Los inicios de la
relación y el matrimonio (1929) de Joan Miró y Pilar Juncosa.
Foto oficial de la boda (12-X-1929). FPJM.
Como hemos visto en
otro apartado, Miró rompió en junio de 1928, poco antes de casarse, con su
novia Maria Pilar Tei, por considerarla demasiado independiente.
La relación con Tei había interrumpido la vida libre y mundana que Miró llevaba en París, donde parece que tenía
relaciones con otras jóvenes, como se deduce de algunas ambigüedades de su
correspondencia íntima con Max Ernst en 1926, cuando salía probablemente con
una joven llamada Yvonne, como explico en otro apartado, y con Pierre Loeb en
1929, que le inquiere cuando se casa con Pilar si desea que destruya la
correspondencia con Bianca que guarda [Permanyer. Miró. La vida d’una passió.
2003: 90.], y lo corroboran los comentarios de Dalí en
sus memorias acerca de Marguerite, una sencilla muchacha con la que Miró salía
en las noches de bohemia parisina. Dalí (1942) explica: ‹‹(...) Marguerite era
una muchacha muy esbelta, con una carita móvil como una nerviosa calavera.
(...)›› y remarca que callaba tanto como Miró (Dalí le asociaba a un mochuelo):
‹‹(...) [Dalí] estaba ansioso por adivinar, perforando su doble silencio, la
íntima relación ideológica que indudablemente existía entre ellos. (...)›› [Dalí. Vida secreta de Salvador Dalí. 1993 (1942):
224.] Permanyer
apunta más rumores sobre una relación en París con una joven artista del
espectáculo (¿Marguerite, Bianca u otra?) que le había hecho sufrir y añade una
joven sueca. [Permanyer. Miró. La vida d’una passió. 2003: 90.] Sobre estos asuntos, cabe mencionar a la misma Pilar (1989), que
explica sus celos por las mujeres que le rodeaban, mientras que él no era
celoso: ‹‹Di me? Mi
amava molto, ma... d’altronde neanche io era gelosa di
lui. Da giovane era pieno di donne che gli correvano dietro. Era un poeta,
scriveva poesie. Comunque non era geloso... Forse, se gliene avessi dato
motivo, ma così non era.›› [Renato
Minore. Pilar, una musa pudica. <I Miró di Miró>. Roma.
Academia Española (29 marzo-4 junio 1989): 39.] Todo esto concluye en el verano de 1929.
Pilar había nacido
en Palma el 18 de julio de 1904 y por lo tanto era once años menor que Joan.
Era la tercera de ocho hermanos, cuyos padres, Lamberto y Enriqueta, tenían
no muy lejanos orígenes catalanes. Había un estrecho parentesco entre Joan y
Pilar, pues la madre de ella, Enriqueta Iglesias, era prima hermana de la
abuela del pintor, y cuando Enriqueta, la menor de doce hermanos, quedó
huérfana, fue acogida y criada por los abuelos de Joan y así se hizo íntima
amiga, casi como una hermana, de Dolors Ferrà, la madre de Joan. Cuando esta se
fue a Barcelona, para casarse con Miquel Miró, Enriqueta se quedó en Palma,
donde se casó con Lamberto Juncosa, que consiguió una excelente posición
económica como industrial y comerciante de muebles. A su vez, en un rasgo más
de la endogamia característica de las relaciones familiares de la época,
Lamberto Juncosa también era probablemente familiar cercano de Miró a través de
la abuela materna de éste.
Un documento ilustra las relaciones familiares
de los Juncosa en Cataluña. Es un certificado de bautismo de Pilar Juncosa
Masip, probablemente tía de Pilar, en Juncosa, parroquia del obispado de
Lérida; era hija de Juan Juncosa (de Cornudella, Tarragona) y Josefa Masip (de
Lérida); los abuelos paternos eran Juan Juncosa y Apolonia Acerias, y los
abuelos maternos Miguel y Maria Triguell. El apellido Acerias, en castellano
en el documento, se debe leer en catalán como Azerias o Adzeries, y es muy poco
frecuente, pero existe la coincidencia de que la familia materna del padre de
Joan Miró era también de Cornudella y se apellidaba Azerias, por lo que se
puede especular con otro parentesco añadido entre ellos. [Partida de bautismo
de Pilar Juncosa Masip, en la parroquia de Juncosa, Lérida (22-XII-1866)
fotocopia en FPJM.]
