domingo, mayo 10, 2015

El artista francés André Derain (1880-1954) y su influencia sobre Joan Miró.

El artista francés André Derain (1880-1954) y su influencia sobre Joan Miró.

Resultado de imagen de André Derain photo

André Derain (Chatou, c. París, 17-VI-1880-Garches, Chambourcy, 8-IX-1954) es un pintor, escultor (más de 150 obras), decorador y teórico francés. Supera el destino comercial que le reservaba su padre (como Miró) y se dedica a la pintura y la ilustración muy pronto. Estudia arte en París (1898-1899): en Chatou, donde conoce a Vlaminck, y en la Academia Carrière, donde intima con Matisse, con el que pinta un tiempo en el sur de Francia. Expone sus obras de intenso colorido en 1905 con el grupo de los fauves en el Salon d’Automne, en un periodo que puede ser considerado plena pero brevemente fauvista, en 1905-1907.

Resultado de imagen de André Derain photo

Autorretrato.

Resultado de imagen de rue tourlaque photo

El taller de Les Fusains en la rue Tourlaque, en el que se instaló Miró en 1926. Derain tuvo su taller en el mismo sitio al menos desde 1907 (algunas fuentes señalan 1906).

Vuelve a vivir en París desde 1907, en la rue Tourlaque —donde también residirá Miró en 1926-1929—, y expone a menudo en conocidas galerías y asimismo su obra figura en múltiples reproducciones de revistas, lo que favorece su conocimiento entre los jóvenes pintores.
De 1908 a 1910 es influido por Cézanne, el cubismo (así como él mismo influye en Picasso, de quien es amigo desde 1906) y el arte africano, de modo que el fauvismo deviene en postfauvismo cercano al cubismo en sus paisajes de los años 10..
Después de la I Guerra Mundial vuelve a la tradición figurativa, con un clasicismo académico influido por el Trecento italiano, el Renacimiento francés, los Carracci y Corot.

En los años 20 Derain se decanta por un retorno a la tradición figurativa, de un clasicismo académico influido por el Trecento italiano y el Renacimiento francés, lo que le aleja casi definitivamente de las vanguardias, justo cuando el “retorno al orden” consagra a Derain en el aprecio del público y de parte de la crítica. Es entonces cuando André Lhote le reconoce como “el más grande pintor francés vivo”, y cuando le admiran André Masson, Alberto Giacometti o el crítico Jean Leymarie.


Árboles en Colliure (1905).


Vista de París.


La danza.

Su tibieza frente al invasor alemán lindó con el colaboracionismo y en 1941 viajó a Alemania en un montaje oficial, lo que le desprestigió gravemente: Alfred Barr explicará en el boletín del MOMA que un antiguo amigo, Picasso, en 1945 llegó a comentar que merecía ser fusilado.


En 1946-1948 realiza esculturas de un acusado primitivismo y arcaísmo, pero entonces ya no era una novedad y fue relativamente marginado en exposiciones y el mercado artístico.
Falleció atropellado por un automóvil, una muerte similar a la de su amigo Maurice Denis.

La influencia sobre Miró.
Las obras postfauvistas de Derain de los años 10 podrían parecer una influencia poco perceptible sobre la formación a distancia de Miró en Barcelona, tanto por reproducciones como por la lectura de sus teorías, pero una observación atenta permite reconocer grandes afinidades y la coincidencia de algunos intereses: destacan el ejemplo de superar el destino comercial que les reservaban sus respectivos padres, para dedicarse a la pintura; su puro y primitivo colorido (Derain decía que los colores eran “cartuchos de dinamita” y “tremendas descargas de luz”; Miró que eran “puñetazos”); la estructura con una depurada composición mediante el equilibrio cromático (proveniente de Cézanne más que de Picasso) y el colorido plano como vemos al comparar Puente sobre el Riou (1906) [Óleo sobre tela (82,5 x 101,6). Col. MoMA] con las pinturas mironianas de hacia 1915-1916.
Miró podrá contemplar de primera mano su obra desde su llegada a París en 1920, en un momento en que el francés es un postfauvista todavía gracias a su colorista decoración, aunque ya sobre temas y composiciones neoclasicistas al modo de Ingres, o, menos frecuentemente, al de Corot, Cézanne y otros modelos que también Miró tomará como referencias en distintas épocas. En noviembre de 1920 escribe a Ràfols: ‹‹En la Francia actual sólo venero a Picasso, Derain, Matisse y Braque, los otros me dan igual.››[1]
Miró todavía comenta en una carta a Cassanyes en 1923 (no publicada) que admira la disposición clasicista de las figuras de Seurat y Derain, con la misma dignidad y ley de equilibrio que las columnas de un templo griego.[2]
En una carta de 1932 a Gasch repite su admiración por Derain, para el ballet del mismo año de Balanchine La Concurrence: ‹‹Ara en Derain està treballant en el seu decorat que és potser lo millor que ha fet.››[3]
Ambos admiran en los años 30 el primitivismo del arte africano y lo coleccionan con pasión, y a Miró le influenciarán más tarde sus impresiones de las “negras manos” en una reproducción de “Minotaure”, 6 (invierno 1935). Ambos comparten asimismo el interés por el volumen, que llevará al francés a cultivar la escultura en la vejez como vemos en sus primitivas piezas de 1946-1948.
Pero en 1977 Miró relativizará el valor retrospectivo que le merecía su obra hacia 1923-1924, lo que se explicaría porque el catalán entre 1920 y 1923 había cambiado su propio estilo: ‹‹En la Rue Blomet se hablaba mucho más de pintura. Así fue como a Masson empezaron a gustarle los cuadros de Derain y esperaba mucho de él. Yo no. (...)››[4]

