El marchante francés Aimé Maeght (1906-1982) y su
relación con Joan Miró.
Aimé y Marguerite Maeght.
Aimé Maeght
(Hazebrouck, Flandes, 27-IV-1906-París, 5-IX-1981). Marchante
francés. Huérfano de padre por la guerra, su familia fue evacuada al sur, en
Lasalle (Gard) en 1914. Recibió instrucción profesional como impresor y en
especial dibujante litógrafo (lo que explica su pasión por la litografía) en la
Escuela de Bellas Artes de Nimes y después trabajó en la pequeña imprenta de
publicidad Robaye de Cannes, que hacía también litografías.
Se casó en 1928 con Marguerite
Devaye (Cannes, 1909 a
31-VII-1977), conocida como “Guiguitte”, su mejor colaboradora como administradora
del negocio, hija de una familia de pintores y marchantes que le ayudó decisivamente
en sus inicios. Se aupó como empresario desde una humilde tienda de electrodomésticos
en la que vendían aparatos de radio Clarville, en la rue des Belges, de Cannes,
donde en 1932 (Maeght ocultaba este humilde inicio, por lo que sus
declaraciones al respecto son contradictorias) un cliente, el famoso artista
Francis Picabia, le convenció para exponer en las paredes unos cuadros, al principio
para decoración, pero Maeght comprobó que se vendían mejor que las radios, por
lo que el 1937 abrió la Galerie Arte en el 10 de la rue des Belges en Cannes, el
precedente de la futura galería Maeght.
Sufre,
aprende y crece durante sus difíciles comienzos en Cannes, a medias entre el
comercio de alimentos y obras de arte de sus amigos Bonnard, Braque..., con unas
pequeñas exposiciones como la de las obras decorativas de René Drouin, y la
publicación de sus primeros libros ilustrados, Cahiers de Braque y Bestiaire
de André Chastel. En la II Guerra Mundial participa en la Resistencia
intercalando mensajes crípticos en sus publicaciones.[1] El gran salto financiero lo dio al hacer una fortuna con el
comercio de alimentos durante la II Guerra Mundial en la zona de Provenza.
Más tarde, sus vecinos Bonnard y Henri Matisse le
impulsaron a dedicarse exclusivamente al oficio de marchante y se estableció en
octubre de 1945 en París, donde compró la galería de André Schoeller en la Rue
Téhéran, en la orilla derecha de París.
La redenominó Galerie Maeght y se
estrenó con una individual de Matisse y desde entonces actuó como un
mega-marchante, con dinero, contactos y, sobre todo, la ambición de un gran
proyecto, como ejemplifica su promoción de revistas como “Derrière le Miroir”
(diciembre 1946-junio 1982), o, la última, “Chroniques de l’Art Vivant”
(1968-1975), dirigida por Jean Clair. Reunió en su entorno para sus proyectos a
numerosos intelectuales, como Jean Genet y Sartre en los años 50, Bachelard,
Foucault y Derrida en los 60, Italo Calvino, Paul Auster o Alain Robbe-Grillet
en los 70.
Aimé
Maeght, dotado de unos recursos financieros más holgados que sus competidores y
del apoyo de su esposa Marguerite y de un experto como Louis Clayeux, lanza una
galería, una editorial y un taller de obra gráfica en París, y la
revista-catálogo “Derrière le miroir” [Le noir est un couleur, nº 1 (XII-1946),
distribuido en 1947)]. Se inicia el 6 de diciembre de 1945 en París con una exposición
de Henri Matisse —con fotografías de su proceso de creación; Maeght contó con
el apoyo de Pierre Matisse, primero desde Nueva York y luego durante una visita
de éste a París, lo que no impidió que quejase en una carta a su padre de que
el espacio era demasiado ostentoso—, al que siguen Geer Van Velde, Dany,
Marchand, Chastel, Pallut, y figuras tan importantes como Arp, Bonnard,
Braque, Calder, Chagall, Derain, Giacometti, Kandinsky, Léger, Lipchitz,
Matisse, Bram van Velde... y los españoles Miró, Chillida y Tàpies.
