El artista francés André Derain (1880-1954) y su influencia sobre Joan Miró.
André Derain
(Chatou, c. París, 17-VI-1880-Garches, Chambourcy, 8-IX-1954) es un pintor, escultor (más de 150 obras), decorador y teórico
francés. Supera el
destino comercial que le reservaba su padre (como Miró) y se dedica a la pintura
y la ilustración muy pronto. Estudia arte en París (1898-1899): en Chatou, donde conoce
a Vlaminck, y en la Academia Carrière, donde intima con Matisse, con el que
pinta un tiempo en el sur de Francia. Expone sus obras de intenso colorido en
1905 con el grupo de los fauves en
el Salon d’Automne, en un periodo que puede ser considerado plena pero brevemente
fauvista, en 1905-1907.
Autorretrato.
El taller de Les Fusains en la rue Tourlaque, en el que se instaló Miró en 1926. Derain tuvo su taller en el mismo sitio al menos desde 1907 (algunas fuentes señalan 1906).
Vuelve a vivir en París
desde 1907, en la rue Tourlaque —donde también residirá Miró en 1926-1929—, y
expone a menudo en conocidas galerías y asimismo su obra figura en múltiples
reproducciones de revistas, lo que favorece su conocimiento entre los jóvenes
pintores.
De 1908 a 1910 es influido por Cézanne, el cubismo (así como él mismo
influye en Picasso, de quien es amigo desde 1906) y el arte africano, de modo
que el fauvismo deviene en
postfauvismo cercano al cubismo en sus paisajes de los años 10..
Después de la I Guerra Mundial vuelve a la tradición figurativa, con un
clasicismo académico influido por el Trecento italiano, el Renacimiento
francés, los Carracci y Corot.
En los años 20 Derain
se decanta por un retorno a la tradición figurativa, de un clasicismo académico
influido por el Trecento italiano y el Renacimiento francés, lo que le aleja
casi definitivamente de las vanguardias, justo cuando el “retorno al orden”
consagra a Derain en el aprecio del público y de parte de la crítica. Es
entonces cuando André Lhote le reconoce como “el más grande pintor francés
vivo”, y cuando le admiran André Masson, Alberto Giacometti o el crítico Jean
Leymarie.
Árboles en Colliure (1905).
Vista de París.
La danza.
Su tibieza frente al
invasor alemán lindó con el colaboracionismo y en 1941 viajó a Alemania en un montaje oficial, lo que le desprestigió
gravemente: Alfred Barr explicará en el boletín del MOMA que un antiguo amigo,
Picasso, en 1945 llegó a comentar que merecía ser fusilado.
En 1946-1948
realiza esculturas de un acusado primitivismo y arcaísmo, pero entonces ya no era una novedad y fue relativamente marginado en exposiciones y el mercado artístico.
Falleció atropellado por un automóvil, una muerte similar a la de su amigo Maurice Denis.
La influencia sobre Miró.
Las obras postfauvistas
de Derain de los años 10 podrían parecer una influencia poco perceptible sobre la
formación a distancia de Miró en Barcelona, tanto por reproducciones
como por la lectura de sus teorías, pero una observación atenta permite reconocer grandes afinidades y la coincidencia
de algunos intereses: destacan el ejemplo de superar el destino
comercial que les reservaban sus respectivos padres, para dedicarse a la
pintura; su puro y primitivo colorido (Derain decía que los colores eran “cartuchos
de dinamita” y “tremendas descargas de luz”; Miró que eran “puñetazos”); la estructura
con una depurada composición mediante el equilibrio cromático (proveniente de Cézanne más que de
Picasso) y el colorido plano como vemos al comparar Puente
sobre el Riou (1906) [Óleo sobre tela (82,5 x 101,6). Col. MoMA] con las pinturas mironianas de
hacia 1915-1916.
Miró podrá contemplar
de primera mano su obra desde su llegada a París en 1920, en un momento en que el
francés es un postfauvista todavía gracias a su colorista decoración, aunque ya
sobre temas y composiciones neoclasicistas al modo de Ingres, o, menos frecuentemente,
al de Corot, Cézanne y otros modelos que también Miró tomará como referencias en
distintas épocas. En noviembre de 1920 escribe a Ràfols: ‹‹En la Francia actual
sólo venero a Picasso, Derain, Matisse y Braque, los otros me dan igual.›› [Carta de Miró a Ràfols. París (18-XI-1920). cit. Soberanas; Fontbona. Miró. Cartes
a J.F. Ràfols, 1917/1958. 1993: 46. Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 75. / Rowell. Joan Miró. Écrits
et entretiens. 1995: 87. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones.
