La influencia de los grandes maestros clásicos en Miró.
Mantegna. San Sebastián. Col. Louvre,
¿Qué maestros y movimientos
anteriores a las vanguardias influyen primero en Miró, desde la iconografía más
tradicional y reconocible hasta el colorido o el dibujo, y en cuanto a las ideas
de la vanguardia, el compromiso, la transgresión? La lista es inmensa. Entre los
clásicos tenemos a los primitivos flamencos, renacentistas como Mantegna y Rafael,
barrocos tardíos como Goya, neoclásicos como David e Ingres, el realista Courbet,
figuras independientes como Corot y Manet, los impresionistas y posimpresionistas,
Van Gogh y Cézanne, los fauves y los
cubistas, los futuristas...
Me centraré en unos
pocos, aunque significativos. Miró nunca los copia o imita servilmente, pues comparte
el parecer de Cézanne, que alerta de ‹‹¡Cuidado con el maestro influyente!›› o
de Matisse, que en sus últimos años advertía a los jóvenes: ‹‹Cuando se imita a
un maestro, la técnica del maestro estrangula al imitador y forma a su alrededor
una barrera que lo paraliza.››[1] Al respecto, Beaumelle (2004) proclama la agresividad de nuestro artista:
‹‹Miró fréquente assidûment les musées comme le Louvre, puis le Prado, non comme
Picasso pour s’approprier d’autres vocabulaires picturaux, mais au contraire pour
les renverser, les pulvériser.››[2]
Miro y los grandes maestros clásicos.
Es particularmente interesante la cuestión de la apropiación por las vanguardias
de los estilos y de las obras de los grandes artistas clásicos. Y se puede adelantar
que si Miró encontró un campo especial éste fue el de la pintura flamenca y holandesa,
tratado aparte.
Hay un amplio y diverso elenco: Mantegna,
Rafael, El Greco, Velázquez, Zurbarán, Poussin, David, Ingres, Corot…
Sin duda conoció sus
obras relativamente pronto, en la Academia Galí, donde se discutía a menudo de
los clásicos, y los tenía como referencia en su pintura de los años 10, pero el
impacto más profundo llegó a partir de sus estancias parisinas en los años 20,
donde podía acudir a menudo al Louvre, la catedral del clasicismo, donde admira
en especial a tres pintores clásicos por excelencia, Rafael, David e Ingres. Y
también aprende en otros museos, tardíamente en el Prado, que despierta un sentimiento
ambivalente en él, como cuando declara a Ràfols en 1928: ‹‹El Museo del Prado, como el
del Louvre, me parecen viejos libros de biblioteca, sin humanidad.››[3]
En sus clases de
dibujo anatómico en el Cercle de Sant Lluc en 1913-1918 probablemente conoció
el libro póstumo de Durero Tesoro de las
proporciones del cuerpo humano, que en sus varias versiones en otras
lenguas fue un muy usado texto académico en las escuelas de arte. Este temprano
influjo de Durero se revela en la cabeza anatómica dureresca de 1915 que Miró
dibujó en la cubierta de un catálogo de la exposición de obras desde el siglo
XV al XIX en La Cantonada de Barcelona (17-20 abril 1915).
Pero cambia con el
paso de los años, como cuando le cuenta a Del Arco en 1951 que conoce a fondo el Museo del Prado,
con maestros (e incluye entre ellos sin más a Matisse) que considera grandes pintores
sobrepasados por el tiempo, pero que aún hoy merecen una enorme admiración, puesto
que su pintura está viva: ‹‹Cuando produce un choque; lo produjo Velázquez,
Goya, El Greco, Matisse... Un gran pintor se limita a entreabrir una puerta y
luego viene gente más mediocre que él y empuja y crea una escuela››.[4] Añadirá en sus viajes más museos:
Ámsterdam (el Rijksmuseum), Londres (la National Gallery y la Tate Gallery),
Nueva York (el Met y el MoMA), Roma (los Museos Vaticanos, la Galleria d’Arte Moderna)…
Volviendo a Rafael,
David e Ingres, los tres, más la recuperación del clasicismo grecorromano, Giotto,
Poussin..., todos ellos mediterráneos, enlazan con el novecentismo catalán y con
el “retorno al orden” —de la expresión “vuelta al orden” o “llamada al orden”, rappel
à l’ordre, acuñada por Jean Cocteau después de la Gran Guerra— clásico o neoclásico
de los cubistas, todos menos Léger, visible ya en 1914 y durante los años bélicos,
y mucho más en la posguerra, desde 1919 y a lo largo de los años 20.[5]
Al respecto, Carmona
(1993) considera incluso que Miró fue el primer vanguardista español (se sobreentiende
que el autor no incluye a Picasso y Gris porque los sitúa en el foco francés) en
“volver al orden”: ‹‹(...) la peculiar recepción española del “retorno al orden”
se encuentra detrás de experiencias vividas de forma personal. No hay
que olvidar, por ejemplo, que Miró, entre 1919 y 1922, fue el primero en plantear,
aunque con un código figurativo peculiar, el encuentro con lo objetivo. (...)››[6]
Miró buscará un clasicismo
actualizable, entroncado con los hallazgos de Cézanne y de Picasso, en un camino
en el que el impulso es la fuerza de la naturaleza más prístina. Como siente
Miguel Ángel y dice Durero, “El arte está en la naturaleza, de allí hay que
extraerlo”. En 1920 la influencia del foco parisino le lleva al estudio más íntimo
de las vanguardias, pero con atención a las raíces más clásicas, hasta que un par
de años después, como expresa Miró en 1922 en una carta a Tual, Picasso ha sustituido
a Rafael e Ingres como su primer referente: ‹‹Vous connaissez déjà mes idées en Art.