Con el
tiempo se expandirá a galerías en Tokio, Nueva York, Zúrich, Barcelona, más
la Fondation Maeght en Saint-Paul. Promocionará las revistas “Derrière le Miroir” (diciembre 1946-junio
1982) y “Chroniques de l’Art Vivant” (1968-1975), dirigida por Jean Clair.
Reunirá en su entorno para sus proyectos a numerosos intelectuales, como Jean
Genet y Sartre en los años 50, Bachelard, Foucault y Derrida en los 60, Italo
Calvino, Paul Auster o Alain Robbe-Grillet en los 70.
Conoció la obra de Miró pronto, en el Pabellón
de la República española en 1937, y mucho después, en los inicios
de 1948, Tzara les presenta.[1] El artista había quedado muy contento del eco que había levantado
su participación en la antológica surrealista de la Galerie Maeght. Dupin
informa sobre la participación de Miró en esta exposición:
‹‹Dos
años después [1947], André Breton y Marcel Duchamp organizaban, en la Galerie
Maeght, la Exposición Internacional del Surrealismo. Un espacio restringido,
una galería privada, lugar poco propicio para reanimar la llama, reunir a los
adeptos y atraer a los curiosos. Un ritual ocultista, altares, tumbas. Y
discretamente, en la escalera, una pintura sobre tejido de Miró, despliegue de
una estrecha banda de miroglifos en libertad, pero sin que ningún desnudo
bajara a su encuentro. Miró participó pero, como siempre, guardando las
distancias, alejado de ritos y ceremonias.››[2]
Miró y Maeght mantendrán una larga y profunda
amistad, con numerosas visitas a sus respectivos domicilios. La primera
documentada es una estancia de Miró desde
el 3 de marzo de 1948 en la casa de Maeght en Golfe-Juan (Antibes), en octubre
llegan a un preacuerdo de representación y el 22-24 de diciembre de ese mismo año,
Maeght y Pierre Matisse le visitan en Barcelona y consolidan el doble y
definitivo acuerdo comercial que mantendrán con Miró, quedando Europa para el
primero y América para el segundo.[3]
En
febrero confirman el acuerdo para celebrar una gran exposición individual en
junio (finalmente se celebrará en noviembre) de ese año, como Miró le informa a
Matisse.[4] Tzara también escribirá el texto para el catálogo de la primera
exposición de Miró en la Galerie Maeght en 1948. Dupin (1993) explica la
importancia de esta primera individual y el afecto con que sus viejos amigos le
acogen:
‹‹Gracias
a Tzara, en 1948 expuso solo en la misma Galerie Maeght. La galería donde, en
adelante, serán mostrados sus más recientes trabajos, donde se editará la mayor
parte de las esculturas, grabados y litograflas que realice. El conjunto de
pinturas y cerámicas presentado en 1948 marca su verdadera reaparición en la
escena parisién, Miró está presente, todos sus amigos estan allí para festejar
su retorno. Y, esta vez, acude también el gran público. (...) En el mismo número
de “Derrière le miroir”, que celebra el regreso de Miró a París, y para el que
el pintor había ido por primera vez a taller de Mourlot a ejecutar las
litografías en color, la poesía, la crítica, los museos y las galerías
delegaron al mejor de los suyos para acoger y situar la obra en su justo lugar,
entre las primeras. Entre los testimonios de Jean Cassou, de Christian Zervos,
de D. H. Kahnweiler, de Paul Éluard, de Raymond Queneau, de Tristan Tzara,
etc., el de Maurice Raynal resulta particularmente conmovedor por hacer eco
del prefacio escrito en 1921 con motivo de la primera exposición de Miró en París,
en la Galerie La Licorne.››[5]
El
éxito de la muestra lleva a que en 1948-1950 se configure progresivamente un
acuerdo a tres bandas entre Miró, Matisse y Maeght para darle a éste la exclusividad
europea de la obra de Miró.
