El artista francés Camille Corot (1796-1875) y su influencia en Joan Miró.
Corot. Autorretrato.
Jean-Baptiste Camille Corot (1796-1875), uno de
los precursores del impresionismo y el cubismo, era muy admirado por numerosos
artistas, primero por Morisot, Renoir, Degas, Sisley, Cézanne (que apreciaba en
particular sus paisajes), Seurat, Van Gogh... más tarde por Picasso, que
intercambió un cuadro del francés por el retrato de Wilhelm Uhde en 1910; por
Braque, que estudió su composición en paralelo a la de Cézanne; por Juan Gris,
que admiró sus estructuras; por Giacometti, a menudo absorto ante sus paisajes[1]; por Masson, que llegó a publicar una monografía sobre su
compatriota en 1947; por Magritte, que comenta en 1936: ‹‹Con Corot comienzan
las búsquedas para que las preocupaciones específicamente pictóricas aumenten
el valor de los temas representados; estos temas no eran más que una excusa
para mostrar las formas engendradas por la luz y la sombra.››[2]; o también por el poeta René Char, que publica en 1938 el
poema Une Italienne de Corot en la revista “Cahiers
d’art” de Zervos.[3]
Corot. Paisaje italiano.
Es razonable suponer que algunos de los arriba citados manifestaron a Miró su interés en los años 20, cuando pudo ver sus
obras en los museos parisinos, sobre todo sus extraordinarios paisajes,
frecuentes en las mejores exposiciones colectivas de recorrido histórico[4], y pronto apreciaría la claridad lumínica de la paleta, la
solidez estructural y el sencillo (simplificador) realismo de sus paisajes en
los que homenajea a la naturaleza con un sentido místico y a la vez de
enamorada ensoñación por un mundo que se escapa.
Corot sería asimismo para Miró un puente
antiacademicista hacia el “retorno al orden” de los años 20, un modelo por su
personal recuperación del Cinquecento con Rafael), el neoclasicismo con Ingres,
el clasicismo italianizante con Poussin y Claudio de Lorena, el romanticismo
con Delacroix y el paisajismo realista au plein air con
Théodore Rousseau y el resto de la Escuela de Barbizon, y todo ello enlazaría
muy bien con sus cuadros de realismo detallista de 1918-1922.
Su pensamiento
estético casaba muy bien con el de Corot, quien había escrito sobre la virtud
de la obra inacabada: ‹‹Una obra con genio, si se prefiere, una obra con alma,
en la que todo está bien visto, bien observado, bien entendido, bien imaginado,
está siempre muy bien ejecutada cuando lo está suficientemente, ya que hay una
gran diferencia entre una pieza hecha y una pieza acabada, y, por lo general,
lo que está bien hecho no está acabado y una cosa muy acabada puede no estar
hecha en absoluto.››[5]
José Luis Cuerda (2005) añade la teoría de Hemingway de que en la narración
y en el arte es “suficiente” mostrar la parte emergente del iceberg,
lo que coincide con las ideas de Miró; y menciona métodos creativos de Corot
muy parecidos a los mironianos: trabajar con varios cuadros a la vez durante
largos periodos, el gusto por la materia pictórica, el uso de los dedos para
pintar…
Este gusto de Corot por el fragmento
congeniaba con el de Bataille, que llegó a escribir un artículo laudatorio en
la revista “Documents” en 1929: ‹‹un grand art à la fois classique et
primitive››.[6]
Miró comentará mucho después, en 1963
a Schneider, durante una visita al Louvre, su preferencia por Corot,
probablemente acrecentada porque al parecer visitó dos antológicas celebradas
en 1962 en el mismo museo, una de pinturas figurativas[7] y otra de dibujos[8].
Miró
admira su libertad formal a la vez que su
rigor plástico ante la realidad, así como su modestia: ‹‹comme Corot: des
choses minuscules, mais on y voit tout. (...) la grande peinture m’ennuie,
Corot excepté. Maintenant, de plus en plus, je viens pour ici. Tout de mème, il
ya Corot. Un jour, un paysage de Corot. Des petites touches minuscules —ping!
ping! ping!— à leur place. Et puis la dignité de l’homme. Où est-elle
aujourd’hui? Et son humilité: il n’aurait pas été malheureux de rester presque
anonyme. Calme.››[9]
Finalmente, plasmará su admiración en Homenaje
a Corot (1967) o Hommage à Corot, un óleo sobre tela (175
x 205) realizado el 5-XII-1967, que hoy está en una col. particular y antes de
1993 en la Pierre Matisse Gallery. [CRP 1269] y que se basa en un cuadro del
francés, Paisaje de Château-Thierry (1855-1865), preparando
seis esbozos propios titulados Dibujo preparatorio de Homenaje a Corot (1967).
Penrose (1970) explica, gracias a las
confidencias del artista, qué le atrajo del cuadro de Corot:
‹‹De un modo diferente ha tomado Miró como
punto de partida un paisaje de Château-Thierry pintado por Camille Corot
(1855-1865), en el que un leve toque de color, el rojo sombrero de un personaje
sentado a la orilla de un río, llena de sentido a los delicados verdes grises y
ocres de toda la composición. Tres fueron los factores del cuadro de Corot que
suscitaron el entusiasmo de Miró y le movieron a pintar un gran lienzo,
su Homenaje a Corot (1967). El primero, la incitante economía
del toque rojo vivo; el segundo, la forma de un bosquecillo que rodea la casa
en la media distancia; y el tercero, el anchuroso vacío del cielo grisáceo, que
Miró transformó característicamente en impenetrable negrura. Por lo demás, la
absoluta libertad con que emprendió Miró este trabajo apartó tanto su versión
de la fuente original que sólo en el título queda vinculada.››[10]
FUENTES.
Internet.
NOTAS.
[1] Giacometti. Gris,
marrón, negro... (Georges Braque), en Giacometti. Escritos.
2001: 112.
[2] Magritte, Georges
Braque. “La Voix du peuple”, Bruselas (1-XII-1936). Es el diario del
Partido Comunista belga. Reprod. Magritte. Escritos. El espíritu y la
letra. 2003: 55-57, cit. 55.
[3] René
Char, poema Une Italienne de Corot, del poemario Dehors la
nuit est gouvernée. Ed. Guy Lévis Mano. 1938. Tomado de Van Kelly. René
Char (1907-1988), en Leroux, Jean François (ed.). Modern French
Poets. v. 258 de Dictionary of Literary Biography. A Bruccoli Clark Layman Book.
Detroit. 2002: 112.
[4] *<Le Paysage français de Poussin
à Corot>. París. Petit Palais (1925). Cit. Selz. Camille Corot.
ACR. Paris. 1988: 284.
[5] Cuerda, José Luis. Corot, el pintor de la maestría constructiva. “El País” (25-VIII-2005): 34. Reseña de <Corot.
Naturaleza, emoción, recuerdo>. Madrid. Museo Thyssen-Bornemisza (7
junio-11 septiembre 2005).
[6] Bataille, G. Jean–Baptiste
Corot (1796-1875). “Documents” 2 (1929) 84-92.
[7] <Figures de Corot>.
París. Musée du Louvre (1962). 82 obras. Cat. Prefacio de Germain Bazin.
[8] <Dessins de Corot>.
París. Cabinet des Dessins du Louvre (1962). 103 obras. Cat. Prefacio de J.
Bouchot-Saupique. Cit. Selz. Camille Corot. ACR. Paris. 1988: 285.
[9] Schneider. Au Louvre avec Miró. “Preuves”, 154 (XII-1963): 38-39. FPJM H-3771.
[10] Penrose. Miró.
1970: 172-173.
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