Joan Miró. El grupo de tres pinturas con la bandera española, 1925.
Relaciono tres obras de 1925 con el tema de la bandera española: La corrida de toros (1925) [CRP 118], Pintura (1925) [CRP 171] y Pintura (1925) [CRP 182]. Apunto que la aparición de este tema coincide con la llegada en septiembre de 1923 de la Dictadura de Primo de Rivera, con los juegos de banderas en La tierra labrada (1923-1924) y en Paisaje catalán (El cazador) (1923-1924), y que desaparece al final de su estancia veraniega en Mont-roig, cuando vuelve por unas semanas a París, a principios de noviembre de 1925, coincidiendo con la entrada ya pública de Miró en el grupo surrealista, pues la siguiente y última aparición de banderas, destacadamente la francesa, pero ya sin la española, es en La langosta (1926) [CRP 220].
Miró. La corrida de toros (1925). [https://successiomiro.com/catalogue/object/2915]
La corrida de toros (1925) o La Course de taureaux es un óleo sobre tela (60 x 92) [CRP 118.], en el que la enseña española se planta en la izquierda, simbolizando tal vez la presidencia (el poder), mientras el toro ocupa la mitad derecha del cuadro, rodeado en semicírculo por tres fantasmagóricos tachones blancos (los espectadores), tal como luego construirá el espacio de las gradas en la serie coetánea de El circo, y abajo a la derecha aparece una piel de toro ensangrentada, con las heridas de unos minúsculos tajos negros.
Miró. Pintura (1925). [https://successiomiro.com/catalogue/object/119]
Pintura (1925) o Peinture o Pintura (La bandera española) es un óleo sobre tela (50 x 65) de col. MNCARS, antes particular.[1] [CRP 171, con rectificación final.], relacionado con un dibujo previo.[2] Un barco, cuyo mástil enarbola la bandera española, flota sobre el oleaje del mar, mientras que un personaje situado a la derecha, con una cresta roja de gallo, parece más contemplar que compartir la escena. La rima 52 de Bécquer evoca: ‹‹Olas gigantes que os rompéis bramando / en las playas desiertas y remotas / envuelto entre la sábana de espumas / ¡Llevadme con vosotras! / Llevadme por piedad a donde el vértigo / con la razón me arranque la memoria / ¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme / con mi dolor a solas! ...›› En Miró el dolor podría ser el provocado por la dictadura que sufre la patria, simbolizada por el tema de la bandera española, que sale varias veces en esta época, como en La corrida de toros (1925) [CRP 118.] o, algo antes, en los juegos de banderas en La tierra labrada (1923-1924) y en Paisaje catalán (El cazador) (1923-1924).
Miró. Pintura (1925). [CRP 182]
Pintura (1925) es un óleo sobre tela (112 x 143) realizado en Mont-roig (fin VII a IX-1925). [D 157. CRP 182.] Está relacionado con un dibujo previo[3] que ayuda una vez más a clarificar su tema, que continúa el de obras coetáneas.
El pájaro-flecha humano —el motivo es similar, aunque en posición inversa y ahora en la parte superior, a la sardina de Paisaje catalán (El cazador) (1923-1924) [CRP 90]—, porta ahora una bandera española, lo que sugiere otra vez la asociación con un avión, que surca el cielo sobre un mar embravecido, sugerido por dos masas negras dentelladas en la parte inferior y en la izquierda y, entre estas, por una barca en forma de media luna (como en La bañista; su analogía formal con las olas sugiere que está a punto de ser engullida por estas y refuerza el sentido general de movimiento) de la que surge un mástil sin vela, salvo que sugiera ésta el gran triángulo central del que surge un palo vertical. La barca puede ser interpretada como metáfora de la fugacidad de la vida. Al respecto, el poeta japonés Sami Menzei, un monje budista de la primera mitad del s. VIII, dice en un tanka: ‹‹¿Qué cómo es / la vida en este mundo? / Como la estela de una barca en el alba / de la que nada queda.››[4]
El sol rojo de la izquierda es ahora enorme y a la derecha hay un cometa negro con cola de cinco radios. Pero lo más llamativo es que en la pintura (no así en el boceto) el centro está ocupado por una gran mancha negra en forma estelar con cuatro radios, como si una tormenta estuviera naciendo en medio de esta escena, aunque en la coetánea La siesta se comprueba que también podría ser un sol negro o una estrella negra con sus rayos —es la época en que los astrónomos comienzan a plantear que hay soles y agujeros negros—.
Pere Gimferrer.
Gimferrer (1993) —que data esta obra en 1926— explica la transposición de los elementos del boceto a la pintura:
‹‹Tanto en el esbozo como en la tela, en la parte superior derecha, la línea de puntos que arranca del pie de la bandera —como si fuera su mástil— es atravesada por otra línea, ésta continua, y además doble o bipolar, es decir, coronada por sendas formas diferenciadas a un lado y otro, como las líneas en forma de elemento de unión que tantas veces hemos visto que servían para rematarlas con brazos. En la parte derecha, tanto en la tela como en el esbozo, hay un triángulo (varía sólo el tipo de triángulo); a la izquierda, en ambos casos, una forma esférica, de la que sale otra puntiaguda. En el esbozo, esta forma es presentada, nítidamente, como una cabeza de pájaro, vista de perfil, con el pico hacia arriba. En la tela, la forma puntiaguda se ha vuelto ondulada, se ha hecho más gruesa y parece haber perdido relación orgánica con la cabeza, de la cual es más una emanación que —como era primitivamente— un apéndice. Al mismo tiempo, tanto la cabeza como esa forma que emana de ella se inscriben en el ámbito superior de la forma estelar, en la que en cierta manera, pues, vienen a rematar. La forma estelar reorganiza la dinámica de toda la composición. Es el elemento de “contacto”: contacto con la forma como de paraguas abierto de la parte inferior derecha, contacto con la línea de puntos que sale de la base de la bandera, y que, en la pintura, se ha alargado, mientras que, correlativamente, se desplazaba hacia abajo la especie de cola —punto del que arrancan varios radios— situada a su derecha; contacto, también, con la cabeza o, más exactamente, con la forma esférica provista de un punto que evoca un ojo; contacto con la parte inferior del ángulo abierto como un compás que centra la distribución del espacio.››[5]
NOTAS.
[1] El MNCARS lo compró en abril del 2000, por 380 millones de pesetas, aportados por el BBVA. [“El Mundo” (5-IV-2000).]
[2] Dibujo preparatorio para Cabeza de fumador. Lápiz grafito sobre papel (19,8 x 26,4). Col. FJM (734b). [Malet. Obra de Joan Miró. 1988: fig. 323.]
[3] Dibujo preparatorio para Pintura (1925). Lápiz grafito sobre papel (19,8 x 26,4). Col. FJM (718). [Malet. Obra de Joan Miró. 1988: fig. 312. / <Joan Miró>. FJM (1993): fig. 72 i.]
[4] Manzei, Sami. Tanka reprod. en Asiain, Aurelio (ed.). Luna en la hierba. Hiperión. Madrid. 2007. Una antología de medio centenar de poemas elegidos, traducidos y comentados por el poeta mexicano. [Delgado, Agustín. Anthologos y tankas. “Leer” 187 (XI-2007) 72-73, cit. 73.]
[5] Gimferrer. Las raíces de Miró. 1993: 100.
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