Ambas familias, los
Juncosa y los Miró, siguieron manteniendo una estrecha relación pese a la
distancia, lo que posibilitó la relación entre Pilar y Joan.
Colegio de las Trinitarias (o de la Santísima Trinidad), donde estudió Pilar. Hoy es la sede de la Galeria Pelaires.
Pilar se crió con
sus siete hermanos vivos, los dos mayores, Lambert y Enric, y los cuatro menores,
Josefa, Joan, Àngel i Lluís. [Juncosa,
Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 30.] Estudió en el muy próximo
colegio de las Trinitarias, donde actualmente está el Centre d’Art
Contemporani Pelaires de Josep Pinya. [Juncosa,
Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 29.] En su ambiente familiar se
amaba la música: Pilar y Josefa aprendieron piano con el profesor Francesc
Real y luego con la profesora Carme Delgado (1897-1997), conocida
pianista del cine Moderno. [Juncosa, Ll. Apunts
per a una petita biografía, en Estel. 2000: 31.] Pero su formación de hija de
pequeños burgueses apuntaba sobre todo a la vida como esposa, madre y dueña del
hogar, por lo que también recibió clases de coser y bordar en un vecino taller
de la calle Peraires, y además estudió rudimentos
de francés hasta los 14 años.
Gracias a su
cercanísima relación familiar y aunque distaban once años de edad, Pilar y Joan
se conocieron durante su infancia y juventud, en los viajes de él a Mallorca
en los primeros años del siglo, durante su servicio militar y en los primeros
años 20. Al respecto, su cuñado Lluís Juncosa recuerda: ‹‹Tenía once años
[1904] cuando vino por primera vez a nuestra casa de Palma de Mallorca. Era la
persona más extraña que había visto en mi vida. Su estancia entre nosotros
hizo que cambiásemos de costumbres.›› [Juncosa,
Ll. Declaraciones. “Panorama” (26-IV-1993).] La familia siguió recibiendo al pintor y aunque
desde 1910 sus visitas fueron menos frecuentes, Miró llegaba en su confianza a
enviar amigos suyos a Mallorca en los años 20, para que lo recibieran los
Juncosa, como ocurrió con Pierre Loeb y una amiga pintora, que hizo un retrato
de Pilar, y a través de los cuales tuvo noticias de la joven. [Juncosa, Ll. Apunts per a una petita biografía,
en Estel. 2000: 31.]
Pero lo más probable
es que no se hubieran casado a no ser por una serie de coincidencias. Las bodas
marcaron su relación. La primera vez que Joan se fijó en ella como mujer adulta
fue en la boda de su hermana Dolors en Barcelona, con un terrateniente
gerundense, Jaume Galobart, en 1925,
a la que asistió Pilar como dama de honor. Una
celebración de boda que se hizo en el Ritz, uno de los locales más caros de la
ciudad, sólo al alcance de las mejores familias de la burguesía, lo que prueba
su excelente situación económica. Pero entonces le dijeron que Pilar tenía en
Palma un pretendiente y Miró no dio ningún paso. Lluís Juncosa explica su
reacción:
‹‹La germana d’en
Joan, Maria Dolors, es va casar [1925] amb un terratinent, en Jaume Galobart.
A les noces varen ser invitades la meva mare i na Pilar, que tenia divuit anys.
Varen fer el banquet a l’hotel Ritz. Na Pilar anava molt elegant amb un capell
adornat amb péls de monea. En Joan va quedar molt impressionat per la cosineta
i va voler asseure’s, a la taula, al seu costat, pero algu li va dir que ja
festejava i el seu disgust el va manifestar amb aquesta frase: “Doncs m’asseuré
al costat del mossèn!”›› [Juncosa, Ll. Apunts
per a una petita biografía, en Estel. 2000: 32.]
Luego llegó la
relación de Joan con Maria Pilar Tei, que le ocupó dos años (verano de
1926-verano de 1928) y que fracasó justo al final. Nuevamente una boda les
reunió pues Joan viajó a Palma para la Semana Santa de marzo de 1929 para pasar
unos días de vacaciones, coincidiendo con los preparativos de la boda de su
primo Enric Juncosa, un hermano de Pilar. Ella ya estaba libre de compromiso, así que la pudo
acompañar en las procesiones (recordaba que iba vestida con peineta y mantilla,
como era de precepto). De este mes de marzo es el primer documento sobre su
relación, una felicitación que por su contención parece previa al noviazgo: ‹‹A
Pilar Juncosa, en bon record. Miró. III-1929›› (FJM 4350).
