martes, octubre 08, 2024

Joan Miró en 1951.

Joan Miró en 1951.
En 1951 se crea en París la Comunidad Europa del Carbón y del Acero (CECA), embrión de la futura Unión Europea. La situación internacional de España continuó mejorando gracias a la Guerra Fría, porque EE UU consideraba cada vez más a Franco como un líder anticomunista, obviando sus inicios como régimen fascista, y por tanto a España como un posible aliado en la lucha para frenar la expansión del comunismo. De resultas la Asamblea General de la ONU había anulado (octubre de 1950) su resolu­ción condenatoria de 1946 y comen­zó el regreso de los embajadores, con lo que finaliza el aislamien­to de España y recomienzan las rela­ciones diplomáticas con EE UU (enero de 1951) y los otros países occidentales.
En la política interior, desde 1945 el régimen franquista se había distanciado de la simbología fascista y recon­vertido en la de un régimen autoritario, católico y anticomunista, y desde 1951 este proceso de cambio de imagen se profundiza, a fin de legitimar al régimen, con una repre­sión igual de dura pero cada vez más se­lec­tiva, concen­trada en los dirigentes po­líticos y sindicales de la opo­sición, y en lucha contra los maquis.
Desde 1948 Franco se había acercado a los monárquicos: ese año llega a España el príncipe Juan Carlos para iniciar su educa­ción con vistas a suceder a Franco, pero el gran evento es el cambio de gobierno el 18 de julio de 1951 que muestra el decli­ve de los falangis­tas y el auge de los “ca­tólicos”, al nombrar Franco para el gobierno a personalida­des católicas aperturistas como el minis­tro de Educación, Joaquín Ruiz Giménez, y el de Comer­cio, Ma­nuel Arburúa, que intentan una todavía tímida liberaliza­ción económica y cultu­ral. La figura clave y segundo hom­bre del régimen desde 1951 será el almirante Luis Carrero Blan­co, ministro Subsecretario de la Pre­sidencia (el primer minis­tro de hecho, has­ta que es nombrado oficialmente en 1973). La tímida apertura eco­nó­mica se apoya en un crecimiento del co­mercio exterior, el na­ciente turismo, los préstamos de EE UU y una fuerte emigración a Eu­ro­pa y Lati­noaméri­ca, que favorece las remesas de los emigrantes y disminuye el paro.


La huelga de tranvías de Barcelona (1951).

Por esta época la oposición española y especialmente la catalana estaba inmersa en un proceso de crisis, con mengua de sus militantes tanto en el interior como en el exterior, y cambia su modus operandi. En Barcelo­na, a partir del 4 de marzo, hay un boicot espontáneo del transporte pú­bli­co en protesta por el aumento del precio de los tranvías; la tensión crece y se producen huelgas (una general el 12 marzo) en muchas fábricas, el transporte público y la universidad, promovi­das por los anarquistas, que son re­primidas; el conflicto se extiende en abril al País Vasco, y en mayo a Madrid; todo acaba con una dura represión de los obreros y los militantes anarquistas. La oposición en Cataluña se reorganiza a partir del comunista PSUC, la anarcosindicalista CNT y el nacionalista Front Nacional de Cataluña.
Un fruto de la apertura del régimen franquista es la celebración en Madrid (comenzó el 12 octubre, Día de la Hispanidad, y terminó en febrero de 1952) de la *<I Bienal Hispanoamericana de Arte>, organizada por el Instituto de Cultura Hispánica, que marca el ini­cio de la apertura artística en España; Miró y Picasso no participan. Nace en Barcelona el Grupo R, formado por arquitectos renovadores (Bohigas, Coderch, Gili, Martorell, Moragas, Pratmasó, Sostres, Valls) que Miró apoya en sus inicios, y lo mismo hace con el Cercle de Sant Lluc, que ha reanudado su actividad y promueve el arte de vanguardia y el tradicional. 

