asistir a la boda de su primo Enrique Juncosa, y nuevamente a mediados de julio, y esta vez se quedó hasta deci­dirse y entonces todo fue bastante rápido: la declaración el 17 de julio en un paseo de los dos en s’Aigo Dolça (un local de ocio situado entonces junto al muelle de Palma), la peti­ción de mano poco después a los padres de ella y la boda el 12 de octubre, con la sola interrupción de algunos breves viajes a Barcelona y Mont-roig para solucionar problemas.

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S'Aigo Dolça (o S'Aigua Dolça), se llamaba así por un manantial de agua dulce. Miró se declaró aquí a Pilar, y además en los años 40 veranearon a menudo con los Juncosa en un edificio justo a la derecha del Hotel Victoria, visto desde el mar. [http://fotosantiguasdemallorca.blogspot.com.es/2010/11/1943.html]

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Iglesia de Sant Nicolau, donde se casaron (12-X-1929).

La relación contaba con el beneplácito de sus respectivas madres, que vieron el desenlace con sumo agrado, porque aunque él fuera un artista, pertenecía a una familia de buena posición económica y “todo quedaba en familia”, siguiendo una vieja tradición catalana. Miró decía: ‹‹Mi madre se alegró mu­cho de este casamiento. Ella pensa­ba que Pi­lar me ayu­daría a sentar la ca­beza.›› [Miró. cit. “La Vanguardia” (20-XII-1992).]
Pilar (1992) resume, con algunas elipsis, esos ajetreados días:
‹‹Le conoz­co de toda la vida, mi ma­dre y la suya eran como her­manas y la mía le quería como a un hijo. El día de la boda de mi her­mano Enri­que, vino Joan a Ma­llorca para la ocasión. Hacía tiem­po que no le veía, él vivía en París y en aquel momento había estado en los Países Bajos donde acababa de pintar Inte­rior holandés. Yo esperaba que vi­niese ya mayor, con barba o algo así, piensa que él me llevaba más de diez años, pero, por el contrario, lo en­contré muy jo­ven y bien parecido. Aquel día me cogió y me dijo: “tu m’agra­des molt” y a mí me dio un cosquilleo por todo el cuer­po. Esto ocu­rrió en julio de 1929 y a los po­cos días me dijo que nos tenía­mos que casar el día de mi san­to. Este fue nuestro corto noviazgo.›› [Juncosa, Pilar. Declaraciones. cit. “La Vanguardia” (20-XII-1992).]
Pilar se extiende luego en sus explicaciones sobre los inicios de su relación:
‹‹Joan era tan... tan mirat, que com que al casament de la seva germana li havien dit que jo ja festejava, no em va voler dir res i desprès, una vegada, quan jo ja no tenia novio, va venir a Palma i es veu que li vaig agradar, que continua­va agradant‑li, va venir i quan se’n va anar m’escrivia postals, i jo... en rebre‑les me posava vermella. Mon pare deia: i ara, que li passa a aquest. Llavors m’enviava postals, des de Bru­xel·les i així, i jo pensava: i ara, què li passa a aquest...?. Era onze anys major que jo, pero jo el trobava molt jove i molt... educat, sobretot, i molt amable i jo... tantes postals com m’enviava!... I un dia va venir a Palma a passar uns dies i va dir als meus pares que si el podien convidar a les noces de l’Enric, que es casava el juny, i mon pare li diguè que com ell volgués, perquè mon pare també l’estimava molt, el coneixien des que era petit, des que va nèixer, ma mare era com una ger­mana amb ma sogra i el coneixia de tota la vida, l’estimava molt, ma ma­re, mon pare també pero no tant com ella. Ma mare s’indignava amb els pares d’en Joan, sa mare plorava quan li demanaven Què fa el seu fill?, per la pintura, i se posava... feia aixi, com si fos un tocat des boll, perquè li pa­reixia una pintura boja. Ma mare deia: Jo no hi entenc res pe­rò..., era quan pintava l’Interior holandès, imagina’t, ma mare deia: fa una cosa preciosa, jo no entenc la pintura aques­ta, però és preciós. Llavors va venir pel casament del meu germà Enric i em va dir: Jo fa anys que estic molt enamo­rat de tu i, te sabria greu que t’estimès? I jo li dic: M’estimo més que m’estimis que no... Res, ara m’estic emocionant, per això,... Joan em va dir: Com que ja ens coneixem molt i jo t’estimo molt des de fa temps, crec que podriem casar‑nos el dia del teu sant, i jo vaig pensar de l’any que ve, i no: era aquell mateix any i jo em vaig quedar sense saber què fer. El meu germà Lambert me deia: No li diguis que sí si no t’agrada, només perquè és de la familia i tot això; si no t’agrada, res, no ens vinguis ara amb casaments perquè sí. Perquè, la veri­tat, una cosa tan ràpida... Pero Joan era així, quan una cosa li agradava deia: “Per què hem de esperar?”.›› [Juncosa, Pilar. Monòlegs d’una bella memòria, en Juncosa; et al. Estel. 1994: 15-16.]