La voracidad de Maeght se desató en esa época,
yendo a por todos los artistas de renombre que se ponían a tiro. Pactó la
exclusiva europea de Braque (desde 1946 hasta su muerte en 1963), Dubuffet (desde
1952), Chagall (desde 1954), Giacometti (desde 1950 a 1964), Léger,
Calder, Kandinsky…
Maeght
alcanzó un éxito enorme en poco tiempo. Fue junto con el mismo Pierre Matisse,
Ambrose Vollard, Paul Rosenberg, Georges Wildenstein y Kahnweiler, uno de los
grandes marchantes del siglo XX y tal vez el más importante de los años 50 y 60
antes de la consolidación de la Marlborough Gallery.
Maeght
mantenía con sus artistas una relación basada en la mutua confianza y en
darles bastante libertad, aunque estableciendo dos categorías: una primera
formado por un restringido grupo, los más importantes, atados con un férreo
contrato, pero con suficiente flexibilidad en la práctica para no herir su
orgullo; una segunda compuesta por los más numerosos, a quienes daba una cierta
libertad comercial, sin exigir el monopolio de su producción, pues prefería
reservarse el derecho a la primera elección, comprando ciertas obras y
dejarles la libre disposición de las otras, lo que permitía al artista
sentirse más autónomo. Además, nunca imponía límites a la obra en género,
tamaño o tema. Pero lo más importante es que anudaba y mantenía una relación
privilegiada de amistad con sus artistas: Miró le dio siempre su plena
confianza; Henri Matisse hizo numerosos retratos de su esposa Marguerite; Bonnard,
el primero en tratarle, ya en 1932, le quería como a un hijo; Braque era como
de la familia; la elegante Nina, la viuda de Kandinsky, se dejaba llevar por él
de compras a los grandes modistos y así se decidía a vender las obras de su
marido que atesoraba.[6] Y con los años y el éxito no se endiosó, como tantos otros, si
creemos a Chillida, que trató estrechamente a Aimé Maeght desde 1948 hasta su
muerte en 1976, y explica a Spinner: ‹‹Mejoró mucho con la edad, se volvió más
humano, más amable, mucho mejor.››[7]
Formó
también un equipo de excelentes colaboradores, como Jacques Kober (un poeta
amigo de Breton, cofundador de la colección “Derrière le Miroir” y colaborador en la organización de la exposición
surrealista de 1947), en los primeros años en Cannes; más tarde, en
París, Louis-Gabriel Clayeux (director de la galería desde 1950 a 1964), Daniel Lelong (que
tras la muerte de Aimé será su gran sucesor en París como galerista de Miró y Tàpies),
Jacques Dupin (el mayor experto mironiano), Marguerite Benhoura o Jean-Louis
Prat (director de la Fondation Maeght en Saint-Paul-de-Vence desde 1970).
Muchos eran jóvenes poetas como Kober, Dupin y numerosos colaboradores
puntuales, que facilitan su idea de unir arte y poesía, con frases o lemas
impactantes tales como Pierre de feu, Les Mains merveillées, Derrière
le Miroir... que tendrán gran éxito entre la crítica y el público más
afines con el surrealismo, al que cultiva desde 1947, cimentando de paso el
éxito de su galería. Por otra parte, Maeght era muy consciente de que tras la
II Guerra Mundial la sociedad y el mercado del arte habían cambiado
profundamente y se adaptó con éxito, no sólo creando una organización
empresarial muy eficiente, sino además adoptando una parafernalia adecuada: en
estos años se comportará con la prepotencia de un nuevo rico. Su mansión, la
lujosa Colombe d’Or en Saint-Paul-de-Vence, disfrutaba de los mejores cocineros
y la embellecía un enorme y ecléctico jardín, cuidado por un famoso jardinero,
donde celebraba fastuosas fiestas para la gran sociedad de la Costa Azul, donde
residían o descansaban sus clientes favoritos.