Con todo, Miró no podía dejar de reconocerle su gran valía como artista y, como homenaje, una obra suya figura en la colección permanente de la FJM desde 1986.

NOTAS.
[1] Carta de Miró a Ràfols. París (18-XI-1920). cit. Soberanas; Fontbona. Miró. Cartes a J.F. Ràfols, 1917/1958. 1993: 46. Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 75. / Rowell. Joan Miró. Écrits et entretiens. 1995: 87. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 126.
[2] Comentario extraído de una carta de M.A. Cassanyes a Miró, en Mont-roig. Sitges (7-XII-1923) FPJM.
[3] Carta de Miró a Gasch. Montecarlo, Hotel Bristol & Majestic (9-IV-1932) FJM. Cit. Gasch. L’expansió de l’art català al món. 1953: 102. / Malet. Jeux d’enfants. <Miró en escena>. Barcelona. FJM (1994): 114. / Lax; Bordoy. Cronología, en AA.VV. Miró. Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca. 2005: 524, n. 475.
[4] Miró. Rue Blomet. Texto transcrito por Dupin (1977). Reprod. Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews1986: 102. / Rowell. Joan Miró. Écrits et entretiens1995: 115. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 163.

Fuentes.
Internet.
Exposiciones.
<Derain>. Roma. Villa Medici (noviembre 1987-enero 1977). Cat. 163 pp.
<André Derain: 1880-1954. El pintor del malestar moderno>. Madrid. Museo Thyssen-Bornemysza (1995). Cat. Textos de Tomás Llorens et al. 217 pp.
<Derain>. París. MNAM (1994) y Madrid. Fundación Thyssen-Bonemisza (1995). La mayor retrospectiva.
*<Fauves>. Sydney. The Art Gallery of New South Wales (1995-1996). Cat. Freeman. Derain: 54-111.
<Derain>. Valencia. IVAM (12 diciembre 2002-23 febrero 2003) y Lausana. L’Hermitage (2003). 98 obras (pinturas, acuarelas, grabados, cerámicas y, sobre todo, esculturas. Comisario: Rudolph Koella.

*<Matisse-Derain: Colliure 1905, un été fauve>. Céret. Musée départemental d\'art moderne (18 junio-2 octubre 2005). Cateau-Cambrésis. Musée départemental Matisse (22 octubre 2005-22 enero 2006), Cat. Gallimard. 2005. 298 pp.



<André Derain. 1904-1914 La décennie radicale>. París. MNAM (4 octubre 2017-29 enero 2018). [https://www.youtube.com/watch?v=ugYmM7VtSpE]

Libros.
Bénézit, E. Dictionnaire des peintres, sculpteurs, désignateurs et graveurs. Gründ. París. 1976. 10 vs. Reed. Jacques Busse (dir.). 1999. 14 vs. Vol. 4, pp. 458-461.
Bordskaia, Natalia. André Derain. En los Museos de la URSS. Aurora. Leningrado. 1981.
Labrusse, Rémi; Munck, Jacqueline. Matisse-Derain (1904-1908). La vérité du fauvisme. Hazan. París. 2005. 320 pp.
Lee, Jane. Derain. Phaidon. Oxford. 1990. 144 pp.

Artículos.
Chassey, Eric de. Derain fauve, cubiste et collabo? “Beaux Arts”, 128 (XI-1994) 74-85.
González García, Ángel. Las negras manos de Derain. “Arte y Parte”, Madrid, 1 (II a III-1996) 106-119, reprod. en El resto. Una historia invisible del arte contemporáneo. Museo de Bellas Artes de Bilbao y Centro de Arte Reina Sofía. Madrid. 2000: 121-129.

No hay comentarios:

Publicar un comentario