Es probable que él
entonces ya llevara la intención de casarse. Pilar sugiere esto al precisar que
él no tenía una personalidad impulsiva: ‹‹No, muy al contrario, era
tremendamente reflexivo, se lo debía tener muy meditado cuando me lo propuso.››
[Juncosa, Pilar. Declaraciones. cit. “La
Vanguardia” (20-XII-1992).] Buscaba, como hemos visto en los apartados dedicados a su proyecto
personal y su ideología, y lo prueba su antedicha ruptura con Tei, encontrar
una mujer tradicional, que cuidase del hogar y la familia, en la senda de una
misoginia muy generalizada en aquella época. Sigmund Freud, en su
correspondencia con su novia Martha Bernays, puntualizaba sin rubor que quería
una mujer convencional, y Gustav Mahler exigía a su esposa Alma que se le
consagrase por entero.
En este sentido,
Pilar Juncosa fue una pareja perfecta para Miró, que escribe a Gasch en el otoño de 1929, poco antes de su boda:
‹‹Lo de Mallorca, admirable. Petición de mano y casament el 12 d’octubre
a Palma. Amb la Pilar Juncosa, que és la noia més hermosa i més dolça del
món i sens màcula d’intel·lectualitat.›› y Lluís Juncosa lo
corrobora, después de citar este texto: ‹‹Aquesta afirmació final era molt
significativa per comprendre el vertader motiu per a rompre el seu anterior
compromís matrimonial.›› [Juncosa, Ll. Apunts
per a una petita biografía, en Estel. 2000: 34.] Quería una esposa, madre y ama
de casa tradicional, y le aterraba, según sus íntimos, la perspectiva de vivir
con una mujer independiente e intelectual. Permanyer (2003), en cambio,
apunta que con el tiempo tal vez se arrepintió: ‹‹Sospito, tot i això, que més
endavant no n’estigués potser tan convençut ja que ella no entenia l’artista
que tenia per marit i no s’amagava de manifestar-ho, fins i tot quan ja era
admirat arreu del món. En aquest sentit, doncs, la seva soledat familiar va ser
absoluta.›› [Permanyer. Miró. La vida
d’una passió. 2003: 88.]
Joan Miró retornó en
la primavera de 1929 a Barcelona y viajó a París, Bruselas y Amberes, desde
donde enviaba postales a su prima. Volvió pronto a la isla, en junio, para
asistir a la boda de su primo Enrique Juncosa, y nuevamente a mediados de
julio, y esta vez se quedó hasta decidirse y entonces todo fue bastante
rápido: la declaración el 17 de julio en un paseo de los dos en s’Aigo Dolça
(un local de ocio situado entonces junto al muelle de Palma), la petición de
mano poco después a los padres de ella y la boda el 12 de octubre, con la sola
interrupción de algunos breves viajes a Barcelona y Mont-roig para solucionar
problemas.
Iglesia de Sant Nicolau, donde se casaron (12-X-1929).
La relación contaba
con el beneplácito de sus respectivas madres, que vieron el desenlace con sumo
agrado, porque aunque él fuera un artista, pertenecía a una familia de buena
posición económica y “todo quedaba en familia”, siguiendo una vieja tradición
catalana. Miró decía: ‹‹Mi madre se alegró mucho de este casamiento. Ella
pensaba que Pilar me ayudaría a sentar la cabeza.›› [Miró. cit. “La Vanguardia” (20-XII-1992).]
Pilar (1992) resume,
con algunas elipsis, esos ajetreados días:
‹‹Le conozco de
toda la vida, mi madre y la suya eran como hermanas y la mía le quería como a
un hijo. El día de la boda de mi hermano Enrique, vino Joan a Mallorca para
la ocasión. Hacía tiempo que no le veía, él vivía en París y en aquel momento
había estado en los Países Bajos donde acababa de pintar Interior holandés.
Yo esperaba que viniese ya mayor, con barba o algo así, piensa que él me
llevaba más de diez años, pero, por el contrario, lo encontré muy joven y
bien parecido. Aquel día me cogió y me dijo: “tu m’agrades molt” y a mí me dio
un cosquilleo por todo el cuerpo. Esto ocurrió en julio de 1929 y a los pocos
días me dijo que nos teníamos que casar el día de mi santo. Este fue nuestro
corto noviazgo.›› [Juncosa, Pilar.