Su
voluntad no era sólo e inmediatamente comercial, sino que también trabajaba a
largo plazo, con objetivos didácticos y de búsqueda de renombre, lo que
explica que la galería de París, desde el principio, realizase una gran labor
editorial y de producción de arte gráfico, del que era realmente un gran
entendido por su buena formación técnica; que en julio de 1947 montase la
exposición universal del surrealismo, y del 29 de abril al 7 de junio de 1949
las dos exposiciones consagradas a los maestros mundiales del arte abstracto,
organizadas por Andry Farey (conservador del Museo de Grenoble), que fueron en
definitiva los aldabonazos que cimentaron su pretigio y éxito en los años 50,
cuando participó muy activamente en las Bienales de Venecia. Prueba de ello, es
que cuando contrataron a Miró, Marguerite Maeght pensaba al principio que jamás
venderían un cuadro, pero Aimé consideraba que merecía la pena por su
prestigio.[8] En suma, mientras Pierre Matisse de quejaba a veces de tener que
vender las cerámicas y los grabados, Maeght estaba siempre bien dispuesto a
afrontar este reto.
Con el
tiempo, Maeght se convirtió en un mito dentro del gremio, exagerado como casi
todos. Por ejemplo, Martí Font escribe sobre su importancia para conseguir el
éxito de sus artistas:
‹‹Nombres
como Joan Miró o Antoni Tàpies le debían su fama al brillante galerista André
[sic] Maeght, uno de los grandes del siglo, un hábil propagandista que colocaba
a sus artistas en lo más alto del mercado, consiguiendo que escribieran sobre
ellos los críticos más respetados y que exhibieran sus obras los museos de
referencia. A cambio, Maeght se quedaba, en ocasiones, hasta con el 90% del
precio de venta de los cuadros; si bien, dadas las cifras absolutas de
recaudación, al artista le salía a cuenta.››[9]
Los
matrimonios Maeght y Miró desarrollaron una buena amistad, especialmente sus
esposas. Los Miró sentirán profundamente la muerte en 1953 de un hijo de
Maeght. Algunas veces viajaron en coche por Italia, visitando las ciudades y
museos que tanto encantaron al artista, sin las molestias de los aviones que
tanto les incomodaban. En los años siguientes Miró se hará muy amigo de los
miembros del equipo Maeght, especialmente de Dupin y Clayeux. Durante el resto
de su vida Maeght y Miró colaborarán de varios modos: en las múltiples exposiciones
que le organizó en París y Saint-Paul; en las numerosas series de litografías y
grabados que se hicieron, y que difundieron la obra de Miró entre un público
más amplio; en las ediciones Maeght de libros de arte, e ilustrando sus
revistas “Derrière le miroir” y “Pierre au feu” con obra gráfica que acompañaba
textos de poetas como Queneau, Prévert y Desnos; en el Laberynthe escultórico
de Saint-Paul, así como en otras artes, como la cerámica y la vidriera. Además
Miró fue un buen consejero: le influyó para apoyar a Giacometti, Tàpies,
Chillida y otros artistas; finalmente, en 1974, poco después de recibir en
Saint-Paul la visita de Miró y por consejo de éste, Maeght se decidió a abrir
su galería en Barcelona, en la calle Montcada. Por contra, Miró tenía bastantes
dudas sobre el gusto estético de Maeght aunque (como todos) respetaba su buen hacer
comercial.
Ya consagrado, realizó su gran proyecto
personal, la Fondation Maeght en Saint-Paul-de-Vence (1964), que reunió su
extraordinaria colección de sus artistas.
Fondation Maeght en Saint-Paul-de-Vence.
Se expandió en sus años finales con nuevas galerías
en Zúrich (1970) y Barcelona (1974), pero al mismo tiempo comenzaba a sufrir
graves problemas financieros, lo que explica la extinción de algunos de sus
proyectos editoriales en 1975 o las grandes deudas que acumuló con sus
artistas.
A su muerte le sustituyó su hijo Adrien (Cannes,
1930), que había iniciado su colaboración en las ediciones de la galería ya en
1947, pero que había abierto su propia Galerie Adrien Maeght en 1956 para
dedicarse a los jóvenes artistas, apoyado por su esposa y más tarde por su hijo
Jules y sus hijas Florence, Isabelle y Yoyo, pero las dificultades de llevar a
la vez dos galerías y la falta de liquidez a la muerte de su padre, hicieron
que pronto se separasen Lelong, Dupin y muchos de sus colaboradores, con lo que
la Galerie Maeght entró en crisis y la abandonaron muchos artistas, incluido
Miró. Adrien Maeght preside ahora la Fondation
Maeght de Saint-Paul-de-Vence.
