Joan Miró en 1959-1963: las exposiciones y la crítica.
Al mismo tiempo que
la cotización internacional de su obra crece[1],
la cercanía de su 70 aniversario (1963) favorece la celebración de exposiciones
individuales de ámbito internacional.
En Francia, París es
el gran centro, gracias a que la Galerie Maeght presenta cuatro muestras.
Comienza con <Céramique Murale de Miró-Artigas> (17-28 febrero
1961) en la que se contempla el mural cerámico para el Harkness Graduate Center,
más un catálogo en “Derrière le Miroir”, 123 (II-1961), con texto de J. Gardy
Artigas, Miró: céramique murale pour Harvard.[2]
Sigue <Joan Miró>
(28 abril-junio 1961) con pinturas recientes y un catálogo en “Derrière le
Miroir” nº 125/126 (IV-1961) 2-19, con textos de René Char, Miró: 9
litographies en couleurs dont deux en dépliant, y Dupin, Nouvelles
peintures de Miró.
La crítica se hace temprano eco de la muestra.[3]
Schneider opina en “L’Express”(27-IV-1961) que del fauvismo y el cubismo Miró
toma la libertad de las formas, mientras que del surrealismo toma la libertad
de los contenidos.[4] Ragon
comenta en “Arts” (3-V-1961) que estas obras son una síntesis de su evolución,
destacando su humor audaz (comenta que fue Gertrude Stein quien le llamó
“Mickey Mouse abstracto”) y reseña su influencia sobre Fontana, Burri, Hartung,
Gorky, Rothko y, en general, la escuela de Nueva York, y resume las variadas
influencias que atesora desde el fauvismo y cubismo, al arte popular de
Cataluña y el primitivo, el graffiti popular o la poesía automática de los
surrealistas.[5] Cartier
en “Combat” (8-V-1961) celebra que, después de tantos años, se pueda volver a
ver en París pinturas recientes de Miró, que clasifica en dos grupos, uno de
cuadros de pequeño formato sobre telas de saco, gruesa y rugosa, con lo que
consigue notables efectos matéricos, y un dominio de signos en negro, en
consonancia con su obra anterior; y otro grupo de cuadros más próximos a la
abstracción “tachista”, con un rico colorido.[6]
Un anónimo escribe en “Le Monde” (12-V-1961) que Miró da la impresión por
primera vez en treinta años de buscar pero no encontrar al primer golpe,
entrándole la duda como se ve en su revisión del Autorretrato (1937-1960): ‹‹il semble brusquement anxieux d’introduire dans le dessin franc et
les linéaments légers une vibration, un “sfumato”, une apparence spomgieuse de
crachotis d’encre, un petit tachisme… qui ne font pas toujours l’affaire.›› y
teme que Miró se haya dejado arrastrar por los jóvenes artistas españoles más
matéricos.[7]
Un anónimo escribe un interesante artículo, Pam! Pam! Zang! Zang! en
“Time” (2-VI-1961), en el que menciona que el artista destruyó en 1959 parte de sus obras:
‹‹When Painter Joan
Miró, 68 — short, round-faced and seemingly as placid as a Buddha—withdrew from
France to his studio home on Majorca five years ago, an uneasy lethargy settled
over him. He imposed “a silence on myself. A fast.” Instead of painting, he sat
and thought. Then, two years ago, catastrophe.” Systematically he tore up
scores of paintings that he had done on cardboard, obliterated nearly a hundred
done on canvas—an act roughly equivalent to burning up $3,000,000. “The paintings
uttered soft cries when they saw I was destroying them,” sighs Miró. “But I
wasn’t angry at the canvases. I was angry at myself.” Finally, the
“catastrophe” over, Miró went back to work.
Last week the new Miró
paintings were on view in Paris’ Galerie Maeght—to mixed critical reception.
For the most part, the childlike “signs,” the brilliant and charming fantasies
were gone. In their place were some small paintings on burlap, priced as high
as $16,000, which consisted of little more than a few black forms swimming
through solid color. There was a whirling constellation, a burning sun-shape
inside an amoeba-like splash, a few nebulous and milky canvases that were each
rather uncertainly called Painting.
To Be Nervous. In five
versions of Seated Woman, the woman
hardly made an appearance at all. In many canvases the once meticulous Miró had
left hairs from his brushes imbedded in the paint. What did all this splatter
and splutter mean? Plainly, the new Miró was mad at the world, and he was
letting his emotions boil over. “I used crayon,” says he of some thin colored
lines in one painting, “because it was more nervous, Pam! Pam! Pam! Pam! Like a
knife!” Commented the weekly “France-Observateur” sadly: “Disappointed spirits
will conclude that this is not Miró.”
Just how Miró manages to
get so roiled up is something of a mystery, for his own life remains as
methodical as an engineer’s blueprint. He wakes at 5, meditates for a while,
and then, in measured steps, proceeds to his white studio, designed by U.S.
Architect (and fellow Catalonian) José Luis Sert. There, surrounded by favorite
shapes and objects—a rotting rudder, a rusting anchor, a decaying sheet of
metal, bits of pottery, and some toy turtles—he contemplates for about an hour.
“By this time,” says he, “I am filled with fury for my work, and I am ready to
jump off the balcony.” Instead, he paints through the morning. After lunch and
a rest, he sets off at a brisk pace for a solitary walk on the steep roads near
his house, stopping to examine a leaf, a butterfly, a chip in a wall. During
the day he smokes just three cigarettes. He works until exactly 9:30 at
night.››[8]
Continúa el mismo
año con <Miró: Peintures murales. 7 litographies en couleur>
(23 junio-31 julio 1961) con seis pinturas murales y un catálogo en “Derrière
le Miroir”, 128 (VI-1961) con textos de Josep-Lluís Sert, Miró: Peintures pour des
grands espaces (1-8), Joan Brossa. El pur estrèpit; Agulla
perduda en un paller; Petits nocturns catalans, y un diálogo entre
Joan Prats y Joan Brossa. Diàleg matinal a l’Exposició Miró.[9]
Viene a la Maeght
después de un largo respiro <Miró-Artigas. Céramiques monumentales>
(7 junio-31 julio 1963), con 41 cerámicas y un catálogo en “Derrière le
Miroir”, 139/140 (VI-1963), con texto de André Pieyre de Mandiargues, Terres
nouvelles de Miró et d’Artigas.[10] Edouard Roditi (X-1963) se
desmarca con dureza de estas cerámicas: ‹‹a really questionable product (..)
frankly slovenly››[11],
tal vez como tardía venganza (como apunta Coyle) por la pobre entrevista que le
había concedido Miró cinco años antes o porque sinceramente le parecía una obra
menor respecto a su pintura más Apura”. Ciertamente, los críticos
formalistas o sus seguidores, se volvían más y más reacios a la obra cada vez
más transgresora que Miró iba desarrollando desde 1959.
El MNAM destaca
entre los museos al organizar <Joan Miró> (29 junio-4 noviembre
1962), una antológica con 241 obras (110 pinturas, más 40 gouaches y
acuarelas, dibujos, collages, grabados, 40 pequeñas esculturas de bronce y
cerámicas) y un catálogo por Antoinette Huré y prefaciado por Jean Cassou, que
proclama a Miró como el mayor artista catalán (insistirá varias veces en su
catalanidad y menciona también su mediterraneidad y el “génie ibérique”) desde
Gaudí (recién descubierto por la crítica francesa) y menciona sus inicios
naturalistas y su magia.[12]
La
Galerie Berggruen presenta <Joan Miró. Constellations> (5
enero-marzo 1959), la reproducción del álbum de 22 gouaches de las Constelaciones
(1940-1941) con un catálogo con textos de André Breton, Proses paralleles,
y James Johnson Sweeney, The Atmosphere Miró.[13]
Coincidió su parte final con la apertura de dos exposiciones de la misma serie
en Nueva York y Hollywood.
La
parisina Le Point Cardinal
presenta <Joan Miró> (1-30
marzo 1963), con los tres poemarios editados por Maeght e ilustrados con
aguafuertes de Miró, de Yves Bonnefoy, Anti-Platon, André du
Bouchet, La Lumière de
la Lame, y
Jacques Dupin, Saccades, con un cartel del propio Miró.
En Alemania, en
Frankfurt la Galerie Olaf Hudtwalcher muestra <Grafik von Joan Miró>
(13 abril-18 mayo 1963).
En Suiza, en Basilea
la Galerie Beyeler expone <Miró:
Peintures, Gouaches, Lithos, Tapis> (febrero-marzo 1960), con 64 obras: 20 pinturas, gouaches, collages y
dibujos (1-20), 42 litografías y aguafuertes (21-62), dos tapices (63-64). El catálogo
en forma de tríptico lleva una breve introducción sin firma que incide en la
variedad de temas y medios en que trabaja el artista como un artesano que da a
luz con sus manos a un recién nacido: ‹‹Miró gleicht manchmal einem Zauberer, wenn unter seinen
Händen aus holzstücken und Gips plötzclich ein neues Wesen ensteht, das uns später ganz
selbstverständlich irgendwo auf Mirós Landgut wieder begegnet.››.[14]
En Ginebra el Musée de l’Athénée
presenta <Joan Miró: Oeuvre graphique original, céramiques>(10
junio-14 julio 1961) con un catálogo prefaciado por Michel Leiris.
En Italia, en Roma
la Galleria Il Segno presenta <Joan Miró: Opere grafiche> (7
marzo-4 abril 1959), con 41 obras, incluyendo la reprod. de la serie Constelaciones,
más un catálogo[15] y nuevamente <Joan Miró>
(9 noviembre-1 diciembre 1962) con 14 litografías y aguafuertes, cuatro
estampas, Álbum 13 (13 litografías) y
el libro Constellation con texto de
Miró y litografías de sus gouaches[16]; y la Libreria Einaudi realiza
una <Mostra di litografie di Miró> (desde 5 enero 1961). En Ivrea
el Centro Culturalle Olivetti presenta <Mostra di acqueforti, litografie
e stampe di Miró> (enero 1961) que pasa a la cercana Turín, en la
Galleria La Bussola (desde 4 febrero). En Milán la Galleria del Naviglio,
dirigida por Cardazzo, muestra por fin su primera gran exposición individual,
<Miró> (6-31 mayo 1963), con 35 obras (1952-1960), la mayoría
pinturas y libros ilustrados de sus últimos tres años, con un catálogo con un
poema de Jacques Prévert. Joan Miró, y que gozó de un notable
seguimiento crítico en la prensa italiana, con crónicas muy elogiosas, que
trazaban brevemente su biografía e insistían en su arte, moderno y de temperamento
vitalista.
En Noruega, el
Norrköppings Museum presenta <Svärtan hos Miró> (5 mayo-4 junio
1961).
En España, en Barcelona
la Sala Gaspar organiza cuatro muestras de creciente éxito. Comienza con el
primer éxito de público (el Club 49 de Prats se movió mucho para conseguirlo)
de una exposición de Miró en España en <Joan Miró> (8 abril-mayo
1959), con obra gráfica (28 grabados de la serie Atmósfera Miró, ocho
pergaminos y una litografía)[17];
sigue con su primer éxito de ventas en <Joan Miró> (6-20 noviembre
1959), organizada por el Club 49 con obra gráfica (10 aguafuertes, 12 litografías
en negro y en color, 22 planchas en color, un aguafuerte y una litografía de
las Constelaciones) y un makemono (0,40 x 10 m )[18];
prosigue con <Mural de Miró-Artigas> (30 enero-16 febrero 1961),
con el mural cerámico para el Harkness Graduate Center de Harvard, siendo un
éxito que es recogido por la prensa.[19]
Perucho escribe que Miró comienza a ser reivindicado en Cataluña, con la
primera muestra con una importante obra reciente en 43 años —puntualiza que la
exposición de 1948 era una retrospectiva—:
‹‹Joan Miró no había
expuesto en Barcelona desde 1918. Ahora, por concesión especial del artista, ha
ofrecido a sus conciudadanos la visión de un gran friso de cerámica (…). Joan
Miró es un gran artista. Después de Picasso es con seguridad el más grande de
los artistas vivientes. (…) / La noche de la inauguración acudió mucha gente a
la sala Gaspar. Fue como una fiesta del espíritu con algo de mundanidad. El país
ha cambiado un poco, se siente una gran atracción por el nombre y la obra de
Joan Miró, y es seguro que Barcelona siente el orgullo de que Joan Miró sea
hijo suyo. Algo va cambiando en la ciudad, varios síntomas lo denotan. / Joan
Miró no había expuesto en Barcelona desde hacía cuarenta y tres años. Son
muchos años. Sin embargo, los grupos de admiradores que Miró cuenta en la
ciudad, se habían esforzado en llenar este vacío a base de exposiciones
retrospectivas con el fondo de colecciones particulares, o bien con alguna
exposición de grabados. (...) / Ahora, después de cuarenta y tres años, Joan
Miró se ha enfrentado otra vez con su ciudad natal y le ha ofrecido el
espectáculo fascinante de una gran obra. Una obra que posiblemente sin la
experiencia de la tierra, de la nube o de la hormiga no se hubiera hecho. La
sala estaba llena, Joan Miró habrá visto rostros expectantes, flores amarillas
en el traje negro de las damas, una llama prendida en los ojos de los
adolescentes silenciosos. Este es, como siempre, su país. El contacto, lo
creemos todos, va a ser fructífero. No es de esperar que se interrumpa.››[20]
Destaca en la sala
Gaspar sobre todo la cuarta y última muestra de esta fase, por ser la
celebración de su 70 aniversario y llevar un numeroso público al vernissage de
la sala, <Miró. Álbum 19> (26 octubre-15 noviembre 1963), con el Álbum
19 de 19 litografías (expuesto ya desde 6 octubre 1963[21]),
más otras siete, hasta un total de 26, con un catálogo con un texto de Joan
Perucho y un poema de Raymond Queneau, más un folleto al parecer editado por
Gaspar al final de la muestra con un texto del crítico Joan Cortès. La muestra
fue tan importante que se llegó a decir que era su primera barcelonesa en
muchos años y fue muy comentada en la prensa[22]
El conocido escritor
Sebastián Juan Arbó destaca en “La Vanguardia” (2-XI-1963) el éxito de público
de la muestra, reconoce la gran fama del pintor, confiesa que no entiende ni
aprecia este arte, y apunta el “fenómeno” de que cuatro de los mayores artistas
del siglo, Picasso, Miró, Dalí y Tàpies, estén relacionados o sean de Cataluña:
‹‹Esta mañana
he visitado la exposición del pintor Miró; la sala estaba llena, cosa de notar,
por tratarse de un día de trabajo y hallarse en su mitad la mañana. No cabe
duda, que en este sentido, la exposición del pintor es un éxito; cuando menos,
en la curiosidad despertada. La cosa tampoco es de extrañar, dada la fama de
que goza Miró y lo discutida que ha sido, y está siendo, su obra.
Me ocuparé poco de la exposición en sí; dejo esta tarea a los críticos, y
a los entendidos, pues es de suponer que los hay, como hay un arte, según
afirman, que necesita de entendidos, de gente, como si dijéramos,
especializada. Por mi parte, siento, eso sí, una gran curiosidad hacia las
novedades en arte, lo dije ya; siento curiosidad por la busca sincera y
apasionada de lo nuevo en la belleza, y en los medios de expresión; pero siento
también, y lo confieso, un gran recelo ante todo lo que se nos ofrece con esta
etiqueta en nuestros días.
Yo puedo asegurar, esto sí, que he ido a esta exposición sin prevención
alguna; al contrario: con el alma abierta a todas las sugestiones que me
pudiesen venir, como voy a todas las exposiciones; con deseos sincerísimos de
captar la nota bella, de descubrir la virtud secreta, de recibir este “ramalazo
emocional” de que nos habla el propio pintor; he ido, eso sí, con la mirada
despierta, sin deseos tampoco de engañarme, de dejarme sugestionar por las
“voces” que suenan a la entrada y por las propagandas, lo cual, debe reconocerse,
es una pésima disposición para enfrentarse con este arte. He ido, y lo confieso
también, sin deseos de hacer aquel esfuerzo, de someterme a aquella especie de
autoeducación, de preparación —no sé qué será esto—, de que nos hablaba uno de
esos pintores, y que eran, según él, condiciones precisas para elevarse hasta
su arte, porque, lo afirmaba también, no era él el que había de descender hasta
el público, sino el público elevarse hasta él; parece, en efecto, que estas
obras nuevas se mueven más y más en las regiones astrales, mientras nosotros,
pobres de nosotros, continuamos chapoteando en el barro de esta tierra nuestra;
pero, en fin, sea como sea, yo he ido con la mejor disposición, con una gran
humildad y con un gran interés en comprender y emocionarme, en captar el
secreto que el artista había depositado en su obra.
Confieso que no he visto en parte alguna los grandes méritos que se
atribuyen a esta pintura, o los he visto muy poco; no recibí, desde luego, este
“ramalazo emocional”, esta especie de descarga eléctrica, de que habla el
propio pintor y que sin duda deben de sentir con él —no puede ser de otro modo—
muchos otros en el mundo; pienso yo que sin duda debo equivocarme, o no lo
entiendo, o no voy lo suficientemente preparado, ya que son tantos los que
afirman lo contrario —y los hay entre ellos famosos— y que llevan a las nubes
el nombre del pintor. Por mi parte, voy a hacer una confesión que parecerá
acaso una barbaridad, y puede que lo sea, pero que es absolutamente sincera. A
mí si me dijeran que estos dibujos —algunos muy sugestivos en su colorido, es
cierto, en sus formas— los ha pintado un muchacho de diez o doce años, me
parecería posible, y aceptable, y no sentiría, lo confieso, un asombro
excesivo, demasiada admiración, y tampoco le auguraría al muchacho un brillante
porvenir en el oficio. Un total despiste —páseseme la palabra—, desde luego,
porque, en algún sentido muy moderno, como son ellos, no puede decirse que
estos artistas no hayan conseguido —¡y en qué grado!— todo aquello de más
precioso, de más grande, a que puede aspirar un artista: el aplauso universal,
la popularidad, la fama, y el dinero. Ante esto, tenemos que rendirnos. Es
preciso, creo yo, qu« haya algo en este arte, una virtud escondida; airona
cualidad secreta, y los hay ilustres, como he dicho, que lo proclaman; yo, lo
confieso, humildemente, no lo sé ver.
Pero, repito, no era mi intención hablar de la obra —y pienso que lo he
hecho demasiado—; mi propósito era sólo hablar del “caso”, del fenómeno que
representan los éxitos de estos pintores nuestros de avanzada. Al salir de la
exposición, iba yo reflexionando sobre ello.
No sé si la idea la han tenido otros antes que yo; supongo que sí, pues,
como mía. no es nada del otro mundo: es una observación sencillísima, pero que
no deja de tener su fondo. No tiene nada que ver con el arte, y si con la
actitud de estos artistas, con su “actuación”, podríamos decir, ante el mundo y
con respecto a su país.
El hecho es que entre los artistas que más éxito han alcanzado en el mundo,
figuran cuatro destacados, y que da la casualidad de que los cuatro son de
nuestra tierra; esto, en un pueblo como el nuestro de tradición pictórica
brillante pero no excesiva, si se compara con los Países Bajos, con el resto de
España, con algunas ciudades italianas, no deja de ser sorprendente.
En primer lugar está Picasso; éste, si no nació aquí, aquí se crió; aquí
se formó como artista, en los medios literarios y artísticos de nuestra dudad;
es, desde luego, el más destacado, y su fama entra casi en los dominios de lo
fabuloso; está después Miró, nacido en una parte de Cataluña, y Dalí, nacido en
la opuesta; ahora surge Tàpies, en el centro, y les sigue por el mismo camino.
Son cuatro artistas, pues, los cuatro catalanes, y los cuatro que han alcanzado
—¿y quién negará esta verdad?— la fama más universal; los cuatro, también, han
escrito, han pintado, o han hablado, como si dijéramos, con clave, cosa que
debe también tenerse en cuenta. A mí, como catalán, y aparte de lo que pueda
pensar de ellos, el hecho no deja de satisfacerme y de halagarme. ¡Ahí es nada,
en efecto, alcanzar esta fama, con los millares de pintores que luchan y se
afanan por ella en todo el mundo!
Es un hecho, repito, que no deja de hacer cavilar; que se da a muchas
reflexiones, que hace pensar si los catalanes no tendrán algo especial, algo de
aquella gracia que les atribuía el filosofo de Martorell, también famoso, y
también catalán, cuando, metido en su “torre de las horas”, reflexionando sobre
Cataluña y los catalanes, sacó la conclusión, y lo dijo, que llegarla un día en
que los catalanes irían por el mundo, y allí adonde fueran lo tendrían todo
pagado. Digo “fueran” y lo “tendrían”, porque yo, la verdad, aunque catalán, no
me atrevo a contarme entre ellos; no me atrevo a incluirme en la ganga; no he
mostrado nunca en este sentido ninguna facultad; todavía no he encontrado nada
que se me haya dado de balde —y dudo que lo encuentre nunca—; yo creo incluso
que lo he pagado siempre a más precio que la mayoría. Yo soy de una parte del
país donde estas virtudes genuinamente catalanas llegan muy debilitadas; entre
la influencia valenciana y, sobre todo, la aragonesa, todo lo de aqui se siente
con menos fuerza. Pero el hecho no importa; una golondrina, ya se sabe, no hace
verano; un ejemplo, no representa nada, y como suele decirse, la excepción
confirma la regla. Yo había pensado siempre que la afirmación era una broma del
filósofo; ante las pruebas que se nos ofrecen, creo que empieza a ser hora de
pensar en ello seriamente. Tal vez vayan llegando ya los tiempos.››[23]
El escritor y
periodista Ignacio Agustí publica en “Triunfo” (2-XI-1963) un artículo
encomiástico, celebrando el primer vernisage de Miró después de tres decenios y
comentando la calidad de sus colores, el primitivismo de sus ‹‹atisbos
ancestrales››[24] y la sencillez de sus
elementos.
Joan Teixidor
escribe en “La Vanguardia “ (7-XI-1963) sobre la vertiente poética de la
pintura mironiana, en la inspiración, en la escritura sobre la tela, en los
títulos…:
‹‹Joan Miró
ha tenido siempre amistad con los poetas. Si repasamos la lista de sus obras
veremos que abundan las ilustraciones de libros de poesía. Desde aquel ya
lejano Gertrudis, de J. V. Poix,
publicado por “L’Amic de les Arts”, de Sitges, hasta el Álbum 19, de R. Quéneau, del año pasado, el itinerario nos haría
pasar por algunos de los nombres más famosos de la poesía de nuestro siglo:
Benjamin Péret, Tristan Tzara, Alfred Jarry, Rene Char, André Breton, Jacques
Prévert, Paul Eluard, Michel Leiris, René Crevel, Yves Bonnefoy... La mayoría
de ellos nos retrotraen a las primeras escaramuzas del surrealismo en París y
nos llevan a los años veinte, al grupo de la Rué Blomet, al taller de Miró que
daba sobre un patio miserable con un tímido arbolillo de lilas que fue cantado
en un poema de Robert Desnos. Son también los años de La Masía, la cósmica visión de su paisaje de Montroig que pintara
Miró en su período de exaltado y orientalizante miniaturismo realista. Cuando
Hemingway enamoróse de esta tela que los años habían de hacer famosa y para
adquirirla hizo una precipitada colecta de donativos entre sus amigos
americanos de los cafés de la Rive Gauche. Siempre poetas en torno de su obra,
amistades que los años van cimentando, porque el artista es hombre fidelísimo y
si una cosa es segura en él es precisamente esta maravillosa continuidad en los
amores y en las obsesiones. Así, por ejemplo, en el caso de Miró siempre nos
veríamos obligados a volver a los mismos sitios: Montroig, con su tierra
encendida, la Mallorca azul y estelar, la Barcelona de su Pasaje del Crédito,
el París de la aventura y de la exaltación. Y con ellos, los amigos poetas que
le acompañaron siempre, indudablemente con mayor asiduidad que sus colegas
pintores, empezando por aquellos compatriotas que le acompañaron en los
primeros años de París y que, novecentistas barceloneses empedernidos, no
supieron ver en los patéticos silencios del artista el comienzo de una de las
aventuras plásticas más decisivas de nuestra época.
Pero cabe preguntarse si esta amistad con los poetas que Miró ha
mantenido siempre se debe tan sólo a un azar u obedece a razones más profundas.
Y esto nos enfrenta inmediatamente con su obra. Ya se sabe que la pintura
deberá justificarse por sí misma y que no le añaden nada las excrecencias que
tantas veces se le superponen para teñirla de otra cosa que no es exactamente
su realidad. Pero esto no cuenta en el caso de Miró. Evidentemente, no hablamos
de estas superposiciones inútiles en que a veces se complacen ciertos artistas
como en un juego. Cuando tantas veces en los mejores textos sobre la obra de
nuestro artista se ha utilizado una adjetivación poética para caracterizarla,
ha sido obligadamente, como si no hubiera otra forma de referirse a ella.
En última instancia, la pintura concierne a un hombre y no a un estilo
más o menos fatal o histórico. Y, por tanto, allí queda él con su modo de ser,
sus apetencias, su peculiar visión de las cosas. Y el comentario que nos
suscita no podría nunca escamotear esta referencia. Que, por otra parte, es el
propio Miró que la propone con los títulos de sus obras, tantas veces alusivos
y elípticos, pero en todo caso referibles a una cierta mitología que ha sido de
siempre patrimonio de poetas: pájaro, mujer, estrella, constelaciones, luna,
amor... “Main attrapant un oisseau”,
“Chien aboyant á la Lune’’, “Femme et oiseau davant le soleil”, “Le soleil
rouge”, “Femrne et oiseau 1959” ,
son algunos de estos títulos en los catálogos internacionales.
Pero aún hay más: en algunos momentos de su vida esta referencia literaria
ya no es sólo un título, sino una frase que se incrusta en la tela, unas
palabras de insinuante caligrafía que pueden llegar a ser el tema central de la
obra. —”Bonheur d’aimer, ma brune”—. Lo cual no nos sorprende nunca, porque
estas palabras inscritas como “graffiti” son exactamente hermanas de aquellos
otros signos plásticos que utiliza siempre Miró. Este artista es un prodigioso
inventor de emblemas y de escrituras. Es precisamente esto, la creación de un
lenguaje pictórico, lo que le ha obsesionado siempre. En toda su obra podríamos
seguir el rastro de una lenta y prodigiosa búsqueda de la línea significativa,
de algo que naturalmente “debe verse”, pero también “debe leerse”, porque en
definitiva sus telas, como el mejor poema, son también historia, escena,
relato, diálogo o drama. Por eso nos parecen mágicas, puertas abiertas a un
mundo que se inventa todos los días y que hay que ir redescubriendo con el
candor de los corazones no fatigados, dispuestos siempre para .el último
prodigio, como si fuéramos niños.
Así, todo lo que tiene de invención la poesía parece refugiarse en
nuestra época en la obra de Joan Miró. Por eso acude tantas veces a lo
primigenio de la vida: artes populares, mitología infantil, pinturas “naifs”,
objetos usuales que reconoce su vieja sangre payesa, piedras halladas al azar y
que según frase de su amigo Joan Prats se convierten en sus manos en “Mirós”,
el amor reducido a sus elementos más inmediatos y purificado en su exaltación
como la imaginara también Joan Salvat Papasseit. Todo ello en su pureza, en su
simplicidad, ofrece la plataforma más apta para el salto hacia este otro mundo
que hay que descubrir. Porque lo que es seguro es que hay siempre otra
historia, otro mito para inventar. Con su optimismo, con su tenacidad artesana,
sabe que todo vive en evolución y que lo que se consigue y nace lleva en germen
otro nacimiento. Adivinar esta aureola mágica de la realidad que nos insinúa
siempre nuevas posibilidades constituye su gran empeño. Las cosas son lo que
son, pero también son otra cosa. Es esto lo que el pintor quisiera reflejar: la
última realidad, color puro, ideograma, vivencia total, el instinto desnudo, la
intuición decisiva de su ser. Todo lo que le lleva a su inmensa fe y que a
nosotros, cuando tenemos ocasión de admirar su obra como ohora, gracias a su
actual exposición barcelonesa, no sabemos exactamente por qué nos produce una
extraña sensación de alivio y de esperanza. Realmente, en una tela de Miró el
mundo vuelve a ser joven.››[25]
Pero no todo era un
camino de rosas y su amigo el crítico Rodríguez Aguilera constata afligido que
Miró todavía no goza de un masivo respaldo popular en Barcelona:
‹‹La noche de la
inauguración, el ambiente fue cálido y emotivo para el pintor. Escritores,
intelectuales y jóvenes pintores lo acogieron con entusiasmo. La respuesta
posterior del público a esta exposición, con ser nutrida, no alcanza, ni por
aproximación, la de cualquiera de sus colegas de análoga dimensión universal a
la suya. Hay, pues, un hecho cierto; Miró sigue, en su tierra, sin la
comprensión y la aceptación general que habría de esperarse para una obra
sancionada como relevante en los ambientes culturales y artísticos de todo el
mundo.››[26]
Rodríguez Aguilera
también comenta el fallido intento de hacer en 1963 una exposición antológica
de Miró en Barcelona, coincidiendo con su 70 aniversario y la apertura en la
ciudad del Museo de Arte Contemporáneo. Los ataques al Museo —que los políticos
del régimen temían se convirtiera en un foco de la oposición cultural
catalanista— frustraron el proyecto:
‹‹El Museo de Arte
Contemporáneo de Barcelona, declarado de interés por la Diputación Provincial,
proyectaba inaugurar sus nuevos locales al comienzo de la presente temporada.
Sus rectores creyeron que nada podía ofrecerse más adecuado para ello que una
exposición antológica de Miró. Se le visitó en su estudio de Mallorca, se
vencieron las inevitables dificultades, se logro el entusiasta apoyo del
pintor, y cuando todo parecía una feliz realidad, que hubiera dado a Barcelona
la más adecuada dimensión de toda la obra mironiana, la paralización de las
actividades del Museo (convertido ya, en el papel, en organismo de la
Diputación Provincial), como consecuencia de los lamentables ataques contra el
mismo, procedentes de diversos lugares y distintos intereses, lo han
impedido.››[27]
En EE UU, Nueva
York es el gran centro, gracias a la Pierre Matisse Gallery (PMG), que muestra cuatro
en 1959-1963: <Joan Miró. Constellations> (19 marzo-abril 1959),
coincidiendo con el final de su paso por París, recuperando la serie que
encumbró a Miró con su aparición en Nueva York en 1945.[28]
Sigue en la PMG <Mural
of Miró-Artigas> (abril 1961) tras su paso por Barcelona y París, aunque
antes pasa por el Guggenheim Museum (30 marzo-16 abril), que muestra la novedad
estética y técnica del mural para el Harkness Graduate Center.[29]
Dorothy Adlow aprovecha
el evento para comentar en “The Christian Science Monitor” Boston (12-IV-1961)
que ‹‹The style of his painting showed [en la época surrealista] very clearly
his dedication to the primitive, the archaic, the childlike, the intuitive, and
preferably to the world of vision and dream. In the pictures by Miró there is a
combination of deep sophistication ad surface naïveté. He can reach a viewer at
various levels. He suggests microcospic life as well as celestial design. (…)››[30]
La muestra en la PMG más importante por evidenciar por primera vez la
influencia del expresionismo abstracto en su propia obra pictórica y su
recuperación para la pintura después de un largo lapso es <Miró 1959-1960>
(31 octubre-25 noviembre 1961; fue prorrogada hasta antes de 13 de diciembre)
con 29 pinturas recientes (incluido el tríptico Azul de 1961) y un
catálogo con texto de Yvon Taillandier, Miró,
en la que poetiza sobre el tema de la naturaleza y el punto, un motivo
recurrente en la obra del artista, que reaparece en sus Azul y que Taillandier relaciona con el feto que nace a la vida y
es agresivo (lo que esplica el color rojo del punto de Azul III), y en fin, ‹‹les dernières oeuvres de Miró, dans leur
extrême simplification, sont des images remarquables et merveilleuses de cette
purification par le feu.››.[31]
La crítica quedó
admirada ante los tres Azul y reconoció enseguida su afinidad con las
pinturas de campos de color de los pintores norteamericanos; la cuestión era
determinar hasta qué punto había relación.[32]
"J.K.” (XII-1961), acrónimo de Jack Kroll, un
defensor del expresionismo abstracto, explica que los tres Azul eran
pinturas abstractas, lo que ‹‹anchored the show firmly to the master’s central
concerns›› pero su análisis específico de estas obras es poco favorable ‹‹The
vas teleologic sneakiness of the endless track that prongs a red plasm in Blue,
3 was a triumph of Miró’s Pegesean orthography. There was a Birds in Space that glowed
and sputtered in a perfect circuit of privately planetary iconography. Several Women
and Women and Birds painted on burlap sacking were like emergency,
instantly negotiable affidavits in the crackling world of affairs is Miró’s energy-echoing mind.››[33]
Brian O’Doherty en “The New York Times” (10-XII-1961) destaca la
imaginación de su obra y consigue unas declaraciones del artista en la misma
PMG, quien acepta que los
críticos tienen derecho a expresar su opinión, y afirma que hay cambios
en su obra porque ‹‹One
progresses.›› y los explica: ‹‹One looks back over his past, over that one has done. It’s a forme of self-criticism. The
things I tried to do thirty years ago ─I had a feeling, but Ia wasn’ mature
enough to do them then. Now I feel I can tackle such things. But they start
very early in my past. Now the scale is different. I feel I can express myself
on a large scale without difficulty. Even, the pieces on burlap ─I did them now
because I wanted to feel the material, the coarse material again.›› Y sobre los
símbolos: ‹‹I don’t try to make them symbols. I do the, and they become
afterwards symbols››
y reconoce su inspiración en los poetas, desde los simbolistas, en especial
Rimbaud.[34]
Sidney Tillim (I-1962), artista y crítico a la vez, comenta la exposición
preguntándose si Miró se
ha convertido en un expresionista abstracto (action painter), y responde
que no, puesto que sigue una evolución personal:
‹‹Has Miró really become
an action painter? (...) [describe] canvases in which black paint had been flung
upon a surface (...) [y otra obra con] a soft point in dead center surrounded
by a few random scrawls of color. (...) [y el tríptico Azul] either
twinkling or hard black spots, a thin line unraveling across the plane and
sudden radiant eruptions of red. (...) [y Tillim afirma la individualidad y, en
suma, el control consciente de Miró] If the blue paintings can be traced to
certain respectable prototypes of Miró’s earlier years, the Aaction” group suggests an inevitable
reaction to the meticulousness and systematization that had claimed his
spontaneity Cor had begun toC as far back as twenty years ago.
But even in his more Aplastic” style, the paroxysm are
measured, the celestial stains pose rather occur. With literature largely
abandoned now, psychological ambiguity ChomelessC is converted into the irony of a
freedom that is being sought while its very means diminish.››[35]
Sigue en la PMG la muestra <Miró-Artigas: Ceramics> (5-30 noviembre
1963) con 15 cerámicas y una pintura mural (1950-1951) y un catálogo con texto
de André Pieyre de Mandiargues, Terres nouvelles.[36]
Pieyre de Mandiargues destaca a Miró como uno de los tres grandes pintores
surrealistas, junto a Max Ernst y Masson, y apunta que el fuego ha aparecido ya
en su obra temprana, en sus personajes que fuman o en sus paisajes con
volcanes, lo que le lleva naturalmente a unir tierra y fuego en la cerámica,
con la ayuda de Llorens Artigas. Repasa su colaboración desde 1942, según
recuerda Artigas, y sus primeras experiencias hasta que pueden trabajar en
Gallifa entre 1953 y 1956 para su gran exposición de cerámicas en París en
1956. Comenta luego la boda de Joan Gardy con la japonesa Mako que llevó
indirectamente a Artigas a instalar en Gallifa un nuevo horno “coreano” (aunque
usado por los ceramistas japoneses), con el que consigue nuevas texturas para
nuevos proyectos, en los que Miró se inspira en imágenes de culturas
mediterráneas (y Pieyre de Mandiargues destaca su afinidad de la Grande Déesse con los ídolos de Chipre),
asiáticas, precolombinas... , con obras de una sexualidad desinhibida, como
esos labios que se ofrecen al beso, y con obras desde el pequeño formato para
un interior hasta la monumentalidad que necesita el Laberinto de la Fondation
Maeght.
Al margen de
Matisse, la neoyorquina F.A.R. Gallery presenta <Miró> (5-24 enero
1959) con litografías y aguafuertes.
En Beverly Hills, la
Frank Perls Gallery, de Frank Perls, presenta al mismo tiempo que Pierre
Matisse (y en colaboración con éste), la <Joan Miró. Constellations>
(17 marzo-abril 1959) y la Paul Kantor Gallery <Drawings by Joan Miró> (8
octubre-2 noviembre 1962), con 26 dibujos, todos en ilustraciones del catálogo,
nueve de 1915-1917 del Cercle de Sant Lluc y 17 más de la Grande Chaumière de
1937. El texto de Paul Kantor resume el interés de Miro (puntualiza que a lo
largo de toda su carrera) y tantos artistas por el desnudo, citando
extensamente un texto del especialista Kenneth Clark sobre el género del
desnudo, y defendiendo que es precisamente en el dibujo donde los artistas se
muestran más íntimos, y Kantor reafirma que en el dibujo se da mejor que en la
pintura la ‹‹disinterested devotion, self-expression.››.[37]
Una importante
antológica itinerante es <Joan Miró>, iniciada en Nueva York, en
el MoMA (18 marzo-10 mayo 1959)[38],
con 116 obras repartidas en pintura (103), escultura en cerámica (5), libros
ilustrados y series de grabados (8), más diseños de ballet. Pasa luego en Los Ángeles al LACMA (10 junio-21 julio 1959), ampliada a 122 obras, con 110
pinturas, gouaches y dibujos, nueve series de grabados y libros ilustrados, y tres esculturas
de Miró y Artigas.[39]
La organizó el comisario
William S. Lieberman (que dedicó meses a las delicadas negociaciones con los
propietarios), con la ayuda de Soby (para los contactos y además con su propia
colección); entre los trámites que se hicieron destaca que el MoMA realizó una "expedición” para rescatar de
Cuba el cuadro de Miró, La masía, para incluirlo en la exposición.[40]
El catálogo lleva un texto de James Thrall Soby que en realidad es una
monografia y que tuvo un importante apoyo de Dupin, una lista de exposiciones
y una bibliografía de Bernard Kappel, bibliotecario por entonces del MoMA. Los
marchantes Pierre Matisse y Aimé Maeght, a requerimiento de Miró y por propio
interés, apoyaron mucho esta muestra.[41]
Entre los asistentes a la
muestra estuvieron Dalí y Gala, obviando su manifiesta enemistad política.[42] Miró se interesó mucho por esta
segunda retrospectiva suya en EE UU, con el interés añadido de que apenas
había podido participar en la preparación de la primera de 1940-1941. La
consideraba la joya final de la corona, en una serie de relevantes éxitos
profesionales desde el Premio de la Bienal de Venecia de 1954 al Premio
Guggenheim de 1958. Le escribe Miró a su marchante neoyorquino: ‹‹Cette
exposition été faite à son temps: Mural UNESCO: Prix Guggenheim: Exposition
Sauvage: Livre Constellations: Exposition Museum of Modern Art. Pour ceci me
semble une magnifique stratégie. Pourriez vous m’envoyer quelque coupre de presse,
pour connaître les répercussions.››[43] Miró
visitó la muestra en Nueva York durante su viaje para recibir el premio
Guggenheim. Era su mayor exposición hasta entonces en EE UU, superando con
mucho a la de 1940-1941 y contó con una gran asistencia de público tanto en
Nueva York como en su segundo destino en Los Ángeles.[44]
Con ocasión de la
antológica <Joan Miró> en el MoMA de Nueva York (1959) Soby
publicó en el otoño una extensa monografía, cuya tesis principal, en nuestra
opinión, es que Miró es un pintor-poeta (la tesis que desarrollarán Krauss y
Rowell en 1970), de sólidas raíces catalanas, que ha desarrollado en París un
imaginario único que trasciende esas raíces para ilustrar las categorías
universales de la Humanidad y en especial los sueños del hombre moderno.
Empero, no aprecia Soby la visión de Fitzsimmon de 1958 sobre las "pinturas salvajes” y su
compromiso, pues como crítico formalista se centra más en los valores puramente
formales, como se establece en sus análisis de las obras, muy documentados con
fuentes anteriores y entrevistas personales al artista, lo que explica que su
texto influyese notablemente durante los años 60, y especialmente en Dupin,
quien utilizó en su propio libro de 1961 muchos de sus datos así como los de
Kappel.
Ya entonces, un
crítico, Eckert (1959) se queja de que el texto de Soby, muy “erudito”, no es
el más apropiado para estimular el interés por Miró: ‹‹Soby’s text will, I’m
afraid, do little to advance your appreciation or even understanding of his
subject›› puesto que a pesar de la minuciosa descripción de dónde, cuándo y qué
había realizado ‹‹you won’t know the artist any better than if you had looked
him up in "Who’s Who”.››[45]
Más recientemente,
pero en la misma línea, McCandless (1982) considera que el texto de Soby tiene
un valor más biográfico y de recopilación de textos de diversos autores que de
aportación de nuevas ideas: ‹‹Soby’s monograph was basically a panegyrical
biography, more useful in its compilation of previously published data and
interviews, than for its critical insights.››[46]
Coyle (2002),
igualmente crítica, explica más pormenorizadamente su posición respecto a este
texto formalista:
‹‹(...) he remainded
firmly in the formalist camp. For example, after attempting to explain some of
the imagery in Catalan Landscape (The Hunter), 1923-1924, and conceding
that the painting’s iconography could be discerned, he
concluded this was Aby no means essential to an
appreciation of Miró’s uncanny pictorial eloquence.”[47] He admired Miró’s relief constructions, but he viewed them as a
Apersonal extension of his aims as a
painter Ain metal and wood”[48] Either he did not know or ignored
the fact that Miró had made these constructions in opposition to painting; he
also dismissed the influence of Dada in Miró.[49] (...) / Soby did, however, address
the issue of automatism in Miró’s work. He
explained that in relation to Miró, the concept was often misunderstood. [y se basa en la conocida cita
de la inspiración en accidentes que recoge la entrevista de Sweeney a Miró en
1948].››[50]
En general, la
crítica abordó con amplitud y favorablemente esta retrospectiva, y la entera
evolución mironiana, como pone de manifiesto un magnífico estudio de Deborah A.
Goldberg (1994), que hace notar que en esta muestra se consolidó una visión de
Miró como maestro de la generación del expresionismo abstracto y como adalid de
la libertad: ‹‹At the time of a new post-war world order during the Cold
War, critics wrote how Miró fought for the values of freedom and democracy and
represented the idea of internacional cooperation as part of a united front
against totalitarism and communism. At the same time Miró was repositioned as a figure in history whose past
accomplishments had inspired a new generation of American artists.››[51] Goldberg afirma que el
MoMA jugó un papel importante en esta vinculación, al situar la retrospective
de Miró en 1959 justo después del regreso desde Europa de la gran muestra *<The New American Painting> con
Pollock, Rothko, Gorky, De Kooning.... La muestra de Miró era además más amplia
que la de 1941, de la que el artista se había quejado por mostrarle demasiado
abstracto[52],
despolitizando el compromiso que había mostrado con obras como Bodegón del zapato viejo (1937), lo que
explica que Soby precisamente insistiera en que este cuadro era una respuesta
al horror bélico. Y se detiene particularmente en la respuesta de Canaday (que
veremos abajo) o en el comentario del director del MoMA, René d’Harnoncourt en
una carta al embajador norteamericano en Madrid, señalando que Miró era el más
grande pintor español vivo, porque Picasso debía ser considerado ciudadano
francés, un Picasso que, según el crítico Clement Greenberg, había perdido su
poder creativo, y Goldberg sugiere que esta perdida de prestigio se relacionaba
con su adscripción al partido comunista francés y su consecuente perdida de
libertad, mientras que Genauer enfatizaba en 1959 el estilo “libre” de Miró, y
Fitzsimmons apuntaba en su texto del catálogo de las pinturas salvajes para la
Pierre Matisse Gallery que Miró había alcanzado la plena libertad sobre todo
tipo de inhibición estética. Goldberg apunta que en su introducción al catálogo
*<The New American Painting>
Alfred J. Barr había señalado que aunque la mayoría de los expresionistas
abstractos no defendían ideas políticas concretas, el mero hecho de defender la
libertad creativa en un mundo lleno de opresión debía leerse que “connotes a
political attitude”, algo con lo que Miró debía de estar de acuerdo, y Goldberg
prosigue con el texto de Breton para las Constelaciones,
que conecta con la libertad del artista, y conecta esta serie con la crítica de
la época, apuntando cómo Rubin y Kramer destacan justamente esta serie como la
principal aportación mironiana al expresionismo abstracto, con sus campos infinitos
de color, la inextricable linealidad…., mientras que Motherwell apuntaba más
bien a la enseñanza de su pluralidad de medios y el automatismo. Pero Goldberg
señala también que así la crítica tendía a “historizar” a Miró, anclándolo como
un pintor del pasado, que a partir de los 50 se repetía y tenía ya poco que
aportar. Así, Rubin consideraría la cerámica mural como su única novedad
destacable, y que Pollock lo había sobrepasado como pintor, pues el surrealismo
había perdido su fertilidad coincidiendo con la II Guerra Mundial. Goldberg se
detiene en el proyecto de los murales de la UNESCO, comentando que los
responsables de la obra querían promover una imagen de un estilo internacional
homogéneo, en el que Miró representaría la aportación española, aunque Miró se
consideraba a sí mismo como catalán y justamente escogía el arte cerámico para
manifestar su interés por un arte más anónimo o colectivo en colaboración con
artesanos.
John Canaday (1959)
un reputado historiador de arte y crítico del “New York Times” entre 1959 y
1976, en su primer artículo sobre Miró explica el extraordinario incremento de
la valoración económica de las obras de Miró, al que presenta como un
filósofo informal, humorístico como sus obras, que absorbió la teoría del color
del fauvismo y experimentó con la estructura cubista, para llegar a la fase
revolucionaria propia con la influencia del dadá y el surrealismo. Contra un
mundo en el que lo práctico y lo científico predominan, Miró reafirma la
legitimidad de lo mágico y poético, lo lírico, el mito y lo sobrenatural,
como artista enraizado en el subconsciente del hombre. Canaday rechaza la
crítica de que Miró y los otros artistas modernos han sacrificado la tradición
para poder crear sólo pequeñas sensaciones: al contrario, Miró representa una
larga tradición, pues ya en la Prehistoria el mito y el arte estaban unidos;
sus obras son tan simples y perturbadoras como las del Paleolítico. Sus monstruosas
y grotescas criaturas (pájaros e insectos) son inmediatamente reconocibles y
mezcla los dos aspectos de la misma realidad: la inteligencia y la
pesadilla, lo terrorífico y lo cómico, las dos caras de Jano.
‹‹This is difficult to
explain without summarizing the development of contemporary painting, but in a
crowded nutshell it would go something like this:
Miró, in working through
successive stages of his own development, has had the experience of
conventional academic training, has absorbed the revolutionary color theory of
Fauvism (too complicated to discuss here), has experimented with the structural
fissions and reunions of cubism (even more complicated), and has been a leader
in the wild mixture of nonsense, showmanship, compulsive insolence, and serious
experiment which was first ADada” and then surrealism, the cult
of the rational-irrational.
From all of these he has
kept what suited him as an intensely personal artist. In a world more and more
given over to practical and scientific values, he has affirmed the legitimacy
of the magical, the poetic, the lyrical. He has kept open for us a door to a
world we have almost forgotten, the world of myth and the supernatural, a world
sometimes joyous, sometimes monstruous, grotesque, ludicrous, sometimes lovely,
sometimes terrifying, but always fascinating because it is routed in he
earliest consciousness of man.››[53]
Hilton Kramer (1959)
—un prestigioso crítico, a menudo conservador (por ejemplo, escribirá que los combine paintings de Rauschenberg tienen
“ciertos toques repugnantes” [54]), que publica el primero de su
docena de artículos sobre Miró—, se queja de la poca representación en la
antológica del MoMA de obras recientes, de los escasos dibujos y, sobre todo,
de la ‹‹parsimonious selection of (...) ceramics›› y se adentra en su relación
con el expresionismo abstracto norteamericano, comentando que su enorme
influencia en casi todos los pintores, tomados uno a uno. Destaca la ambigua
posición de Miró como artista independiente, en cierto modo ecléctico (lo que
nos remite especialmente a su estilo de los años 10), a la vez instalado en
la figuración y en la abstracción, en el academicismo y en la modernidad:
‹‹(...) Miró’s art remains aloof from the whole temper of
postwar aesthetics, with its relenless drive to empty its pockets of every last
evidence of negotiable imagery. He remains a Parisian, a Catalan, a European, a
Surrealist, a romantic sentimentalist with a wicked sense of humor, ans
image-maker in love with poetry, a symbol-monger [tratante de símbolos] and
visual punster [sugeridor visual] with one thing on his mind at all times Ca comical and cosmological fantasy
of eroticismC who has been able again and again,
with a tireless fecundity abetted by a high sense of farce, to transform his
profondly literary gifts into a plastic statement of great pictorial verve and
graphical power. The ambiguity of Miró’s position consist in his being at once a progenitor and an alien, an
insider who remains an outsider Cthe man who has made a separate
peace, so to speak, with the historical plunge of modern art.››[55]
Kramer se centra
luego en la versión inadecuada por edulcorada (al realza la interpretación
ingenua e infantil) que presentaba de Miró la crítica formalista (se entiende
Soby) que ‹‹to dominate the language of art criticism —and specially the
language Aart appreciation”››, que
resaltaba sólo los valores plásticos y obviaba su temática transgresora,
especialmente la sexual (que ya había revelado crudamente Fitzsimmons en 1958):
‹‹There was something
wonderfully appropriate —one wants to call it Miróesque— in the procession of pony-tailed
little girls from the progressive schools side by side with stylistic matrons
from the suburbs marching through the Miró exhibition at the Museum of Modern
Art with all the solemnity of their art-appreciation classes clearly visible in
the earnestness of their faces. Indeed, the spectacle of these ladies, young
and old, taking such a serious, dead-pan interest in an art which celebrates —in all manner of irreverent and
comical means— the absurd and sublime mysteries of
eroticism, would itself make a delightful subject for one of Miró’s future works. It could be called Little
Girls and Devoted Ladies Attending My Exhibition at the Museum of Modern Art in
Search of Pure Plastic Values, ant it would be a wonderful picture. Of course,
there was a time —no so long ago really— when prudent mothers would have
kept their little girls away from a public art exhibition so flagrantly erotic
in its subject matter. Now, however, mothers may be reasonably confident that
their daughters’ innocence will he preserved by the
vagaries of modern aesthetic pedagogy, which guarantees that the life of
plastic forms will be given priority even in the face of the most provocative
and scandalous materials.››[56]
Coyle (2002) comenta
el acierto de Kramer el señalar el tema de la sexualidad:
‹‹Beneath the humor,
Kramer was making a serious point. Instead of helping viewers appreciate the
significance of Miró’s art, art education based on
formalism actually blinded people from seeing what, with their own uneducated
eyes, would have been quite obvious. Miró’s emperors —his peasants, hunters, women, and
sardines— not only had no clothes, they had
their clothes off for a very good reason. But hardly anyone in this
well-educated crowd at the Museum of Modern Art to see it, let alone say it.››[57]
Emily Genauer (1959)
escribe una crítica particularmente elogiosa, resumiendo su evolución hacia
la libertad creativa, tal como se refleja en las obras de la retrospectiva.
Genauer reconoce las fuentes de las alusiones fisiológicas, de los colores
exuberantes, en las obras románicas, que ella misma ha tenido la suerte de
contemplar el verano del 58 en Barcelona. Sigue las obras fauvistas y cubistas
de la juventud, con un conflicto entre lo estructural y lo decorativo hasta
1923-1925, cuando asume el surrealismo. Durante está época de ruptura, Miró es
un maestro de la representación de objetos de su mundo onírico, con una fantasía
decorativa muy personal. Pero desde 1925 cambia, como lo hará numerosas veces,
pues pinta superficies monocromas, en las que destacan puntos aislados, como
una minúscula luna en el cosmos. Miró es ahora libre para abandonar la
perspectiva convencional y la fidelidad a la realidad y en los años 30 realizará
obras muy variadas: desde superficies monocromas a composiciones
incongruentes, bestiales, tristes, ocasionales retornos al claroscuros (Bodegón
con zapato viejo) o la textura (Pájaros, Figuras y Estrella Azul,
1950). Hacia 1950 la influencia surrealista comienza a ser sustituida por una
visión Ainfantil” semejante a la de
Klee; su paleta, en vez de ser dura y clara, se acerca a una vibrante e
incandescente calidad, procedente del uso de pequeñas manchas de color, en
una búsqueda del primitivismo. En las últimas obras de Miró este nos comunica
que la vida es trágica y absurda, que vivimos en un mundo loco, en el que la
razón se convierte repentinamente en locura; el artista ha triunfado en su
implacable búsqueda de lo poético, lo fantástico, con una maravillosa
intensidad emocional; sólo el anonimato permite al hombre descubrirse y
realizarse por sí mismo, y la búsqueda de Miró, humilde, sincera, es la del
artista investigando en su interior. En suma, Genauer presenta a Miró como un
artista surrealista abstracto, con una fuerte dualidad: alegría, felicidad,
fantasía; tristeza, tragedia, sadismo.
‹‹Under all the whimsy
lies tragedy, even sadism››. ‹‹Now one doesn’t want to sound naive about all
this. In many of Miró’s pictures one ha slong been aware that the capricious
line winding ist way among the seductive colors traced what could only be, if
one look carefully, dismembered limbs of sexual organs. But these have long
been part of the surrealist’s vocabulary, used by Tanguy, Ernst, Matta, Dalí,
and often combined with such fastidious, jewel-like technique as to be the more
startling therefore. Only, of course, after a while it grew no more shockling
than Freudian references and revelations in polite drawing-room conversation.››[58]
Howard Devree en “The
New York Times” (19-III-1959) comenta sobre los contrastes en la evolución
mironiana: ‹‹Miró’s surrealism at times runs over into sheer dada; at other
times it is gay and wittly suggestive in several senses of the word; and at
still other times brings into being savage, monstrous figures of nightmare
aspect. Some of his painting seems based in automatic responses, as if in
surrender to the subconscious, while shapes introduced might he derived from
scientific microphotography or the wriggling forms of ocular illusion in
aftervision.››[59]
Pocos días después, Devree
opina que las etiquetas no son generalmente válidas y que el caso de Miró es
sintomático de ello, pues es un pintor de contradicciones: surrealista porque
los surrealistas le reivindicaron como tal; primitivo e infantil, pero con
motivos (signos) de una gran sofisticación. Otras paradojas son que su
colorido es fuerte y limitado pero extrañamente efectivo; si su temática a
menudo es demasiado psicológica e intelectual, a la vez es sensual; rasgos notables
de su obra es ser muy moderna, alegre, sensible, salvaje, espontánea y
calculada, con raíces en lo más profundo de las pesadillas de la humanidad. En
su obra se reúnen el terror y el humor, los dos lados de la humanidad.[60]
Robert Motherwell (1959), un artista excepcional y amigo de Miró, ahora en funciones de crítico eventual, apunta en la revista “Art News” las
causas de su admiración por Miró, resumiéndolas en su libertad de inspiración a
partir de la realidad, así como en su fuerza expresiva en lo formal. Señalemos
que se basa abundantemente en las notas y entrevistas de Sweeney —como él,
defiende la teoría de que Miró es surrealista en su método—, y que tiende a
legitimar la posición teórica del expresionismo abstracto. Lo más interesante
es el inicio, cuando establece un inusual paralelismo (basado en el "realismo naturalista”) entre la
pintura de Miró y la del clasicismo renacentista y alaba la calidad de sus
fondos, para a continuación y hasta el final del artículo comentar su conocida
división metodológica en tres pasos sucesivos: el primero, la preparación
cuidadosa de un fondo e inspiración en un pequeño objeto real o un accidente
del material; el segundo, el automatismo para crear una imagen; y el tercero,
la meditada elaboración final.
‹‹How Miró makes a
painting is interesting. As Renaissance painters did, he proceeds by separate
steps (though his process has nothing else in common with Renaissance painting,
any more than does his image of reality). The whole process is pervaded
throughout by an exquisite "purity”, that is, by a concrete and
sensitive love for his medium that never distorts the essential nature of the
medium, but respects its every nuance of being, as one respects someone one
loves. The nature of the medium can be distorted by a brutal or insensitive
artist, just as a person’s nature can
be distorted by another human being. The painting medium is essentially a
rhythmically animated, colored surface-plane that is invariably expressive,
mainly of feelings —or their absence—... The expression is the result of
emphasis, is constitued by what is emphasized, and, more indirectly, by what is
simply assumed or ignored.
In "bad” painting, the emphases are
essentially meaning-less, i.e., not really felt, but counterfeited or aped...
There are not many painters as sensitive to the ground of the picture at the
beginning of the painting-process as Miró —Klee, the Cubist collage, Cézanne
watercolors, Rothko come to mind, and the Orient, with which he otherwise has
no affinity—. When Miró has made a beautiful,
suggestive ground for himself, emotionally the picture is half-done
(technically third-done) (...)››.[61]
Y sigue la
descripción de los tres pasos (que reproduzco en tres párrafos para una mejor
división) de su método surrealista a fuer de automático: primero, el coloreado
del fondo; segundo, el automatismo surrealista (su sentido de lo "inconsciente” es inaccesible
—tratamos más a fondo su interpretación en el apartado del automatismo de
1925-1927—) con un "garabateo” (doodling)
seguido en el mismo paso de la supresión de lo secundario; y tercero, la
corrección consciente —señalo que en 1978 el autor sustituye levemente estos
tres pasos por 1) "garabateo” a partir de una
sugestión mediante accidentes, objetos o materiales que escoge al azar; 2)
supresión de lo secundario o ajeno a lo pretendido; y 3) corrección final
mediante la interpretación y autocrítica consciente—.[62]
Véase la relación con los tres pasos que Miró explica a Sweeney en 1948:
primero la sugestión, usualmente a partir del material; segundo, la
organización consciente; tercero, el enriquecimiento de la composición.[63]
Motherwell usa los términos (p.e. color all-over) y escoge pintores
(Masson y Pollock destacadamente) con la voluntad de destacar las afinidades
con el expresionismo abstracto.
‹‹(...) When Miró has made
a beautiful, suggestive ground for himself, emotionally the picture is
half-done (technically a third-done), whether he chooses a beautiful piece of
paper (sand or rag) and just leaves it as the ground, or whether he scrubs it
with color, color-patches, or a single color all-over, or color-patches and a
main color both. (...)
To speak of Miró’s second step is to be forced to introduce two
words that are perhaps the most misunderstood critical terms in America. "Surrealist automatism”. Miró’s method is profoundly and essentially Surrealist (...).
Miró is not
merely a great artist in his own right; he is a direct link and forerunner in
his automatism with the most vital painting of today. The resistance to the
word "automatism” seems to come from
interpreting its meaning as "unconscious”, in the sense of being
stone-drunk or asleep, not knowing what one is doing.
The truth is that the
unconscious is inaccesible to the will by definition; that which is reached is
the fluid and free "fringes of the mind” calle the "pre-conscious”, and consciousness
constantly intervenes in the process. What is essential is not that there need
not be unconsciousness, but that there be "no moral or aesthetic a priori”
prejudices, (to quote André Breton’s official
definition of Surrealism) for obvious reasons for anyone who wants to dive into
the depths of being. There are countless methods of automatism possible in
literature and art —which are all generically forms of
free-association: James Joyce is a master of automatism— but the plastic version that dominates Miró’s art (as it did Klee’s, Masson’s in his best moment, Pollock’s and many of ours now, even if the original
automatic lines are hidden under broad colored areas) is most easily and
immediately recognized by calling the method "doodling” [garabateo], if one
understants at once that "doodling” in the hands of a Miró has
no more to do with just anyone doodling on a telephone pad that the "representations” of a Dürer or a
Leonardo have to do with the "representations” in a Sears
catalogue.
(...) Once the labyrinth
of "doodling” is made, one suppresses
what one doesn’t want, adds and interprets as one
likes, and "finishes” the picture according to
one’s aesthetic and ethic (...)››.[64]
Anthony Kerrigan, que conocía a Miró en Mallorca, traza un panegírico de
su evolución, y aunque repite errores como el nacimiento en Mont-roig, hace un
resumen muy valioso.[65]
Todavía en Los Ángeles, coincidiendo con la llegada de la antológica a la ciudad, se presenta
una selección de grabados en <Joan Miró: Graphic Work>
en la Felix Landau Gallery (junio 1959).[66]
Y también en California, Pasadena
Art Museum expone <Drawings by Joan Miró> (diciembre 1959-enero 1962).[67]
En Venezuela, en
Caracas la Fundación Eugenio Mendoza presenta <Joan Miró. Obra grabada>
(3 abril-12 abril 1959) con 165 obras.
En Japón, en Tokio
el National Museum of Modern Western Art organiza <Miró. Art graphique>
(29 septiembre-28 octubre 1962) con 235 obras.
Las exposiciones
colectivas son bastante comunes en esta época.
En Francia, París
ofrece la mayoría de los eventos. El MNAM organiza *<L’ecole de Paris
dans les collections belges> (desde 9 julio 1959), pero Miró, por
contra, no participa en la magna exposición parisina *<Les Sources du XXe
siècle. Les Arts en Europe de 1884 à 1914> promovida por el Consejo de
Europa y celebrada en el MNAM (4 noviembre 1960-23 enero 1961), que reúne obras
de Picasso, Braque, Matisse, Cézanne, Gleizes... y cuyo catálogo incluye textos
de Jean Cassou (comisario), E. Langui y N. Pevsner; esta influyente exposición
sobre las fuentes del arte contemporáneo desarrolla la tesis de Cassou sobre la
relación entre el arte moderno y los acontecimientos socio-históricos, acabando
significativamente con el estallido de la Gran Guerra.
La parisina Galerie
Daniel Cordier ofrece, organizada por Breton y Duchamp (en su especialidad de
la escenografía), la *<Exposition InteRnatiOnale du Surréalisme>
(15 diciembre 1959-29 febrero 1960), con obras de Miró, Giacometti... sobre el
tema del EROS (el título destaca en mayúsculas las cuatro letras);[68]
el catálogo, montado como una caja, lleva entre otras piezas de varios
artistas, una carta postal en litografía de Miró en color firmada a lápiz, de
la que se editan 250 ejemplares numerados. Pasa a las D’Arcy Galleries de Nueva
York el mismo año.
La Galerie Maeght
presenta *<Poètes, peintres, sculpteurs> (julio-septiembre 1960)
con un catálogo en “Derrière le Miroir”, 119 (VI-1960). L’Oeil Galerie d’Art
muestra *<Minotaure> (23 mayo-30 junio 1962) con catálogo con textos
de Jean-François Revel y Guy Habasque, y obras de Miró, Dalí, Ernst, Magritte,
Picasso...[69] El Grand Palais, con
organización del Comité de la Foire de París, ofrece *<Art contemporain>
(22 mayo-3 junio 1963) con obras de 1910-1960 de Miró, Bacon, Dalí, Fontana,
Jorn, Picasso... y un catálogo con texto de M. P. Fouchet. La Galerie
Breteau muestra *<Le Dessin> (10 enero–7 febrero 1963), con
obras de Miró, Arp, Alechinsky, Appel, Ballester, Barré, Bazaine, Berrocal,
Bloc, Budd, Bellegarde, Benrath, Brown, Cardenas, Chavignier, Cuixart, Chilida,
Cremonini, Allan Davie, Duvillier, Degottex, Dubuffet, Duque, Delahaye, Étienne-Martin, Ernst, Fautrier, Sam Francis, Gilioli, Giacometti, Golub,
Haber, Hartung, Jacquet, Jorn, Jenkins, Karskaya, Lapique, Lindstrom, Matta, H.
Michaux, Miró, Masson, Messagier, Penalba, Petlin, Picasso, Pignon, Pouget,
Rauschenberg, Rebeyrolle, Larry Rivers, Niki de Saint Phalle, Saura, Saul,
Sondeborg, Soulages, Spero, Tal Coat, Tobey, Twombly, Tinguely, Vasarely,
Walberg, Zwobada.
Fuera de París, en
Saint-Étienne, el Musée d’Art et d’Industrie organiza, comisariada por M.
Allemand, *<Cent sculpteurs de Daumier à nos jours> (1960) con
obras de Miró, Chillida, Dubuffet, Giacometti... y en Estrasburgo el Château
des Rohan muestra, organizada por H. Haug, *<La grande aventure de l’art
du XXe siècle> (junio-septiembre 1963) con obras de Miró, Picasso,
Balthus, Giacometti, Matta...
En Gran Bretaña, en Londres
la Marlborough Fine Art Ltd muestra *<Nineteenth- and Twentieth-Century
European Masters> (verano 1959). La Tate Gallery presenta *<Sonia Henie & Niels Onstad Collection>
(marzo-abril 1962), con obras de su col. donada al Estado para el Henie-Onstad
Art Center de Oslo: Miró, Dubuffet, Jacques Villon…
En Alemania, en Kassel,
el Museum Fredericianum muestra la edición *<Documenta II> (11
julio-11 octubre 1959), con 700 obras de 120 artistas, una vez más, como en la
primera, organizada por Arnold Bode y Werner Haftmann (que propone el tema de "El arte desde 1945” ). Esta edición fue
financiada por EE UU y la presencia del expresionsmo abstracto fue masiva,
fomentando la relación implícita de abstracción / libertad / América. Haftmann incluye
a Miró dentro del apartado de la abstracción surrealista, de contenido
mitológico o cosmogónico, junto a Ernst, Lam y Matta; los otros apartados son
para el cubismo (Picasso), el expresionismo (Beckmann), la abstracción "clásica” (Kandinsky), el arte
racionalista del neoplasticismo (Mondrian), el arte “concreto” (Vasarely), y,
sobre todo, la pintura “gestual” de los expresionistas abstractos (sobre todo
Pollock, con 16 cuadros en la sala central, y también Gorky, Guston, Kline, De
Kooning, Motherwell, Newman, Rauschenberg y Rothko) y los informalistas (un
destacado Fautrier), que para Haftmann son el epicentro de la modernidad, junto
a importantes escultores como Arp, Laurens, Lipsi, Heiliger...[70]
En Aschaffenburg se presenta *<Arte
Actual> (26 enero-mediados febrero 1960), con obras de Miró, Alcoy,
Basterrechea, Canogar, Farreras, Feito, Francés, Joan Hernández Pijuan, Labra,
Millares, Lucio Muñoz, Rivera, Rueda, Saura, Tàpies, Tharrats...[71] En Ingelheim am Rhein se contempla *<Picasso, Miró, Tàpies,
Saura, Chillida> (7-29 mayo 1960) con 79 obras (33 de Miró), en unas
jornadas dedicadas a España, la Spanische
Tage.[72] En Bremen la Hause Richard-Wagner-Strasse 22 muestra *<Eröffnungsausstellung
Früjahr 1962> (1962) con obras de Miró, Picasso, Gris, Léger... En
Hamburgo el Museum für Kunst und Gewerbe organiza *<Georges Braque, Marc
Chagall, Joan Miró> (23 marzo-6 mayo 1962) con tapices, cerámica,
escultura, grabados...En Recklinghausen, la Städtische Kunsthalle muestra
colecciones de la región del Ruhr en *<Gesamtmelt im Ruhrgebiet>
(1963).
En Suiza, en Basilea
la Galerie Beyeler muestra *<La Femme> (mayo-junio 1960). Y en Zúrich
la Galerie Semiha Huber muestra *<6
peintres espagnols> (marzo-abril 1962). Miró cuenta con dos obras, nº
cat. 8-9 en p. 4: pintura al óleo Deux
femmes (1937) (138 x 100, ilus en p. 5) y acuarela con tiza de color Femmes aux fourrures (s/f). El resto son obras de Picasso (siete), Antoni Clavé (seis de pintura y goauche, y
tres esculturas), Antoni Tàpies (seis), Juan Vila Casas (siete),
Joan-Josep Tharrats (ocho).[73]
En Italia, la Bienal
de Venecia presenta *<I grandi premi della Biennale (1948-1960)- XXXI
Biennale Internazionale d’arte>. (16 junio-7 octubre 1962). En Turín la
Galleria La Bussola ofrece *<La fiera delle stampe. Mostra collettiva di
acqueforti, litografie, riproduzioni, manifesti> (desde 16
noviembre 1963).
En
Suecia, en Estocolmo la Svensk-Franska konstgalleriet muestra *<Uttällning:
Dubuffet, Estevè, Fautrier, Lanskoy, Michaux, Joan Miró, Poliakoff, Riopelle,
Tàpies> (24 febrero-18 marzo 1962). Más importante fue que el Moderna
Museet, organizase la muestra del “museo de ensueño” (en inglés se tradujo como
“The Museum of Our Wishes”), *<Önskemuseet> (26 diciembre 1963-16
febrero 1964), organizada por los Friends of Moderna Museet., según una idea de
Ulf Linde, que pidió prestadas muchas obras que creía necesarias para la
colección permanente, lo que motivó que el gobierno subvencionara su compra:
Miró y Balla, Chirico, Dalí, Ernst, Kirchner, Mondrian, Barnett Newman,
Picasso… configurando así las bases del museo.[74] El catálogo incluía textos de
Gerard Bonnier y Pontus Hulten.[75]
Hay dos itinerantes
europeas de colecciones privadas.
La primera es *<Thompson Pittsburgh:
Aus einer amerikanischen Privatsammlung>, con un catálogo con textos de
G. David Thompson y A.H. Barr, iniciada en la Kunsthaus de Zúrich (15
octubre-27 noviembre 1960) y que pasa al Haague Geementemuseum de La Haya. (17
febrero-9 abril 1961) y retitulada como <One hundred paintings from the
G. David Thompson Collection> al Guggenheim Museum de Nueva York. (26
mayo-31 agosto 1961) y vuelve a Europa, a la Galleria d’Arte Moderna de Turín
(octubre-noviembre).
La segunda es *<Aktuelle Kunst: Bilder und Plastiken
aus der Sammlung Dotremond>, en la Kunsthalle de Düsseldorf (3 marzo-9 abril 1961) con un catálogo
con textos de Karl-Heinz Hering y Julien Alvard, retitulada <Moderne
Malerei seit 1945 aus der der Sammlung Dotremond> en la Kunsthalle de
Basilea (22 abril-28 mayo) con un catálogo con texto de Julien Alvard y una
entrevista a Philippe Dotremond.
En España, en
Barcelona, el Antiguo Hospital de la Santa Cruz muestra *<III Salón de
Mayo> (9-23 mayo 1959) con obras de Miró, Bechtold, Brotat, Canogar,
Chirino, Clarà, Cossío, Cumella, “Equipo 57” , Faber, Feito, Ferrant, Hernández Pijuan,
Millares, Oteiza, Palencia, Planasdurà, Ràfols-Casamada, Sacharoff, Saura,
Pablo Serrano, Subirachs, Sucre, Tharrats, Vilacasas, Villèlia, Zabaleta... El
catálogo lleva un Prefacio de Rodríguez Aguilera, mientras que Cirici
aporta su artículo Un nuevo diálogo. Sigue el mismo Hospital *<VII
Salón de Mayo> (mayo 1963) con 290 obras de Miró (que realiza la portada
del catálogo biográfico) y otros.[76]
Hay varias
exposiciones barcelonesas colectivas de cierta enjundia política.
La primera, mucho
más multitudinaria —está relacionada con la creación del MACC y es una iniciativa
privada de la Agrupació d’Artistes Actuals (AAA)—, es *<Museu d’Art
Contemporani de Catalunya>. Barcelona. Cúpula del Coliseum, ofrecida por
el FAD (desde inauguración el 21 de junio de 1960 hasta 1963). Obras donadas
por artistas catalanes y de otras procedencias para el MACC: Miró (una obra),
Artigas, Cuixart, Faber, Ferrant, Ricard Martínez Mezquita, Carles Planells, A.
Ràfols-Casamada, Lluís Rey Polo, Saura, Domènec Solanes, Subirachs, Tàpies,
Romà Vallès, Vilacasas, Moisès Villèlia, Zabaleta... Organizado por Cirici y
Rodríguez Aguilera, autores de los textos del catálogo.
La segunda es *<Art
Català Contemporani>, en la Academia de la Llengua Catalana (22
abril-2 mayo 1961), que reúne obras de unos pocos artistas catalanes ya
consagrados: Miró, Artigas, Cuixart, Subirachs, Tàpies; de los menos conocidos
entonces Carles Planells, A. Ràfols Casamada, Romà Vallès, Moisès Villèlia; y
de tres que más tarde serían olvidados, Ricard Martínez Mezquita, Lluís Rey
Polo y Domènec Solanes. El catálogo lleva un texto de Cirici, Una línea
continua, en el que resalta ‹‹Joan Miró va ésser el gran descobridor de la
primera meitat de segle, el primer català universal, de qui tot arrenca.
(...)››[77]
La tercera,
nuevamente en el Antiguo Hospital de la Santa Cruz, es la *<Exposición
Pro-damnificados del Vallés> (1-16 diciembre 1962) organizada por el
titular del centro, la Diputación Provincial de Barcelona para una subasta que
pretende recoger fondos para los damnificados por las inundaciones del Vallés.
Reúne obras donadas por coleccionistas y artistas: Miró[78], Artigas, Brotat, Chillida,
Clavé, Corberó, Cuixart, Cumella, Dalí, Grau Sala, Guinovart, Picasso,
Subirachs, Sucre, Tàpies, Zóbel...; Braque, Chagall, Faber, Fontana, Hartung,
Léger, Matisse... La exposición continuó en la Galerie Maeght de París (1963),
donde contó con el patrocinio de la RTF (Radio Télévision Française) y la
pintura donada por Miró fue recomprada por Pierre Matisse y revendida en 1967 a uno de sus mejores
clientes, Joseph Pulitzer Jr.
La cuarta,
organizada por el Club de Amigos de la UNESCO, es *<El Arte y la Paz>,
en el Museu d’Art Contemporani (4-15 febrero 1963), con obras de Miró, Artigas,
Brotat, Cuixart, Cumella, Faber, Guinovart, Picasso, Puig, Ràfols Casamada,
Subirachs, Tàpies, Tharrats, Villèlia.... [79]
La Sala Gaspar
presenta dos muestras. Primero una interesante *<Exposición en favor de
la "85 Promoción de Arquitectura”> (mayo 1960) de obras de
pequeño formato donadas por los artistas para una subasta en favor de la "85 Promoción de Arquitectura” de
Barcelona. Reúne obras de muchos donantes: los arquitectos Gropius, Neutra,
Sartoris... los escultores Max Bill, Calder, Ferrant, Gabo, Manzú, Eudald
Serra, Serrano, Villèlia, Zadkine...; los pintores Miró (dentro del grupo de "abstracción expresiva”), Appel,
Corneille, Cossío, Dix, Faber, Fontana, Guinovart, Hartung, Hernández Pijuan,
Magnelli, Millares, Morandi, Planasdurà, Poliakoff, Soulages, Tàpies,
Vasarely...; los ceramistas Artigas y Cumella. El catálogo lleva un texto de
introducción de Cirici. La misma Sala Gaspar muestra *<Picasso. Miró.
Clavé. Tàpies> (20 octubre-20 noviembre 1962), muy interesante por
reunir a los cuatro artistas catalanes de mayor fama que defienden los valores
catalanistas y democráticos.
En Madrid, la
Galería Darro muestra una exposición de los círculos vanguardistas más alejados
del régimen, *<Blanco y Negro> (marzo-27 abril 1959) con obras
(todas en blanco y negro) de los recién premiados Miró y Artigas (Guggenheim
International Award 1958), Chillida (Gran Premio de Escultura en Bienal de
Venecia 1958), Oteiza (Primer Premio de Escultura en Bienal de Sao Paulo 1958),
Tàpies (Primer Premio Carnegie 1958) y Palazuelo (Quinto Premio Carnegie 1958);
más Canogar, Juana Francés, Millares, Gerardo Rueda, Saura, Ramon Vallés,
Zóbel... organizada por José María Moreno Galván como homenaje a los artistas
triunfadores en recientes premios internacionales.[80]
Al año siguiente este crítico inicia su defensa mironiana dentro de un artículo
generalista sobre la abstracción española, atribuyendo a Miró una “expresividad
onírica” en contraste con la existencial de Antonio Saura: ‹‹(…) Miró,
que nunca confundió realidad con representación [como hacen los
“superrepresentativos” Magritte,
Dalí y Tanguy], es super-real. Mediante una convocatoria de orden
poético, indagando en los estratos más subterráneos de su interioridad,
descubre la realidad elemental que todos llevamos a cuestas con nuestra
prehistoria personal. (…) En la pintura de Miró, la sugerencia de un hombre
elemental tiene enlaces nítidamente prehistóricos.››[81]
La Galería Mayer,
cuyo director, Eduardo Llosent, tenía una intención didáctica para un público
joven, presentó *<Primera exposición de Maestros de la Pintura Española
de Goya a Picasso> (junio 1959) con obras de Goya, Picasso, Miró (una
obra de colección privada), Dalí, María Blanchard, Nonell, Vázquez Díaz...[82]
Incluso dos
Ministerios promoverán en 1962 dos exposiciones en Madrid.
La más importante
por su repercusión popular es *<20 años de pintura española>.
Barcelona. Antiguo Hospital de Santa Cruz (octubre 1962). Organizada por el
Ateneo de Madrid y patrocinada por el Ministerio de Información y Turismo, como
una panorámica de la pintura española después de la guerra civil. Siguió una
ruta por Sevilla, San Sebastián, Vigo, Pontevedra y Santiago de
Compostela (la predilección por Galicia se debió probablemente al origen
gallego del ministro Fraga). Obras de 158 pintores contemporáneos, con una obra
de cada uno: Miró (de una col. privada), Amalia Avia, Joan Brotat, Canogar,
Clavé, Javier Clavo, Cuixart, Álvaro Delgado, Alfonso Fraile, Juana Francés,
Genovés, María Girona, Guinovart, Hernández Mompó, José Hurtuna, Lagunas,
Antonio López, César Manrique, Jordi Mercadé, Monjalés (José Soler Vidal),
Palencia, Ràfols-Casamada, Sempere, Sucre, Sunyer, Tàpies, Togores, Torner,
Zabaleta... Catálogo con textos de J.A. Gaya Nuño, La fase figurativa;
R. Santos Torroella, La Escuela Catalana; José Castro Arines, De 1953
hasta hoy.[83]
La otra muestra es
*<Exposición de pintura catalana. Desde la Prehistoria hasta nuestros
días>, esta vez organizada por el Ministerio de Educación Nacional, en
el Casón del Buen Retiro, con 203 obras (4 obras de Miró: 2 gouaches y 2
litografías), de colecciones privadas (Sala Gaspar) y museos.[84]
En EE UU, Nueva
York es el gran centro, con sus museos: El MoMA ofrece *<100 Drawings from the Museum Collections>
(12 octubre 1959-2 enero 1960), con obras de Miró —La familia (1924), nº 66—, Arp, Brancusi, Picasso… Sigue *<Fifty Modern Paintings and Sculptures>
(antes de venta 27 abril 1960), de obras donadas para el 30 aniversario del
fondo del Museo, con obras de Miró —tres en nº 3, 13, 42: dibujo Composition, cubierta de Joan Miró: Bois gravés pour un Poème de Paul
Eluard, donado por Heniz Berggruen, nº 3 en p. 3; Objeto-Pintura (¿fecha?), n 13, en p.16, donación anónima,
proveniente de Valentine Gallery y Perls Gallery; y dibujo Personnages, nº 42 en p. 68-69, donado por el artista—; y obras de
Arp, Braque, Picasso…
El mismo MoMA ofrece
en la galería de M. Knoedler & Co la extraordinaria colección donada por
Soby, *<The James Thrall Soby Collection of Works of Art Pledged of Given
to the Museum of Modern Art> (1 febrero-4 marzo 1961) con un catálogo
prefaciado por Blanchette H. Rockefeller y textos del propio Soby y Barr.[85]
El Guggenheim Museum ofrece *<Paintings from the Arensberg and Gallatin
Collections of the Philadelphia Museum of Art> (1 noviembre-7 enero
1962) y *<Modern Sculpture from the Joseph H. Hirshhorn Collection>
(3 octubre-6 enero 1963) con obras de Miró, Brancusi, Calder, Picasso...[86]; y el Brooklyn Museum organiza
*<The Louis E. Stern Collection> (25 septiembre-10 marzo 1963) con
un catálogo con textos de Thomas S. Buechner, Meyer Schapiro y Bernard Pincus.
Entre las galerías neoyorquinas destaca la Pierre Matisse Gallery con
*<Group Exhibition> (enero 1959) con obras de Miró, Balthus,
Butler, Dubuffet, Giacometti, MacYver, Riopelle, Roszak; *<Group
Exhibition> (1 noviembre-3 diciembre 1960) con obras de Miró, Calder,
Dubuffet, Giacometti, MacYver, Marini, Masson, Millares, Modigliani, Riopelle,
Roszak, Saura y Tanguy —es la primera colectiva norteamericana en la que Miró
comparte con Millares y Saura—, completada con esculturas africanas y
oceánicas; *<Group Exhibition> (primavera 1961) con obras de Miró,
Reg Butler, Dubuffet, Giacometti, Lam, Loren MacYver, Marini, Jean-Paul
Riopelle, Theodore Roszak, Saura y Tanguy; *<Group Exhibition>
(enero 1962) con obras de Miró, Butler, Canogar, Dubuffet, Giacometti, Le
Corbusier, MacYver, Marini, Martin, Millares, Riopelle, Rivera, Saura y Tanguy;
*<Group Exhibition> (verano 1962) con obras de Miró, Balthus,
Butler, Manolis Calliyannis, De Chirico, Dubuffet, Giacometti, Le Corbusier,
MacYver, Marini, Martin, Millares, Riopelle, Rivera, Roszak y Tanguy; *<Group
Exhibition> (diciembre 1962-enero 1963) con obras de Miró, Butler,
Calliyannis, Derain, Dubuffet, MacYver, Marini, Matisse, Millares, Riopelle,
Rivera, Roszak y Saura; *<Group Exhibition> (verano 1963) con
obras de Miró, Balthus, Butler, Calliyannis, Dubuffet, Giacometti, MacYver,
Marini, Matta, Millares, Riopelle, Rivera y Saura; *<Group Exhibition>
(diciembre 1963-enero 1964) con obras de Miró, Butler, Calliyannis, Dubuffet,
Giacometti, MacYver, Marini, Matisse, Millares, Riopelle, Roszak, Saura,
Stubbing, Tanguy y esculturas africanas.
La prestigiosa galería M. Knoedler & Co ofrece tres muestras: *<The
Colin Collection> (12 abril-14 mayo 1960); *<Cincinnati Collects>
(3-25 noviembre 1961) con un catálogo con texto de Allon T. Schoener; y *<Twentieth-Century
Masters from the Bragaline Collection> (6-23 noviembre 1963).
Las D’Arcy Galleries
muestran *<Surrealist Intrusion in the Enchanter’s Domain (28
noviembre 1960-14 enero 1961) con obras de Miró, Matta, Giacometti, Picasso...
y organizada por Breton, Duchamp, Jaguer y José Pierre, como continuación de
*<Exposition InteRnatiOnale du Surréalisme> en la parisina Galerie
Daniel Cordier (15 diciembre 1959-29 febrero 1960).
Las Perls Galleries
muestran *<Alexander Calder. Joan Miró> (21 febrero-1 abril 1961)
con 13 obras de Calder y otras 13 de Miró más un catálogo con textos de los
dos artistas.[87] Durante los preparativos, Klaus
Perls entrevistó a ambos artistas sobre lo que pensaban de la obra del otro.
Miró escribió para el catálogo su conocido poema: "Mon ami vieux Sandy, ce costaud
à l’ / âme de rossignol qui souffle des mobiles / ce rossignol qui pose son nid
/ à ses mobiles / ces mobiles frottent l’écorce / de la sphère couleur / orange
/ où habite mon grand ami Sandy”[88]
mientras que Calder narró su amistad: ‹‹We became very good friends and
attended many things together, including a gymnasium. i came to love his
paintings, his color, his personages, and we exchanged works. He made me a wonderful painting in
1933, and I gave him a sort of mechanized volcano, made of ebony. Gymnasium is
a thing of the past, but Miró and I go on.››[89]
Canaday en “The New York
Times Magazine” (26-II-1961) comenta las notables afinidades en cuestiones y soluciones entre
ambos amigos, desde su capacidad inventiva y originalidad, sentido del humor, y
las recurrentes analogías formales, aunque se diferencian en que Calder es un
artista de formas puras y Miró se rige por un impulso romántico. la influencia de Miró en Calder,
etc. Pero también comenta que la exposición falla al no mostrar las diferencias
entre ambos, sino sólo lo que les une.[90]
Emily Genauer
en “The New York Herald Tribune” (26-II-1961) esboza en apenas unas líneas sobre la exposición
que juzga evidente la afinidad entre muchas obras de las esculturas móviles de
Calder y las pinturas de Miró (y que sirven de inspiración a Calder), y razona
las extraordinarias similitudes en la línea, la forma, colorido y el humor
entre los dos artistas, aunque nunca quepa hablar de imitación, porque Calder
realiza una obra muy personal y geométrica en sus mobiles.[91]
El impacto de la
exposición llega a Francia, con un elogioso artículo de Michel Ragon.[92]
Pero eran tiempos nuevos y cinco años después, Donald Judd (1966), el gran artista
minimalista y ocasional crítico formalista, comentaba con cierto desdén hacia
Miró y Calder —para la comparación se refiere a esta muestra en la Perls Galleries—
que, pese a que no han decaído, tampoco han evolucionado al ritmo de los años
60: ‹‹Neither Miró nor Calder has flagged: Neither has changed much either.››[93]
La Stephen Hahn Gallery muestra *<French
Masters> (16 octubre-11 noviembre 1961), con 11 obras de Miró ─óleo
sobre tela Personnages (1949), de la
PMG─, Chagall, Gauguin, Kandinsky, Léger, Modigliani, Monet (dos), Picasso,
Redon, Vuillard.[94]
La Wildenstein
Gallery presenta *<Modern French Painting> (1962) con obras de
Miró, Bonnard, Picasso... y un catálogo con prefacio de Sam Hunter. Las World
House Galleries muestran *<Rugs: Arp, Calder, Cocteau, Max Ernst,
Laurens, Leefe, Léger, Miró, Picasso> (9 enero-17 febrero 1962).
Por el resto de EE
UU se pueden contemplar numerosas muestras. En Raleigh, el North Carolina
Museum of Art presenta *<Masterpieces of Art> (6 abril-17 mayo
1959), en memoria del coleccionista William R. Valentiner 1880-1958, con obras
medievales, modernas... de Miró (1 gouache, Struck by the Sun near the Sea -
Caída del sol al mar), Degas, Van Gogh... y un catálogo con textos de James
B. Byrnes et al. En
Dallas, el Museum of Contemporary Arts *<Signposts of Twentieth-Century
Art> (28 octubre-7 diciembre 1959). En Bennington, Vermont, el
Bennignton College *<Surrealist Art: An Exhibition of Paintings and
Sculpture, 1913-1946> (7-29 abril 1960). En Boston, el Institute of
Contemporary Art presenta en el Metropolitan Boston Center*<The Image
Lost and Found> (mayo-agosto 1960), y el Museum of Fine Arts
muestra*<The Artist and the Book, 1860-1960> (14 mayo-16 julio
1961) con un catálogo con textos de Philip Hofer y Eleanor M. Garvey, a la que
sigue en el mismo Museum of Fine Arts la de *<Surrealist and Fantastic Art from the Collection of the Museum of
Modern Art and the Guggenheim Museum> (14 febrero-15 marzo 1964), con
pinturas de Miró ─ Paisaje (La liebre) (1927)─, Chagall, Chirico, Dalí,
Max Ernst, Klee… y esculturas de Calder (un móvil) y Giacometti (Mujer de pie).[95]
En Chicago, The Arts
Club muestra *<Joan Miró: Works from Chicago Collections. Hans Arp, sculpture from Chicago
Collections>
(22 febrero-25 marzo 1961) con 54 obras: 46 pinturas, gouaches,
esculturas… de Miró y ocho esculturas de Arp, y un catálogo que dedica casi todo su espacio
a reproducir obras de Miró, salvo dos páginas de Arp. El prefacio de Everett
McNear explica que los han reunido ‹‹Because of their common interest in the
abstract calligraphic symbol››.[96] En New Haven, Connecticut, la Yale University Art Gallery muestra *<Paintings
and Sculpture from the Albright Art Gallery> (27 abril-3 septiembre
1961) con un catálogo con texto de Andrew Carndulf Ritchie. En Waltham,
Massachusetts, el Rose Art Museum presenta *<A Century of Modern European
Painting> (3 junio-2 julio 1961) con un catálogo prefaciado por Sam
Hunter. En Milwakee, el Milwakee Art Center expone <A Selections from the Gifts and Collection of Mr. and Mrs. Harry Lynde
Bradley Joan Miró> (1 febrero-4 marzo 1962), con obras de Miró —Bodegón con flores (1918), cat. 71;
grabados.— y otros. En
Houston, el Museum of Fine Arts organiza *<Three Spaniards: Picasso,
Miró, Chillida> (6 febrero-4 marzo 1962), mostrando de Miró las tres pinturas Azul de 1961, con un catálogo con una breve
introducción de Sweeney.[97]
En Seattle sucede la la Feria Mundial y se muestra *<Art since 1950> (21 abril-21 octubre
1962) con obras de Miró,
Dubuffet, Nicholson, Rufino Tamayo… y un catálogo con textos de Norman Davis y
otros. En Washington, la National Gallery muestra *<Paintings from The
Museum of Modern Art, New York> (17 diciembre 1963-1 marzo 1964) con un
catálogo con textos de John Walker, Harnoncourt y Barr.
Una itinerante muy
interesante en 1959-1960 es *<Sculpture
in Our Time: Collected by Joseph H. Hirshhorn>, iniciada en el Detroit
Institute of Arts (5 mayo-23 agosto 1959), que continúa por el Milwakee
Art Center (10 septiembre-11 octubre), el Walker Art Center de . Minneapolis (25 octubre-6
diciembre), la William Rockhill Nelson Gallery of Art de . Kansas City
(20 diciembre 1959-31 enero 1960), The Museum of Fine Arts de Houston (1-27
marzo 1960), Los Angeles County Museum of Art (11 abril-16 mayo), M.H. de Young
Memorial Museum de San Francisco (29 mayo-10 julio), Colorado Springs Fine Arts
Center (24 julio-4 septiembre) y ya en Canadá, la Art Gallery Toronto (30
septiembre-31 octubre) con obras de Miró y otros escultores.[98]
Otra itinerante interesante es *<The Artist in His Studio>, comenzada
en el MoMA de Nueva York (29 octubre 1959-13 enero 1960), que incluye 141
fotografías en b/n de Alexander Liberman, de 24 artistas de la Escuela de
París, incluido Miró. Pasó en un larguísimo camino por EE UU (1960-1964) y el
extranjero (1961-1966): Londres, París, Le Havre, Bruselas, Marsella, Besançon,
Villeurbanne, Longwy-Bas,
Chalon-sur-Soane, Soulogne-sur-Seine, Bourges, Vichy, Amiens, Nairobi (Kenia),
Kampala (Uganda), Salisbury (Rhodesia), Ciudad del Cabo (Sudáfrica). El catálogo
fue editado como libro por Liberman, The Artist in His Studio (1960) e introduce una breve nota sobre
Miró, al que había visitado en 1953 mientras trabajaba la litografía en el
taller de Mourlot en París:
‹‹(...) where he creates
his unique language of signs. His lithographs belong in the hierarchy of Miró’s work and are a major achievement. A few years
ago he won the Grand Prix ar the Venice Biennale for his graphic work. When I
saw him in 1953, he sat framed in an alcove and surrounded with first proofs of
some new lithographs fresh off the presses. Rotund, short, he easily breaks out
into a kind, witty, innocent smile, but his gestures are formal ans stylized,
as if he were in a Guignol show. This stylized approach to spontaneous humor is
the essence of Miró the man, the artist. He seems to be smiling at imaginary
puns. The pun is a reviving somersault of humor, and Miró’s drawings themselves are visual puns. His
smile, as suddenly as it comes, disappears, ad he withdraws from the reality
around him into a haughty absence. His face and body take on the forbidding
stiffness and severity that only the Spanish can achieve, a mixture of
arrogance and humility, arrogance toward life, humility toward death. Miró’s humor, like a ray from the sun, fights off
the ever-encroaching darness and sadness in his Spanish temperament.››[99]
También es
importante *<The Art of Assemblage> iniciada en el MoMA de Nueva
York (4 octubre-12 noviembre 1961) y que prosigue en el Museum for Contemporary
Arts de Dallas (9 enero-11 febrero 1962) y el Museum of Art de San Francisco (5
marzo-15 abril 1962) con obras de Miró, Dubuffet, Millares, Picasso... y un
catálogo con texto de William C. Seitz.
En Australia, en
Brisbane la Queensland Art Gallery organiza *<Exhibition of French Art
from Australian Collections> (1959).
NOTAS.
[1] En 1960 mientras Picasso vale 15 millones de AF (francos antiguos),
una tela de Miró alcanza los 12,8 millones de AF (128.000 de Nuevos Francos),
en la subasta en la
Galerie Charpentier por las víctimas de una catástrofe en
Fréjus. [Anónimo. Merci. “Arts”
(13-I-1960). FPJM, v. VIII, p. 98-99.] En 1962 Miró ya ha subido en la cotización artística hasta el
segundo lugar tras Picasso.
[2] La tarjeta de invitación para el vernissage del viernes 17 a las 17 h y las fechas de
la muestra 17-28 febrero 1961 consta en álbum de Col. FPJM, v. VIII, p. 131. / Moutard-Uldry, Renée. Miró (Céramique
murale pour Harvard). “Arts” (II-1961). FPJM H-3303. / Ashbery, John. Miró in a
Different Mood at Paris
Gallery. “The New York
Herald Tribune” (21-II-1961). FPJM H-3302. Reconoce unas figuras ubúescas y una afinidad con
la pintura satírica de Rouault, / Lake, Carlton. Miró’s New Mural. Sly Wit for Harvard. “The Christian
Science Monitor” (4-III-1961) 10. FPJM, v. VIII, p. 133. Comenta el
proceso de creación del mural, que considera superior estéticamente a los dos
murales para la UNESCO. En
el archivo digital se mezcla con una reseña de Miles Kastendieck de la
representación de Turandot en el
Metropolitan.
[3] Hay una invitación con ilus. de Miró en PML, PMG B
19, 37. Schneider, Pierre.
Juan Miró. “L’Express”, París (27-IV-1961) 46-47. Col.
FPJM, v. VIII, p. 138-139. Incorpora 10 fotografías. / Ragon, M. Miró. “Mickey Mouse abstrait”, a fait de l’humour
une force picturale.
“Arts”, París, nº
820 (3-V-1961) 9. Col. FPJM, v. VIII, p. 141. Fotografía de Miró en portada. / Cartier,
J.-A. Les dernières peintures de Miró. “Combat”, París (8-V-1961). FPJM, v. VIII, p. 144. / Anónimo. Joan
Miró. “L’Information”,
París (10-V-1961). FPJM, v. VIII, p. 145. Le destaca como maestro del
automatismo, junto a Masson. / Anónimo. Miró-miroir. “Continent”, París (13-V-1961).
FPJM, v. VIII, p. 146. Es una de las pocas fuentes que en esta época puntualiza
acertadamente su nacimiento en Barcelona, pero data erróneamente en 1919 su
instalación en París y su ulterior descubrimiento del fauvismo, cubismo y
futurismo. / Redacción. Magia con método (monsieur Miró). “Destino”,
Barcelona (12-V-1961). FPJM H-3212. Foto de Miró con Tapié. / Redacción. Noticiario:
El arte catalán triunfa en París. “Destino”, Barcelona (3-VI-1961). FPJM H-3216.
[4] Schneider, Pierre. Juan Miró.
“L’Express”, París (27-IV-1961) 46-47. Col. FPJM, v. VIII, p. 138-139.
[5]
Ragon, M. Miró. “Mickey
Mouse abstrait”, a fait de l’humour une force picturale. “Arts”, París, nº 820 (3-V-1961) 9. Col.
FPJM, v. VIII, p. 141.
[6] Cartier, J.-A. Les dernières peintures
de Miró. “Combat”,
París (8-V-1961). FPJM, v. VIII, p. 144.
[7]
Anónimo. Miró. “Le
Monde”, París (12-V-1961) 8. PML, PMG B 19, 39.
[8] Anónimo. Pam! Pam! Zang! Zang! “Time” (2-VI-1961) 30. Col. FPJM, v.
VIII, p. 132.
[9] Redacción. Miró, Tâpies y Cuixart exponen en París.
“La Vanguardia ” (27-VII-1961).
FPJM H-3319. / Monod-Fontaine
numera por error la revista como 125-126. en <Joan Miró. La colección del
Centro Georges Pompidou>. México. CCAC (12 febrero-24 mayo 1998): 253. / El texto de Josep Lluís Sert, Miró: Peintures
pour des grands espaces, se
reprod. en Juncosa. Miró / Sert en sus propias
palabras. Correspondencia 1937-1980. 2009: 610-617.
[10]
La invitación, ilustrada por Miró, se consulta en en carpeta PML, PMG B
19, 37, e indica que se presenta el 7 de junio a las 17 h, pero tiene una nota
aparte que indica que el vernissage se pospone al jueves 13 a las 17 h., probablemente
para que asistieran los artistas. Miró pensaba asistir según una carta de Miró a J.Ll. Sert. Palma
de Mallorca (24-V-1963). [Umland.
<Joan Miró>. Nueva York. MoMA (1992-1993):
341, n. 825.] y que lo hizo lo recuerda el pintor Xavier Valls en La meva capsa de Pandora. Memòries.
2003: 129.
[11] Roditi. The Summer’s Over. Galerie Maeght’s Exhibition of Ceramics by Miró and Artigas. “Arts Magazine”, v. 38 (X-1963)
35. cit. Coyle. The
Monsters in America : The
Presentation and Reception of Miró’s Sculpture in The United States . <The Shape of Color. Joan
Miró’s Painted Sculpture>. Washington . Corcoran Gallery (2002-2003): 77.
[12] El único texto destacable es el
Préface (5-9) de Jean Cassou. El
catálogo fue preparado por Antoinette Huré, con las fichas de las obras y una Biographie (19), basada en el reciente
libro de Dupin. Al mismo tiempo se hizo una exposición homenaje a Arp, por lo
que algunas noticias de prensa pueden dar la idea equivocada de una muestra
doble. Destacan: Schneider, Pierre. Les miracles de Miró.
“L’Express”, París (28-VI-1962) 26-27. PML, PMG B 20, 15. Destaca su
libertad y perfección, y repasa minuciosamente su evolución desde los años 10
hasta los 60, y concluye: ‹‹L’importance
de cette oeuve apparaît clairement aujourd’hui. Le fauvisme, le cubisme avaient
émancipé la forme de la peinture; le surréalisme en avait émancipé le fond;
mais les deux révolutions semblaient incompatibles. En les mariant pour la
première fois, cet infatigable intercesseur entre les regnes a permis à la
peinture d’acceder, serait-ce pour s’y abîmer, à la liberté totale.›› / Cirici, Alexandre. Joan Miró i el seu
lloc. “Serra d’Or”, año 4, nº 7 (VII-1962) 46-49. / Marsan, Henri. Joan Miró ou l’Oiseleur
impitoyable. “France
Forum”, 42 (julio-agosto 1962) 28. / Ashbery, John. Miró Retrospective Is
Major París Event. “The New York Herald Tribune” (4-VII-1962) 5. PML, PMG B 20, 15. Proclama que ya la
muestra, como una anterior de Arp, ‹‹was a revelation of the true stature of this artist.›› y comenta que Miró explora en
sus grandes pinturas monocromas los hallazgos de la Escuela de Nueva York y
‹‹at 70 he is still learning, still finding new language to translate the magic
fantasies which obsesses him.›› / Saucet, Jean (texto); Saulnier, Tony
(fotos, de gran tamaño). Miró apporte
à Paris le soleil de Majorque. “Paris Match”, 691 (7-VII-1962) 52-61. / Brookner, Anita. Current
and Forthcoming Exhibitions:
Paris . “The Burlington Magazine”, Londres, v. 104, nº 4 (VIII-1962)
361-364. / Sentís,
Carlos. Sorpresas de la gran exposición retrospectiva de Joan Miró. “La Vanguardia “
(29-VII-1962) 12. / Schneider, Pierre. Il pittore delle metamorfosi.
“L’Illustrazione Italiana” (VIII-1962) 38-42. / Ramírez de Lucas, Juan. El
pintor español Juan Miró, Legión de honor. “Arquitectura”, Madrid, v. 45, nº 9 (IX-1962)
49-53. / Schneider, P. Art
News from Paris :
Miró. Retrospective at the Musée d’Art Moderne. “Art News”, Nueva York, v. 61, nº 6 (X-1962)
48. / Montero, Antonio. La pintura abstracta legitima Joan Miró. “ABC” (21-X-1962)
24-25 y 27, con 7 fotografías de obras. Celebra su triunfo sobre la
incomprensión y revisa su evolución. / Chevalier, D. Miró. “Aujourd’hui, Art et Architecture”, v. 7, nº 39 (XI-1962)
6-13. / Rykwert, Joseph. A
Parigi. “Domus”, Milán, nº 396 (XI-1962) 39. / Volboudt, Pierre. Miró au Musée National d’Art
Moderne. “XX Siècle”, sup. Chroniques du jour, v. 24, nº 20 (XII-1962)
s/p. / Volboudt, P. L’Imaginaire
et l’infini. “XX Siècle”, v. 24, nº 20 (XII-1962) 69-78. / Gállego, J. Crónica de París.
Homenaje a Miró. “Goya”, 52 (enero-febrero 1963) 242.
[13] El cat. indica 5 enero-marzo para la muestra de París, pero
Rowell [Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 34. / Rowell. Joan Miró. Écrits et
entretiens. 1995:
44. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: .57] y
Monod-Fontaine [<Joan Miró. La colección del Centro Georges Pompidou>.
México. CCAC (12 febrero-24 mayo 1998): 253] la datan en 20 enero-marzo,
basándose en que el vernissage fue el 20 de enero, según “G.M.”. Vernissage
parisien. Une “galaxie” de gale pour les “constellations” de Miró. “Le Figaro” (21-I-1959). FPJM, v.
VIII, p. 29. Otra noticias, pero sin fechas, en Anónimo. Un album de
Miró. “Les Beaux-Arts”,
Bruselas (6-II-1959). FPJM, v. VIII, p. 29. /
Anónimo. Au long des cimaises. “L’Information” (14-II-1959). FPJM,
v. VIII, p. 30. / Anónimo. Chez Berggruen…”Les Lettres
Françaises” (19-II-1959). FPJM, v. VIII, p. 35.
[14] Catálogo en carpeta PML, PMG B 19, 37.
[15] Di Brizio, Giuseppe. Visitando la mostra romana di Joan Miró. Così cominciò l’avventura degli artisti che “odiavano l’arte”. “Il Messagero”, Roma (3-IV-1959). FPJM, v. VIII, p. 55. Hace un
repaso de las vanguardias del perido de entreguerras.
[16]
El catálogo en carpeta PML, PMG B 19, 37.
[17] Joan Gaspar la considera
erróneamente la primera individual de Miró en su galería. [Farreras, E; Gaspar,
J. Memòries. Art i vida a Barcelona. 1911-1996. 1997: 164.]
[18] Anónimo. Juan Miró, en Sala
Gaspar. “La Vanguardia ”,
Barcelona (13-XI-1959). FPJM, v. VIII, p. 91. / Del Castillo, A. Juan Miró, en Sala Gaspar. “Diario de
Barcelona” (20-XI-1959). FPJM, v. VIII, p. 91. Sobre exposición <Joan Miró>.
Barcelona. Sala Gaspar (desde 6 noviembre 1959). En algunas referencias su
nombre propio es Antonio. Alberto del Castillo era catedrático de la Universidad de
Barcelona, especializado en Prehistoria. [Gaya Nuño, J.A. Historia de la
crítica de arte en España. 1975: 320]. Las referencias documentales son
contradictorias. El cat. fecha en 6-20 noviembre, la invitación del Club 49
data el vernissage el 7 a
las 10.30 de la noche, mientras que la invitación de la galería en 7-20 (ambos
documentos en el ábum VIII, p. 91), pero el galerista Joan Gaspar informa que
1-20 noviembre. [Farreras, E; Gaspar, J. Memòries. Art i vida a Barcelona.
1911-1996. 1997: 165.]
[19] Figueruelo, Antonio. Noches
de ciudad. “El Noticiero Universal”, Barcelona (31-I-1961). FPJM, v. VIII,
p. 128. En el álbum data la noticia el 31 marzo. El texto puntualiza que el
vernissage fue la noche anterior, el lunes 30, a las 23.45, con
asistencia de Cela y Tàpies, y de Miró y Artigas, de los que hay una fotografía
tomada por Font Gassol. En algunas fuentes se data la apertura el 31, como
consta incluso en un catálogo de la propia Sala Gaspar para la posterior
muestra <Miró> (11-31 diciembre 1964), pero debe entenderse como
la apertura al público en general. / Rodríguez Aguilera, Cesáreo. Arte: Cerámica Miró. “Revista”,
Barcelona (II-1961). FPJM H-3301. Muy elogioso, aunque deslice: ‹‹El
infantilismo poético mironiano casi se ha hecho adolescente.›› / Sempronio (seudónimo de Artís).
La semana de libertad. De Gallifa llegó un camión cargado de cerámica para
la universidad de Harvard. “Destino”, Barcelona, nº 1226 (4-II-1961) 25.
Col. FPJM, v. VII, p. 129. Comenta que Miró llegó tarde al vernissage porque se
fue a cenar con Prats y Dupin, lo que nos hace pensar que probablemente también
asistieron a la fiesta, y cita entre los asistentes a Artigas, su esposa
Violette y su hija Mariette; el párroco de Gallifa, Dalmau; Cela, y el
conservador de los museos de Barcelona, Adolfo Florensa. / Del Castillo, A. Un panel cerámico de Joan Miró y José
Llorens Artigas, en Sala Gaspar. “Diario de Barcelona” (5-II-1961). FPJM
H-3300. Desea una próxima exposición de pinturas. / Anónimo. El embajador de los Estados Unidos y el
plafón de la universidad de Harvard. “La Vanguardia ”, Barcelona (7-II-1961).
FPJM, v. VIII, p. 131. Visita del embajador John D. Lodge a la sala Gaspar,
junto a otros diplomáticos norteamericanos.
[20] Perucho, J. Joan Miró. “Destino”, Barcelona, nº 1227 (11-II-1961).
FPJM, v. VIII, p. 130. cit. Minguet. Joan Miró. L’artista i el seu entorn
cultural (1918-1983). 2000: 79. Perucho recuerda su primer contacto con
Miró en 1945, en una visita al taller del Passatge del Crèdit, que hizo por
mediación de Josep Palau i Fabre, y a la que asistieron el crítico suizo Albert
Beguin y el francés François Molho.
[21] Del Arco, Manuel. Joan Miró.
“La Vanguardia ”
(26-X-1963) 25. FPJM H-3338. Entrevista previa al vernissage. / Redacción.
“Álbum 19”: exposición de Joan Miró.
“La Vanguardia ”
(27-X-1963). FPJM H-3339. Fotos de Pérez de Rozas de exposición en Sala
Gaspar. / Redacción. Joan Miró. El
silencioso vecino de Palma. “Última Hora” (30-X-1963). FPJM H-3340. Foto de
Miró en exposición en Sala Gaspar. / Redacción. Joan Miró expone en Barcelona. “Baleares” (31-X-1963). FPJM H-3341.
Foto de Miró en exposición en Sala Gaspar. / Redacción. Uno de los tres “internacionales” de la pintura. “Baleares” (12-XI-1963).
FPJM H-3342. Picasso, Dalí y Miró.
[22] Se dijo entonces, por un error incomprensible, que era su primera
exposición individual con obra inédita en Barcelona desde 1918, lo que
recoge Minguet [Joan Miró en el arte español. Una aproximación cronológica (1918-1983).
*<Ver a Miró. La irradiación de Miró en el arte español>. Madrid.
Fundació La Caixa
(1993): 77.]. Pero consideramos que ya había participado en algunas colectivas
y en varias individuales de obra gráfica en la Sala Gaspar.
La prensa barcelonesa
reprodujo en sus primeras páginas el vernissage. Miró explica
entonces que no había expuesto con mayor frecuencia en Barcelona: ‹‹Porque
hasta ahora la actitud de la gente no fue abierta con intención hacia mí. Muy
dolorosamente para mí; pero hay excepciones, desde luego.›› [Pero que al final]
‹‹El tiempo ha cambiado y el estado de espíritu.›› [Del Arco, Manuel. Joan
Miró. “La Vanguardia ”
(26-X-1963) 25. FPJM H-3338.] Perucho explica que ‹‹Miró se ha incorporado
plenamente, después de tantos años de ausencia, al pulso de la ciudad››
[Perucho, J. