LA
CUESTIÓN DE LAS RELACIONES ARTÍSTICAS DE MIRÓ.
En este bloque de capítulos abordo las
principales interrelaciones de Miró con los artistas individuales,
movimientos y grupos artísticos, en cuanto que se desarrollan a lo largo
artistas por lo general atendiendo a su adscripción a grupos y dentro de estos
siguiendo el criterio de su cronología de nacimiento. Advierto además la
necesidad de estar prevenidos ante las pseudomorfosis que denunciaba
Panofsky, esto es, las falsas similitudes formales en que caemos al estudiar la
iconografía o los estilos parecidos de dos artistas. Asimismo, como Dupin
(1987) explica, hay que precisar que cuando Miró decía de un artista que era un
maestro en realidad le estaba criticando, porque él nunca quiso ser considerado
como tal.[1]
Un resumen del influjo de Miró sobre otros
artistas.
El estudio de las influencias sobre un artista
tiene un modelo excelente en el catálogo de *<Picasso et les maîtres>
(2008-2009).[2]
A pesar de que a menudo se ha dicho que Miró no
creó escuela, lo cierto es que pocos artistas contemporáneos han sido tan
imitados o al menos estudiados por otros creadores, no sólo en la plástica sino
también en la publicidad, la decoración o el diseño, como destaca
Corredor-Matheos (2008).[3]
Las principales influencias de Miró se centran
en la difusión de cuatro características: los signos de su universo mironiano,
de las bioformas, del colorido monocromo y de la gestualidad automática. Salvo
la primera, las otras tres las comparte (y probablemente retroalimenta) con
otros maestros; por mencionar sólo los principales, las bioformas con Arp y
Picasso, el colorido con Matisse y Klee, la gestualidad automática con Masson y
Kandinsky, por lo que no se puede señalar únicamente a Miró como el maestro de
cada artista concreto, generalmente heredero de una confluencia de influjos, y
es que, por ejemplo, Tàpies recibe los de Miró, Picasso y Klee al mismo tiempo
y en semejantes aspectos, aunque sea cierto que al primero (y a su obra) le
tiene más a mano.
Yendo a cada una de las características, los
signos de su universo se hallan en numerosos artistas, desde los pájaros de
Braque a los motivos surrealistas del grupo ‘Dau al Set’, o muchos de los
grafismos cósmicos de los pintores españoles de los años 60 y 70, que se
apropian de su iconografía con una gran libertad, a veces para transgredirla,
como hace Arroyo. Sus bioformas influyen poderosamente en Dalí ya a finales de
los años 20 y podemos rastrearlas en los móviles de Calder y en las pinturas de
los primeros expresionistas abstractos, con el caso paradigmático de Gorky, y
después en decenas de artistas figurativos e incluso principalmente abstractos
que las cultivan durante fases de su evolución o incluso durante casi toda su
vida, como le ocurre a Desmond Morris. El influjo del colorido mironiano, con
su agudo contraste de los colores mediterráneos (rojo, amarillo, azul…) y la
espiritualidad de los grandes campos de color monocromo (especialmente el azul)
que pueblan los fondos de sus pinturas, perdura en la paleta de varios
expresionistas abstractos americanos e informalistas europeos. Y su automatismo
gestual es un influjo imperecedero, tal vez el más difundido puesto que
multitud de artistas contemporáneos posteriores a las primeras vanguardias han
experimentado con el automatismo en algún momento de su aprendizaje o de sus
carreras.
En una visión más diacrónica, la influencia de
Miró comienza ya en el periodo de entreguerras, cuando es reconocido como uno
de los principales miembros de la llamada Escuela de París y del grupo
surrealista, y va ganando importancia con el paso de los años, hasta ser
ciertamente destacable desde finales de los años 20 sobre Picasso, Masson, Max
Ernst, Arp, Tanguy, Dalí, otros jóvenes surrealistas franceses y españoles, y a
partir de los años 30 incluso al más maduro Kandinsky y una lista casi
interminable de artistas —no obstante, algunos, como Magritte, se oponen
vehementemente a su influjo—, cuando el prestigio y conocimiento de su obra ha
crecido internacionalmente y su sentido de la transgresión conecta con el esprit de
una época de crisis, y se extiende lejos del círculo surrealista de París, y en
buena parte como ramificaciones de éste, hacia Bélgica, Alemania, Suiza, Gran
Bretaña, Dinamarca, EE UU, Japón... gracias a la difusión de las reproducciones
de sus obras en las revistas de vanguardia y a sus primeras exposiciones
individuales y colectivas en estos países. El impasse de la II
Guerra Mundial sirve de hiato para abrir un periodo a partir de 1945 en el que
se convierte en un vanguardista ya clásico junto a Picasso y Klee, con una
influencia extraordinaria sobre las segundas vanguardias: el expresionismo
abstracto que domina en los EE UU y el informalismo que se extiende por Europa
Occidental. A partir de los años 60 hasta la actualidad su influjo decae
relativamente, al abrirse paso los movimientos posmodernos, entre los que Miró
es visto crecientemente como uno más de los clásicos a los que hay que estudiar
durante la época de formación, pero que ya no abre nuevos caminos; con todo, se
puede rastrear todavía su influjo en algunos experimentos del conceptualismo y
en notas esparcidas aquí y allá de numerosos artistas jóvenes.