En los últimos años, la Galerie Maeght y su
editorial han revivido, dirigidas por la hija mayor, Isabelle Maeght
(1955), escritora, marchante y administradora de la Fondation Maeght, y la
segunda hija, la magistrada Yoyo Maeght (París, 14-I-1959). Su nueva sede es el
42 de la rue du Bac (entre el Boulevard Raspail y el Quai Voltaire, muy cerca
del Louvre y el Musée d’Orsay), y mantiene la sucursal de Barcelona, en la
calle Montcada 25, dirigida por Jules (conocido familiarmente como Julien)
Maeght, que también es impresor.
La Fondation Maeght conserva una amplia
colección de mirós: 8 pinturas, 140 esculturas (gran parte expuestas en el
Laberinto exterior), 75 dibujos, un centenar de collages y maquetas, y un
millar de litografías y grabados. En comparación, de Giacometti solo cuenta con
35 esculturas (obras maestras, no obstante) y 25 dibujos.
Fuentes.
Internet.
Exposiciones.
*<L’univers d’Aimé et Marguerite Maeght>. Saint-Paul-de-Vence. Fondation Maeght (3 julio-3 octubre 1982) con textos de André Chastel (prefacio, 21-33), G. Lascaux, J. Clair, C. Esteban, e información sobre exposiciones, “Derrière le Miroir”, etc.
*<A proximité des poètes et des peintres. Quarante ans d’édition Maeght>. Tours. Centre de Création Contemporaine (1986). Cat.
*<Vision nouvelle d’une collection>. Saint-Paul-de-Vence. Fondation Maeght (1 julio-12 noviembre 1999). Cat. Textos de Jean-Louis Prat. À propos d’une collection (7-10) y sobre los artistas. 213 pp.
*<De l’écriture à la peinture>. Saint-Paul-de-Vence. Fondation Maeght (4 julio-14 noviembre 2004). Cat. Textos de François Chapon, Jean-Louis Prat. Resumen biográfico en 281-282.
*<Aimé Maeght. Dialogue avec le siècle, 1906-1981>. Saint-Paul-de-Vence. Fondation Maeght (16 diciembre 2006-11 marzo 2007).
*<Behind the Mirror. Aimé Maeght and His Artists>. Londres. Royal Academy of Arts (4 octubre 2008-2 enero 2009). Obras de Bonnard y Matisse (pp. 50-61), Miró y Calder (64-95), Braque y Giacometti (98-133), de col. privadas de familia Maeght y Fondation Maeght. Comisarias: Ann Dumas e Isabelle Maeght. Cat. Textos de Nicholas Watkins. Aimé Maeght and His Artists (13-31). Conversación de Ann Dumas; Isabelle Maeght; Yoyo Maeght. ‘Let the stone make fire’ (33-51). N. Watkins. Bonnard and Matisse (50-51). N. Watkins. Miró and Calder (64-66). N. Watkins. Braque and Giacometti (98-101). N. Watkins. Éditions Maeght (136-140). 176 pp.
*<Universo Maeght>. Hernani. Chillida Leku (2 diciembre 2023-14 abril 2024). Homenaje al marchante de Chillida, Aimé Maeght, con obras de Chillida, Braque, Calder, Giacometti, Julio González, Barbara Hepworth, Léger, Miró, Palazuelo... Comisaria: Mireia Massagué. Reseña de García, Á. Chillida se reencuentra con sus amigos artistas. “El País” (2-XII-2023).
Libros.
Chapon. Le peintre et le livre. L’âge d’or du libre illustré en France 1870-1970. 1987: 169-202, 290-292.