Lluís Juncosa (1992) se explica con notable precisión sobre el noviazgo y la boda:
‹‹La mare d’en Joan Miró i la de Pilar havien viscut jun­tes durant la infància i sempre varen tenir una relació molt estre­ta. Crec que la mare d’en Joan, després del disgust amb la pri­mera Pilar, va pensar amb la segona, que savia que no havia passat desapercebuda al seu fill. El fet és que un bon dia va venir en Joan a passar una temporada amb nosaltres a Son Arma­dans, a Villa Enriqueta. Al meu germà Àngel i a mi ens va im­pressionar molt. Anava pentinat diferent a tothom i els ca­bells, llisos, li tapaven una mica el front. Es llevava prest, feia gimnàstica, saltava a la corda com un boxador i, el que era més impressionant, es dutxava cada dia. Era molt educat, vestia molt correctament i era molt agradable amb nosaltres. A mi em va ensenyar a posar‑me en la posició correcta per boxar. Ho havia après d’en Hemingway a París. Passats uns mesos es va fer convidar a les noces d’Enric: el març de 1929, i passà uns dies a Palma. Després d’questa primera presa de contacte va tornar a venir però aquesta vegada ja amb l’objectiu ben defi­nit de declarar‑se a Pilar, cosa que va fer passejant amb ella per s’Aigo Dolça. Varen festejar tres mesos i es varen casar el 12 d’octubre de 1929, a l’església parroquial de Sant Nicolau. El banquet el va servir l’hotel Victoria a la nostra casa de Son Armadans. Varen anar a passar la lluna de mel a l’hotel Illa d’Or del Port de Pollença, que encara existeix. Refor­mat, és clar.›› [Juncosa, Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 33.] De acuerdo a esta información pasaron la luna de miel en el hotel Illa d’Or (fundado ese mismo año 1929) del Port de Pollença, pero Miró le dijo a Dupin que en Formentor [Dupin. Miró. 1962: 198] (el hotel Formentor, también en una península del Port de Pollença, abrió en mayo de 1929, pero probablemente Miró se refería a la zona de Formentor y no al hotel mismo); en todo caso que ambos fueran hoteles caros remarca la desahogada situación económica de la familia entonces.

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Tuvieron pronta descendencia puesto que Maria Dolors nació a los nueve meses y 19 días de la boda, el 31 de julio de 1930. Malet (1983) resume así la información sobre el inicio del matrimonio:
‹‹El 12 de octubre de 1929 Joan Miró se casa con Pilar Jun­cosa en Palma de Mallorca. El nuevo matrimo­nio se ins­tala en el nú­mero 3 de la parisina rue Fran­cois Mouthon. La situación eco­nómi­ca no permite a Miró te­ner un taller, lo que le obliga a traba­jar en una de las habi­taciones del aparta­mento. Con su esposa realiza frecuentes via­jes a Mont‑roig y Barcelona, don­de el 17 [sic, 31] de julio de 1931 [sic, 1930] nace­rá su hija única, Maria Do­lors.›› [Malet. Joan Miró. 1983: 13.]

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Joan y Pilar con su hija Dolors en París hacia 1930.

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Joan y Pilar en la azotea de la masía de Mont-roig hacia 1947. FPJM. [https://miromallorca.com/es/fundacion/joan-miro-i-pilar-juncosa/]

El matrimonio les fue muy bien a ambos. Ella se encargó desde entonces de los asuntos domésticos, para los que él era un negado, y fue un importante estímulo creativo en cuanto fue la garantía del reposo y la tranquilidad que él necesitaba para trabajar en so­litario, aunque  no fuera tan significativa como con las relaciones amorosas que tanto favorecieron la crea­ción en destacadas parejas de la misma época como los Delaunay o los Mal­raux [Chadwick y Courtivron en Signi­ficant Ot­hers. Creativity and Intimate Partners­hip (1993). Sobre la influencia de sus mujeres en varios de los pintores españoles del siglo XX como Miró, Picasso, Chillida, Tàpies, Antonio López, Cristino de Vera..., véase Sierra, Rafael. El “pilar” de los artistas. “El Mundo” (9-XII-2000) 62].
Pilar Juncosa (1989) explica que él no era avaricioso y que era ella la que más se preocupaba por las finanzas: ‹‹(...) Joan non amava il denaro, non ci pensava. Ero io che lo volevo, è il mio carattere. Joan se ne dimenticava, gli bastava lo stretto necessario. Certi prezzi non gli semblava onesti. (...) Troppo denaro per lui non era onesto, preferiva prezzi normali. Vendeva a buon mercato. Al suo intermediario per le vendite diceva talvolta che aveva esagerato. Glielo ripeto: era molto onesto, aiutava i giovani, faceva per loro tutto il possibile. (...)›› [Renato Minore. Pilar, una musa pudica. <I Miró di Miró>. Roma. Academia Española (29 marzo-4 ju­nio 1989): 41.]
Dolors Miró (1999) recuerda que su madre: ‹‹Mai no voler immiscir-se en el seu treball. Tampoc no participava en discussions relacionades amb la situació política, social o cultural del país. No s’interessava gaire per l’art i la literatura (...). Ma mare, en ser una persona simple, modesta i conformista que es veié obligada a interrompre la seva educació als catorze anys, no solia interferir en els projectes del meu pare i es preocupava, sobretot, per la seva salut i el seu benestar.›› [Dolors Miró. Entorn a Pilar. <Joan Miró. Homenatge a Pilar Juncosa>. Palma. FPJM (12 octubre 1999-30 abril 2000): 16.]
Dupin (1999) resume al respecto: ‹‹Ella era en efecto, la Pilar, el pilar, un soporte, el equilibrio para el creador al que estaba ligada. Pilar, un pilar de transparencia, de extrema ligereza que apuntalaba sin pesar››. [Dupin. <Joan Miró. Homenatge a Pilar Juncosa>. Palma. FPJM (12 octubre 1999-30 abril 2000).]