La historiografía ha dedicado amplia atención a
su influencia sobre los artistas contemporáneos, como veremos en este
bloque, pero aquí sólo citaré brevemente a dos autoras.
Marta Mantecón (2000) destaca la influencia de
Miró, el artista más independiente de la tríada que compone junto a Picasso y
Dalí: ‹‹Acaso sean Joan Miró y Salvador Dalí, junto a Picasso, los tres
artistas más importantes e influyentes en el arte del siglo XX trascendiendo
las fronteras y los límites de nuestro país. Joan Miró fue el más
independiente, creador de un lenguaje personal y de una sintaxis nueva de gran
capacidad sugeridora. (...)››[4]
Beaumelle (2004) resume a su
vez: ‹‹Miró, comme Matisse, Picasso o Mantecón. El arte español de principios de siglo. Los aires de
renovación. *<Tiempos de modernidad. Momentos estelares de la
Vanguardia Histórica Española>. Itinerante por Galicia. Fundación Caixa
Galicia (2000): 17.u Léger, fait partie des plus grandes figures du XXe siècle. Il a marqué
profondement, par la marginalité même de son oeuvre, et par la part d’exigence
toute “morale” de sa démarche, la sensibilité artistique de notre temps: nous
sommes tous saisis par l’éblouissement de ses couleurs, et par sa sûreté
graphique extraordinaire, que quelqu’un comme Giacometti par exemple
reconnaissait comme un miracle. Son travail de libération de la pratique
picturale —l'emprise gestuelle du travail de la brosse et du pinceau
pratiqué à l’horizontale (Miró tournait semble-t-il, du moins dans les
“peintures de rêve”, autour de sa toile pour la peindre à la brosse ou au
chiffon avant d’y apposer le dessin), a marqué tout autant les peintres de la
génération suivante. On sait combien les tenants de l’Action Painting comme
Pollock ont été frappés par les oeuvres du Catalan présentées dans les
collections américaines, bien avant celles de la Color-Field Painting.››[5]
NOTAS.
[1] Serra,
C. Entrevista. Jacques Dupin: “Joan Miró es la persona más joven
que he conocido, era abierto. “Última Hora” (2-VI-1987). Col. FPJM.
[2] El
estudio de las influencias sobre un artista tiene un modelo excelente en el
catálogo de *<Picasso et les maîtres>. París. En tres museos:
Grand Palais, Louvre, Musée d’Orsay (8 octubre 2008-2 febrero 2009). Londres.
National Gallery (25 febrero-7 junio 2009). Cat. 368 pp. Especialmente los textos
de Anne Baldessari. La Peinture de la peinture (20-35).
Marie-Laure Bernadac. Picasso cannibale. Deconstruction-reconstruction
des Maîtres (36-51). Susan Grace Galassi. Picasso courtisant
sa muse. L’Antiquité (52-59). Francisco Calvo Serraller. Picasso
et l’École espagnole (60-71). Pierre Daix. Picasso et la tradition française. Un historique (72-87). Particularmente interesantes son los de
Calvo Serraller, que trata de El Greco, Velázquez y Goya, y el de Daix, porque
trata de maestros como David, Ingres, Corot, Courbet, Manet, Gauguin, Cézanne…,
que también influyeron en Miró, cuyo interés se debió al menos en parte a que
observó que Picasso los estudiaba.
[3] José
Corredor-Matheos, El món de Joan Miró al seus cartells, en <Joan
Miró. Cartells>. Palma de Mallorca. Es Baluard, Museu d’Art Modern i
Contemporani (2008-2009): 15.
[4] Mantecón. El
arte español de principios de siglo. Los aires de renovación. *<Tiempos
de modernidad. Momentos estelares de la Vanguardia Histórica Española>.
Itinerante por Galicia. Fundación Caixa Galicia (2000): 17.
[5] Vaissare-Vidalinc,
Marie-Jo. Joan Miró ou la naissance du monde. Entretien avec Agnès de la
Beaumelle, en
AA.VV. Miró. Exposition au
Centre Pompidou. “Dossier de l’Art”,
hors-série. 2004: 13.
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