Maeght, Isabelle; Maeght, Yoyo; Maubert, Franck. Maeght, l’aventure de l’art vivant. Ed. La Martinière. París. 2006. 310 pp. Versión en inglés The Maeght Family: A Passion for Collecting Modern Art. Harry N. Abrams. Nueva York. 2006. 304 pp. Biografía de Aimé Maeght y su familia, por dos de sus nietas.
Maeght, Yoyo. La Fondation Marguerite et Aimé Maeght. L’art et la vie. Gallimard/Fondation Maeght. París. 2010. 23 pp. más láms.
Nahon, Pierre. Les Marchands d’art en France. Éditions de la Diffñerence. París. 1998: 186-195.
Russell. Matisse, Father & Son. 1999: una visión crítica en 268-270, y 287-288.
Vedrenne, Elisabeth; Cabanne, Pierre; Garcias, Jean Claude. La Fondation Maeght. Separata de “Beaux Arts Magazine”. 1993. 57 pp. Vedrenne. L’aventure d’Aimé et Marguerite Maeght (6-27); Cabanne. La Fondation Maeght; pour l’amour de l’art (28-47); Garcias. Un rêve moderne en Provence (48-55).
Wilson, Sarah. Paris Post-War. In Search of the Absolute. Londres. 1993: 25-52, sobre ediciones de Maeght en 30-31.
Entrevistas.
Dicenta, Alfonso. Entrevista a Aimé Maeght. “Joan Miró es el creador integral”. “Última Hora” (5-IX-1978) 7. FPJM H-4251.
Redacción. Entrevista a Adrien Maght. I’m Provencal through and through. “Financial Times” (6-XII-2006). Sobre su relación familiar y profesional con sus padres.
Artículos.
Boudaille, Georges. Marchands d’aujourd’hui: 3. La rive droite. “Arts”, París (23-IX-1949).
Degand, Léon. La Galerie Maeght. “Architecture Aujourd’hui” (I-1958), Un temprano seguimiento biográfico-artístico.
Redacción. Obituario. Aimé Maeght. “Guadalimar”, 61 (X-1981) 55.
Dagen, Philippe. Aimé Maeght, l’ami des grands peintres, aurait eu 100 ans. “Le Monde”, suplemento cultural (26-XII-2006) 2.
Dagen, Philippe. Les tableaux et les archives d’un grand galeriste du XXe siècle. “Le Monde”, suplemento cultural (26-XII-2006) 3.
NOTAS.
[1] Dicenta, Alfonso. Entrevista. Aimé
Maeght. ‘Joan Miró es el creador integral’. “Última Hora” (5-IX-1978) 7.
FPJM H-4251.
[2] Dupin. Miró. 1993: 279.
[3] Carta de Pierre Matisse a Miró. (23-XI-1948).
/ Carta de Miró a Pierre Matisse. (3-XII-1948). [Umland. <Joan Miró>.
Nueva York. MoMA (1993-1994): 339,
n. 734.]
[4] Carta de Miró a P. Matisse. París (21-II-1948). cit. Russell. Matisse,
Father & Son. 1999 : 269.
[5] Dupin. Miró. 1993: 279-280.
[6] Ferrier. El arte del siglo
XX. IV. 1960-1979. 1993: 784.
[7] Spinner, Hans. Entrevista con
Eduardo Chillida y Pilar Belzunce, en Chillida, S. (ed.). Elogio del
horizonte. Conversaciones con Eduardo Chillida. 2003: 101. El ceramista
Hans Spinner trabajó en Vence para Maeght desde 1975, colaborando con Arroyo, Chillida,
Miró y Tàpies entre otros. Actualmente trabaja en su taller de Grasse, a 30 km de Niza.
[8] Parmiggiani. L’angelo sulla
spada di Miró. Conversazione con Valerio Adami. <Miró. Dalla
figurazione al gesto. Opera grafica 1983-1993>. Reggio Emilia. Teatro
Valli (1993): 33.
[9] Martí Font, J.M. El negocio
del arte. El arte no tiene precio. “El País”, Domingo (24-IX-2000): 7.
No hay comentarios:
Publicar un comentario