Declaraciones. cit. “La Vanguardia” (20-XII-1992).]
Pilar se extiende
luego en sus explicaciones sobre los inicios de su relación:
‹‹Joan era tan...
tan mirat, que com que al casament de la seva germana li havien dit que jo ja
festejava, no em va voler dir res i desprès, una vegada, quan jo ja no tenia
novio, va venir a Palma i es veu que li vaig agradar, que continuava agradant‑li,
va venir i quan se’n va anar m’escrivia postals, i jo... en rebre‑les me posava
vermella. Mon pare deia: “i ara, que li passa a aquest”. Llavors m’enviava postals, des de Bruxel·les i així, i jo pensava: “i ara, què li passa a aquest...?”. Era onze anys major que jo, pero jo el trobava
molt jove i molt... educat, sobretot, i molt amable i jo... tantes postals com
m’enviava!... I un dia va venir a Palma a passar uns dies i va dir als meus
pares que si el podien convidar a les noces de l’Enric, que es casava el juny,
i mon pare li diguè que com ell volgués, perquè mon pare també l’estimava molt,
el coneixien des que era petit, des que va nèixer, ma mare era com una germana
amb ma sogra i el coneixia de tota la vida, l’estimava molt, ma mare, mon pare
també pero no tant com ella. Ma mare s’indignava amb els pares d’en Joan, sa
mare plorava quan li demanaven “Què fa el seu fill?”, per la pintura, i se posava... feia aixi, com si
fos un tocat des boll, perquè li pareixia una pintura boja. Ma mare deia: “Jo no hi entenc res però...”, era quan pintava l’Interior holandès,
imagina’t, ma mare deia: “fa una cosa
preciosa, jo no entenc la pintura aquesta, però és preciós”. Llavors va venir pel casament del meu germà Enric i em va dir: “Jo fa anys que estic molt enamorat de tu i, te
sabria greu que t’estimès?” I jo li dic:
“M’estimo més que m’estimis que no...” Res, ara m’estic emocionant, per això,... Joan
em va dir: “Com que ja ens coneixem molt i jo
t’estimo molt des de fa temps, crec que podriem casar‑nos el dia del teu sant”, i jo vaig pensar “de l’any que ve”, i no: era aquell mateix any i jo
em vaig quedar sense saber què fer. El meu germà Lambert me deia: “No li diguis que sí si no t’agrada, només
perquè és de la familia i tot això; si no t’agrada, res, no ens vinguis ara amb
casaments perquè sí”. Perquè, la veritat, una cosa tan ràpida...
Pero Joan era així, quan una cosa li agradava deia: “Per què hem de
esperar?”.›› [Juncosa, Pilar. Monòlegs d’una bella memòria, en Juncosa;
et al. Estel. 1994: 15-16.]
Lluís Juncosa (1992)
se explica con notable precisión sobre el noviazgo y la boda:
‹‹La mare d’en Joan
Miró i la de Pilar havien viscut juntes durant la infància i sempre varen
tenir una relació molt estreta. Crec que la mare d’en Joan, després del
disgust amb la primera Pilar, va pensar amb la segona, que savia que no havia
passat desapercebuda al seu fill. El fet és que un bon dia va venir en Joan a
passar una temporada amb nosaltres a Son Armadans, a Villa Enriqueta. Al meu germà Àngel i a mi ens va impressionar
molt. Anava pentinat diferent a tothom i els cabells, llisos, li tapaven una
mica el front. Es llevava prest, feia gimnàstica, saltava a la corda com un
boxador i, el que era més impressionant, es dutxava cada dia. Era molt educat,
vestia molt correctament i era molt agradable amb nosaltres. A mi em va
ensenyar a posar‑me en la posició correcta per boxar. Ho havia après d’en
Hemingway a París. Passats uns mesos es va fer convidar a les noces d’Enric: el
març de 1929, i passà uns dies a Palma. Després d’questa primera presa de
contacte va tornar a venir però aquesta vegada ja amb l’objectiu ben definit
de declarar‑se a Pilar, cosa que va fer passejant amb ella per s’Aigo Dolça. Varen festejar tres mesos i es
varen casar el 12 d’octubre de 1929,
a l’església parroquial de Sant Nicolau. El banquet el
va servir l’hotel Victoria a la nostra casa de Son Armadans. Varen anar a
passar la lluna de mel a l’hotel Illa d’Or del Port de Pollença, que encara
existeix. Reformat, és clar.›› [Juncosa,
Ll. Apunts per a una petita biografía, en Estel. 2000: 33.] De acuerdo a esta información
pasaron la luna de miel en el hotel Illa d’Or (fundado ese mismo año 1929) del
Port de Pollença, pero Miró le dijo a Dupin que en Formentor [Dupin. Miró. 1962: 198] (el hotel Formentor, también en
una península del Port de Pollença, abrió en mayo de 1929, pero probablemente Miró
se refería a la zona de Formentor y no al hotel mismo); en todo caso que ambos fueran hoteles caros remarca la
desahogada situación económica de la familia entonces.