2002: 126.]
Miró todavía comenta
en una carta a Cassanyes en 1923 (no publicada) que admira la disposición clasicista
de las figuras de Seurat y Derain, con la misma dignidad y ley de equilibrio
que las columnas de un templo griego. [Comentario
extraído de una carta de M.A. Cassanyes a Miró, en Mont-roig. Sitges (7-XII-1923)
FPJM.]
En una carta de 1932 a Gasch repite su admiración
por Derain, para el ballet del mismo año de Balanchine La Concurrence: ‹‹Ara en Derain està treballant en el seu decorat
que és potser lo millor que ha fet.›› [Carta de Miró a Gasch. Montecarlo, Hotel
Bristol & Majestic (9-IV-1932) FJM. Cit. Gasch. L’expansió de l’art
català al món. 1953: 102. / Malet. Jeux
d’enfants. <Miró en escena>.
Barcelona. FJM (1994):
114. / Lax; Bordoy. Cronología, en AA.VV.
Miró. Fundació Pilar i
Joan Miró a Mallorca. 2005: 524, n. 475.]
Ambos admiran en los
años 30 el primitivismo del arte africano y lo coleccionan con pasión, y a Miró
le influenciarán más tarde sus impresiones de las “negras manos” en una reproducción
de “Minotaure”, 6 (invierno 1935). Ambos comparten asimismo el interés por el
volumen, que llevará al francés a cultivar la escultura en la vejez como vemos
en sus primitivas piezas de 1946-1948.
Pero en 1977 Miró relativizará
el valor retrospectivo que le merecía su obra hacia 1923-1924, lo que se explicaría
porque el catalán entre 1920 y 1923 había cambiado su propio estilo: ‹‹En la
Rue Blomet se hablaba mucho más de pintura. Así fue como a Masson empezaron a
gustarle los cuadros de Derain y esperaba mucho de él. Yo no. (...)›› [Miró. Rue Blomet. Texto transcrito por Dupin (1977).
Reprod. Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 102. / Rowell. Joan
Miró. Écrits et entretiens. 1995:
115. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 163.]
Con todo, Miró no podía
dejar de reconocerle su gran valía como artista y, como homenaje, una obra suya
figura en la colección permanente de la FJM desde 1986.
Fuentes.
Internet.
Exposiciones.
<Derain>. Roma. Villa Medici
(noviembre 1987-enero 1977). Cat. 163 pp.
<André Derain: 1880-1954. El pintor
del malestar moderno>. Madrid. Museo Thyssen-Bornemysza (1995). Cat.
Textos de Tomás Llorens et al. 217 pp.
<Derain>. París. MNAM (1994)
y Madrid. Fundación Thyssen-Bonemisza (1995). La mayor retrospectiva.
*<Fauves>.
Sydney. The Art Gallery of New South Wales (1995-1996). Cat. Freeman. Derain: 54-111.
<Derain>.
Valencia. IVAM (12 diciembre 2002-23
febrero 2003) y Lausana. L’Hermitage (2003). 98 obras (pinturas, acuarelas,
grabados, cerámicas y, sobre todo, esculturas. Comisario: Rudolph Koella.
<André Derain. 1904-1914 La décennie radicale>. París. MNAM (4
octubre 2017-29 enero 2018). [https://www.youtube.com/watch?v=ugYmM7VtSpE]
Libros.
Bénézit, E. Dictionnaire
des peintres, sculpteurs, désignateurs et graveurs. Gründ. París.
1976. 10 vs. Reed. Jacques Busse (dir.). 1999. 14 vs. Vol. 4, pp. 458-461.
Bordskaia,
Natalia. André Derain. En los Museos de la URSS. Aurora. Leningrado. 1981.
Lee, Jane. Derain.
Phaidon. Oxford. 1990. 144 pp.
Artículos.
Chassey, Eric
de. Derain fauve, cubiste et collabo? “Beaux Arts”, 128 (XI-1994) 74-85.
González García, Ángel. Las negras
manos de Derain. “Arte y Parte”, Madrid, 1 (II a III-1996) 106-119, reprod.
en El resto. Una historia invisible del arte contemporáneo. Museo de
Bellas Artes de Bilbao y Centro de Arte Reina Sofía. Madrid. 2000: 121-129.
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