Miró en 1951 reside en Barcelona, en la nueva casa de Folgaroles, donde tiene habilitado un cuarto para taller, aunque mantiene como principal el del Passatge del Crèdit.[1] El 26 de enero acaba el mural de Harvard.[2] Después de ser expuesto en París en marzo-mayo, es enviado a Harvard en junio y se instala poco después.[3] Permanece durante unos años en Harvard, y más tarde se trasla­dará definitivamente al MoMA de Nueva York.
En enero está en Mallor­ca —por lo que no asiste a las protestas políticas en Barcelona— has­ta que viaja a París a finales de febrero y hasta después del 15 de marzo, para trabajar con Frélaut, en el taller de Lacourière, los grabados de A toute épreu­ve.[4] El estilo espontáneo de su pintura se refuerza con una probable visita a la rupturista exposición *<Véhémences confrontées> en la parisina Galerie du Dragon, dirigida por Nina Dausset (marzo 1951; tuvo un precedente más restringido en 1949), con obras de los expresionistas abstractos norteamericanos De Kooning, Pollock, Rothko, Alfred Russell, Tobey, y los informalistas Bryen, Capogrossi, Hartung, Mathieu, Riopelle y Wols. Se publica excepcionalmente en “El Correo Literario” de Madrid el 15 de marzo una entrevista que le hace Santos Torroella.
En marzo se publica una importante entrevista concedida a Manuel del Arco en “Destino” (III-1951), que aborda temas personales y artísticos. Explica que vive en Barcelona, muy tranquilo, lo que necesita para trabajar, y desmiente, después de veinte años de desidia, que haya nacido en Mont-roig y lo achaca sólo a: ‹‹Todas las biografías dicen que yo nací en Montroig. (…) La confusión viene de que tengo una finca en Montroig y vivo allí media vida.››. Se proclama sincero: ‹‹Absolutamen­te; y es la sinceridad lo que da la fuerza a un hombre››.[5]
Y repite exactamente varias de estas frases en una entrevista hacia las mismas fechas de 1951 que concede a Santos Torroella. Vive plácidamente, lo que le permite trabajar con tranquilidad y provecho, y cree que acertó al ser pintor. E insiste en que es sincero: ‹‹Absolutamen­te; y es la sinceridad lo que da la fuerza a un hombre›› y orgulloso, puesto que él quedará: ‹‹¡Sí!; en estas cosas no admito el orgullo de la modestia; en esto soy tajante››.Describe así su modo de vida: ‹‹Absolutamente metódica; horas fijas y determinadas. Me levanto a las siete en invierno y a las seis en verano; un poco de gimnasia fuerte, ducha fría siempre y al estudio hasta la una y media; como y después vuel­vo a trabajar en cosas distintas de las que me dediqué por la mañana››.[6]
En ese mismo año, en otra entrevista concedida a Charbonnier, insiste en que en esta época su obra es optimista, invita a la alegría, pero en cambio él personalmente se siente pesimista, desesperanzado ante la represión cultural que padece su pueblo: ‹‹Sí, aunque soy un pesimista nato. Sin embar­go, cuanto trabajo intento huir de ese pesimismo.›› Aunque rechaza que se le diagnostique por ello tener un temperamento dramático español: ‹‹No hay que confundir el temperamento castellano o el andaluz con el catalán, que es totalmente opuesto. Yo soy catalán.›› (no desmiente que sea español, sino castellano). Proclama que el optimismo de su obra se debe a que ella misma ‹‹Es Cataluña››, un optimismo que consigue ‹‹Riéndome de mis personajes. Riéndome del hombre, de esa marioneta que no es posible tomar en serio.››[7]
Hacia el 27 de marzo Miró está en Saint-Paul-de-Vence, en la que es probablemente su primera visita al pueblo, invitado por Prévert.[8] Hacia abril de 1951 se reencuentra con Baumeister en la Galerie Maeght.[9] El 10 de mayo fir­ma los bons à tirer pero la tirada defini­tiva se hace esperar has­ta 1956, con frecuentes viajes de Miró y Tormo a París para controlar la edición. Retorna a Bar­celona hacia fi­nales de mayo.
Pasa el verano en Mont-roig, donde trabaja en una serie de esculturas, como le escribe a Sert: “Mont-roig es magnífico. Ahora, en el verano, trabajo en una serie de esculturas en un gran taller que he construido para mí”.[10] En julio probablemente viaja a Audincourt para trabajar en el proyecto de los vitrales del baptisterio que le encargó el Padre Couturier, y al que renunciara a finales de año. Hacia ese mismo mes de julio el poeta Raymond Queneau realiza una actuación teatral utilizando un cuadro de Miró en la decoración escenográfica.[11]     Miró colabora, concediendo el derecho de reproducción de tres pinturas, en el doble nº 14-15 la revista “Carreau” que Freddy Buache redacta en Lausana, y que se dedica a España, con textos e ilustraciones sobre Picasso, el Guernica, Vicente Aleixandre, Antonio Machado, García Lorca y Miguel Hernández. Femme entendant la musique (1945) aparecen junto a un poema de Machado, Femme et oiseau dans la nuit (1946) está más abajo, y se relaciona además con poema de Jean Cassou que homenajea a García-Lorca, Il y a eu un crime dans Grenade. Por último, la pintura L’Espoir (1946) está debajo de un poema de José Herrera Petere, titulado Miguel Hernández. El simbolismo político de los tres vínculos es evidente.[12]
El 6 de di­ciem­bre vuel­ve a viajar a París, lo que recoge “La Vanguardia” encomiásticamente: ‹‹Ayer salió en avión hacia París el célebre pintor Juan Miró, una de las cumbres del arte pictórico de última hora, junto con otros nombres españoles conocidos en todo el orbe. El viaje del ilustre artista redundará, sin duda, en que se robustezca el papel que España está representando en el movimiento artístico universal y en que se reconozca con mayor evidencia aún la participación que ha tenido en la elaboración de las últimas doctrinas pictóricas.››[13]
­Pinta Libélula de alas rojas acosa a una serpiente que se des­liza en espiral hacia la cometa., en la que se manifiesta la influencia del espíritu poético y sígnico de las Cons­telaciones.