Le mot classique vous savez
bien que je ne l’accorde pas à ces malheureux qui voient seulement la couche
extérieure du classicisme... combine, etc. / Moins encore à ces messieurs de la
sagesse, synonyme d’imbécilité. Une bonne toile cubiste de Picasso est si
classique de Raphaël et se tient bien à son côté.››[7]
Fra Angélico. Retablo La Coronación de la Virgen. Col. Louvre.
Henri Matisse.
Miró explicará mucho
después (1981) sobre su pasión por los grandes maestros (el elenco lo completa
con holandeses, italianos, Matisse...):
‹‹Me interesó conocer los museos de pintura holandesa [se
refiere a París en 1920-21, no a su viaje a Holanda en 1928]. En aquella época
deseaba descubrir, enfrentarme a la obra de los maestros. En París, por la mañana
iba al Louvre y por la tarde, a las galerías. Los que más me atraían entonces
eran los italianos. Admiraba más el espíritu que encerraban sus telas que la
perfección con que pintaban. Fra Angélico me causó un impacto profundo porque
era con mucho el más puro de todos. ¡Qué pureza la de sus colores! Fra Angélico
no era un artista ni un intelectual: ante todo era un hombre de fe, de
muchísima fe. El mismo afirmó que cuando trabajaba su mano la guiaban los
¡ángeles! Y Matisse, a quien yo siempre he admirado mucho, confesó en su libro Écrits sur art que se limitaba a dejar hacer su mano. (…)››[8]
NOTAS.
[1] Paul Cézanne para la primera cita. Henri Matisse para la segunda, en una
declaración h. 1954. cit. Foster; Krauss; Bois; Buchloh. Arte desde 1900. 2006 (2004): 70.
[2] Vaissare-Vidalinc, Marie-Jo. Joan Miró ou la naissance du monde. Entretien avec Agnès
de la Beaumelle, en AA.VV. Miró. Exposition au Centre Pompidou. “Dossier de l’Art”,
hors-série. 2004: 11.
[3] Ràfols, J. F. Declaraciones de Miró. Joan Miró en Madrid. “La Gaceta Literaria”, Madrid,
año 2, nº 37 (1-VII-1928) 6.
[4] Del Arco, Manuel. Entrevista a Miró. Joan
Miró. “Destino” (III-1951) 6-7. Col. FPJM, v. III, p. 170-171.
[5] Sobre la relación del arte moderno con los clásicos destaco la muestra *<Antiguitat-modernitat
en l’art del segle XIX>. Barcelona. FJM (13 diciembre 1990-10 febrero
1991). 120 obras de 62 artistas: Miró —el aguafuerte Dafne i Cloe (1933),
y la portada de la revista “Minotaure”, con un collage de La source de Ingres—,
Chirico, Picasso, Ernst, Duchamp, Kounellis... Cat. Textos de Gladys Fabre...
361 pp.
[6] Carmona. Itinerarios del Arte Nuevo (1910-1936). *<Ismos. Arte
de vanguardia (1910-1936) en España>. Madrid. Guillermo de Osma Galería (1993):
18.
[7] Carta de Miró a Roland Tual, en París. Mont-roig (31-VII-1922). Reprod. Tual, D. Le Temps dévoré. Fayard.
París. 1980: 105-106, 203, completa en francés. / Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 80. / Rowell.
Joan Miró. Écrits et entretiens. 1995:
92. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 133.
[8] Permanyer, Lluís. Entrevista a Miró. El arte ha de volver a la pureza
de sus orígenes. (Fechable entre mayo y diciembre, 1981). Sirvió de prólogo
de Historia del Arte, ed. Carroggio.
ENLACES.
Arte Miró. Influencias. 5. Edad Moderna. Miró: la influencia de la pintura
renacentista y barroca.*
Arte Miró. Influencias. 5. Edad Moderna. La influencia de la pintura flamenca y holandesa en Miró.*
El artista español Francisco de Goya (1746-1828) y su influencia
en Miró.*
El artista
francés Jacques-Louis David (1748-1825) y su
influencia en Joan Miró.*
El
artista francés Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867) y su influencia en
Joan Miró.*
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