Tuvieron pronta
descendencia puesto que Maria Dolors nació a los nueve meses y 19 días de la
boda, el 31 de julio de 1930. Malet (1983) resume así la información sobre el
inicio del matrimonio:
‹‹El 12 de octubre
de 1929 Joan Miró se casa con Pilar Juncosa en Palma de Mallorca. El nuevo
matrimonio se instala en el número 3 de la parisina rue Francois Mouthon.
La situación económica no permite a Miró tener un taller, lo que le obliga a
trabajar en una de las habitaciones del apartamento. Con su esposa realiza
frecuentes viajes a Mont‑roig y Barcelona, donde el 17 [sic, 31] de julio de 1931 [sic,
1930] nacerá su hija única, Maria Dolors.›› [Malet. Joan Miró. 1983: 13.]
Joan y Pilar con su hija Dolors en París hacia 1930.
El matrimonio les
fue muy bien a ambos. Ella se encargó desde entonces de los asuntos domésticos,
para los que él era un negado, y fue un importante estímulo creativo en cuanto
fue la garantía del reposo y la tranquilidad que él necesitaba para trabajar en
solitario, aunque no fuera tan
significativa como con las relaciones
amorosas que tanto favorecieron la creación en destacadas parejas de la misma época
como los Delaunay o los Malraux [Chadwick y Courtivron en Significant Others.
Creativity and Intimate Partnership (1993). Sobre la influencia de sus
mujeres en varios de los pintores españoles del siglo XX como Miró, Picasso,
Chillida, Tàpies, Antonio López, Cristino de Vera..., véase Sierra, Rafael. El
“pilar” de los artistas. “El Mundo” (9-XII-2000) 62].
Pilar Juncosa (1989)
explica que él no era avaricioso y que era ella la que más se preocupaba por
las finanzas: ‹‹(...) Joan
non amava il denaro, non ci pensava. Ero io che lo volevo, è il mio carattere.
Joan se ne dimenticava, gli bastava lo stretto necessario. Certi prezzi non gli
semblava onesti. (...) Troppo denaro per lui non era onesto, preferiva prezzi “normali”. Vendeva a buon mercato. Al suo intermediario per le vendite diceva talvolta che aveva
esagerato. Glielo
ripeto: era molto onesto, aiutava i giovani, faceva per loro tutto il
possibile. (...)››
[Renato Minore. Pilar, una musa pudica.
<I Miró di Miró>. Roma. Academia Española (29 marzo-4 junio 1989):
41.]
Dolors Miró (1999)
recuerda que su madre: ‹‹Mai no voler immiscir-se en el seu treball. Tampoc no
participava en discussions relacionades amb la situació política, social o
cultural del país. No s’interessava gaire per l’art i la literatura (...). Ma
mare, en ser una persona simple, modesta i conformista que es veié obligada a
interrompre la seva educació als catorze anys, no solia interferir en els
projectes del meu pare i es preocupava, sobretot, per la seva salut i el seu benestar.›› [Dolors Miró. Entorn a Pilar. <Joan Miró.
Homenatge a Pilar Juncosa>. Palma. FPJM (12 octubre 1999-30 abril 2000):
16.]
Dupin (1999) resume al
respecto: ‹‹Ella era en efecto, la Pilar, el pilar, un soporte, el equilibrio
para el creador al que estaba ligada. Pilar, un pilar de transparencia, de
extrema ligereza que apuntalaba sin pesar››. [Dupin. <Joan Miró. Homenatge a Pilar Juncosa>. Palma. FPJM (12
octubre 1999-30 abril 2000).]
FUENTES.
Blog.
Pilar
Juncosa (1904-1995), esposa (1929-1983) de Joan Miró.*