NOTAS.
[1] Carta de Miró a J.L. Sert. Barcelona, Folgaroles, 9 (29-I-1951). [Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MoMA (1993-1994): 339, n. 747.] Menciona que pinta en su nueva casa, pero que las grandes pinturas las realiza en el taller del Passatge del Crèdit.
[2] Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MoMA (1993-1994): 339. Se basa en carta de Miró a J.L. Sert. Barcelona, Folgaroles, 9 (29-I-1951), que menciona que acaba de terminar el mural de Harvard: “lo más poderoso que he hecho nunca”, y que a finales de febrero irá a París con la pintura, para que sea expuesta en marzo.
[3] Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MoMA (1993-1994): 339, n. 756, según archivos del Fogg Museum de la Universidad de Harvard, y “Harvard Alumni Bulletin” (1951).
[4] Para el probable viaje a finales de febrero véase la carta de Miró a J.L. Sert. Barcelona, Folgaroles, 9 (29-I-1951), que menciona que a finales de febrero irá a París con la pintura. Sobre la colaboración hacia el 15 de marzo en el taller de Lacourière se refieren varios artículos, como un breve Anónimo. Courrier des ateliers. “Figaro Littéraire”, París (12-V-1951). Col. FPJM, v. III, p. 178, que menciona que Miró hará una larga estancia en París porque al fin ha descubierto un taller; y sobre todo el artículo de Descargues, Pierre. Le long du funiculaire de Montmartre. Picasso, Matisse et Rouault sont venus graver leurs plus beaux livres. “Les Lettres Françaises”, París (31-VII-1953). Col. FPJM, t. V, p. 7. Destaca entre los colaboradores de Lacourière a Frélaut, Dutrou, Molinier y Antoine. / Anónimo. Roger La­courière dans son atelier de Montmartre a formé quelques-uns des maîtres graveurs contemporains. “France Illustration” (XII-1953). Col. FPJM, t. V, p. 38. En la p. 7 hay una fotografía de Miró con Lacourière (su única aparición en el artículo), junto a otras de Picasso, Matisse, Léger, Braque y Segonzac, con la leyenda “Quelques-uns des élèves illustres de Roger Lacourière”. Una noticia sobre que Miró partirá de Mallorca para una larga estancia en París en Anónimo. Courrier des ateliers. “Figaro Littéraire”, París (17-II-1951). Col. FPJM, v. III, p. 150.
[5] Del Arco, Manuel. Entrevista a Miró. Joan Miró. “Destino” (III-1951) 6-7. Col. FPJM, v. III, p. 170-171.
[6] Santos Torroella, R. Entrevista a Miró. Miró aconseja a nuestros pintores jóvenes. “Correo Lite­rario”, Madrid, 2 (15-III-1951).
[7] Charbonnier, G. Entrevista a Joan Miró, ra­diofóni­ca para Radio Nacional de Francia (1951). ed. Le Mono­lo­gue du Peintre. Julliard. París (VII-1960). Reprod. en “El País” Semanal nº 1.097 (5-X-1997) 138-142.
[8] Rico, Francis. Venus des quatre coins du monde…”L’espoir” (27-III-1951). Col. FPJM, v. III, p. 162. / Anónimo. L’âge d’or. “L’Intransigeant” (28-III-1951). Col. FPJM, v. III, p. 162. Se sugiere que es invitado de Prévert en Saint-Paul. / Rico, F. “Journal du Dimanche” (1-IV-1951). Col. FPJM, v. III, p. 162. Se alarga su estancia al menos hasta el 1 de abril, para asistir a la Fête des Vins de Saint-Paul. / Anónimo (¿Rico, F.?). Les grands peintres à la Fête du vin. “France Dimanche” (8-IV-1951). Col. FPJM, v. III, p. 164. Miró asiste junto a Braque, Chagall, Matisse, Picasso y Utrillo.
[9] Mauche, Jerôme. Chronologie. *<Willi Baumeister et la France>. Colmar. Musée d’Unterlinden (1999): 269.
[10] Carta de Miró a J.L. Sert. Mont-roig (17-VII-1951). [Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MoMA (1993-1994): 339, n. 747.]
[11] Chazal, Robert. Noticia. “Cinémonde” (28-VII-1951). Col. FPJM, t. IV, p. 3.
[12] El nº 14-15 de la revista “Carreau” está en col. FPJM, v. IV, p. 38.
[13] Anónimo. De arte. Viaje de Juan Miró. “La Vanguardia”, Barcelona (7-XII-1951). Col. FPJM, t. IV, p. 26.

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