Una noticia
sobre la colaboración de Joan Miró con el Frente Cultural de ETA.
Ha sorprendido
la reciente noticia de que Miró colaboró con el Frente Cultural de ETA,
publicada por Aizpeoloa en su artículo La
pinacoteca perdida de ETA, en “El País” Domingo (23-IX-2012).
En resumen,
los hechos expuestos son que en el verano de 1970 dos estudiantes guipúzcoanos,
José Mari Larramendi y Patxi Apalategui, lograron en París que Joan Miró, Antoni
Tàpies, Rafael Canogar y Joan Brossa entre otros donaran obras para un futuro
Museo de Arte Vasco en Gernika, con motivo del 35 aniversario del bombardeo. Hasta
aquí nada especial puesto que Miró y los otros artistas estaban comprometidos
con la oposición antifranquista y a menudo donaban obras para apoyarla.
Lo que resulta
nuevo, sorprendente incluso, es que Larramendi y Apalategui afirmen que actuaron
abiertamente en nombre del Frente Cultural de ETA, entregando a los artistas un
documento (dos páginas) en tal sentido, lo que establecería una conexión
directa de apoyo de los artistas a ETA.
Los dos
protagonistas explican que Miró estaba en junio en París, con motivo de una exposición
en la Galerie Maeght, y les recibió en dos ocasiones en esta galería, y en la
segunda donó un “grabado, en negro, hecho
a plumilla” (sin más datos), y se ofreció a gestionarles personalmente los siguientes
encuentros con Tàpies, Canogar e incluso con Picasso (que al final se mostró
reacio). A las pocas semanas, Maeght les entregó en su galería las obras
cedidas por Tàpies y Canogar.
Con el tiempo
fueron llegando hasta 18 obras, que fueron recogidas por un militante de ETA en
el otoño de 1970, y de ellas nunca más se supo, tal vez vendidas por una de las
tres facciones en que se dividió la organización terrorista ese año.
Puntualizó primero
algunos puntos sobre las fechas que aparecen en el artículo.
Explican los
protagonistas que Miró exponía en París en junio en la Galerie Maeght. Es una
datación razonable porque sabemos que Miró, sumido ese año en una terrible
depresión que redujo casi a la nada su producción pictórica, viajó ese verano a
París a finales de mayo y estuvo
allí al menos las tres primeras semanas de junio, y aunque no firmó ni una sola
obra, sí supervisó sus ediciones de grabados en Arte Adrien Maeght y en el
taller de Mourlot, y además preparó el anticipado vernissage el 4 de junio de la exposición <Miró. Sculptures>
(se la ha datado en 23 julio-30 septiembre 1970, pero fue entonces un error de
impresión, que llevó a confusión a la historiografía y a mí mismo, pues se
confundía con la muestra del 23 julio-30 septiembre de 1968 en la Fondation
Maeght) [Telegrama de Miró a Pierre Matisse (s/f, pero datado por
contexto en 30-V-1970) PML, PMG B 21, 4. Anuncia que parten mañana sábado a
París, renunciando al viaje a Nueva York, y apunta que el vernissage será el 4 de junio, lo que corrobora en una carta desde
París a Joan Prats el 6 de junio informándole de que ha sido un éxito] y su presencia posterior la
corrobora otro documento [Carta de Dean Swanson a Pierre Matisse. París
(23-VI-1970). Manuscrita en tres hojitas del hotel Le Colbert. PML, PMG B 20,
10. Swanson y Martin Friedman acaban de encontrarse con Miró y Dupin en París
para dialogar sobre la propuesta de la muestra en Minneapolis].
También sabemos que pasó casi
todo el verano en Mont-roig, salvo esporádicos viajes a Palma de Mallorca
(donde firma dos dibujos el 24 y 27 de julio) y Barcelona, y una breve estancia
en Saint-Paul-de-Vence en agosto para descansar y además trabajar en el taller
de litografía de la Fondation Maeght [Balaguer, S. Barcelona. “ABC” (16-VIII-1970) 28]. Volvió a París solo a finales de octubre [Carta
de Daniel Lelong a Pierre Matisse. (26-X-1970) PML, PMG B 20, 8.].
Con este abanico de fechas parece
probable que Miró estuviera a disposición de esos dos estudiantes ese verano en
París hasta el punto de tener dos encuentros y además organizar sus contactos con
otros artistas.
Pero en mi
opinión, por lo poco que se ha publicado, es en cambio muy improbable que Miró conociera entonces la relación de los estudiantes con el
Frente Cultural de ETA.
La organización terrorista había promovido en la V Asamblea de marzo de 1967 cuatro Frentes, dependientes del Comité Ejecutivo: Militar, Político, Obrero y Cultural, que vivían en la clandestinidad. Mantuvo esta estructura hasta que en 1974 se separaron a fin de que los Frentes Político, Obrero y Cultural lograran una mayor aceptación popular y pudieran extenderse socialmente bajo una cobertura legal, y eso ocurrió en un contexto de lucha interna: los Frentes Obrero y la mayor parte del Cultural se escindieron para fundar el partido Laia y el sindicato Lab, al considerar que la estrategia de lucha armada era inviable. En esos ocho años que nos interesan, 1967-1974, la actividad del Frente Cultural se realizó de manera encubierta, lanzando unas escasas y frustradas iniciativas culturales, sin reivindicarlas públicamente como propias porque era la única opción para que prosperaran.
La organización terrorista había promovido en la V Asamblea de marzo de 1967 cuatro Frentes, dependientes del Comité Ejecutivo: Militar, Político, Obrero y Cultural, que vivían en la clandestinidad. Mantuvo esta estructura hasta que en 1974 se separaron a fin de que los Frentes Político, Obrero y Cultural lograran una mayor aceptación popular y pudieran extenderse socialmente bajo una cobertura legal, y eso ocurrió en un contexto de lucha interna: los Frentes Obrero y la mayor parte del Cultural se escindieron para fundar el partido Laia y el sindicato Lab, al considerar que la estrategia de lucha armada era inviable. En esos ocho años que nos interesan, 1967-1974, la actividad del Frente Cultural se realizó de manera encubierta, lanzando unas escasas y frustradas iniciativas culturales, sin reivindicarlas públicamente como propias porque era la única opción para que prosperaran.
Por todo esto,
salvo que aparezcan el documento citado (no hay noticia de una copia para su
consulta y solo una prueba
documental evidente podría dilucidar estas dudas) y/o las obras, es muy difícil creer
que Miró así como los otros artistas mencionados participaran, incluso indirectamente, en una
acción que los vincularía con una organización que ya tenía en su historial
delitos sangrientos.
Muy diferente es que tal vez algunos sí cedieran obras para el
proyecto de un museo vasco si ignoraban quien estaba al trasfondo, y que más tarde muchos artistas e intelectuales solicitaran el indulto a los presos de ETA en el juicio de
Burgos de diciembre de 1970 y en años posteriores incluso su amnistía. Pero eso no es colaboración con el terrorismo.
Al día siguiente, el artista Rafael Canogar ha negado tajantemente su implicación y creo que la rotundidad de sus palabras es muy elocuente sobre este asunto:
‹‹Ignoro la veracidad de la implicación de los artistas mencionados, pero sí certifico que nada de los que se dice de mí es cierto. Nunca habría sido posible tal colaboración dado mi rechazo total a la repugnante violencia de ETA. (...) Soy consciente de que con esta falsa noticia se me ha hecho un daño y pido que se rectifique con la publicación de esta nota para dejar clara la falsedad de los datos sobre mi persona.››
Fuentes.
[http://www.macrojuicio.com/documentos/documentaciones/02%201898%20-%20calificacion%20fiscal.pdf] Informe del fiscal (19-XI-2004) de la Sala de lo Penal, Sección Tercera, de
la Audiencia Nacional, en el Sumario Ordinario 18/98, en el Juzgado Central de Instrucción
nº 5. Actas del juicio. 172 pp. El Frente Cultural en p. 2.
Boix Pons, Antonio. El compromiso de Miró: del proceso de Burgos al encierro de Montserrat en 1970. “Octopus” RDCS, nº 1 (I-2011) 13-28.
Aizpeoloa, Luis R. La pinacoteca perdida de ETA. “El País” Domingo (23-IX-2012) 6-7.
Aizpeoloa, Luis R. La pinacoteca perdida de ETA. “El País” Domingo (23-IX-2012) 6-7.
Redacción. Canogar niega haber cedido una obra a una iniciativa de ETA en 1970. “El País” (25-IX-2012) 17.
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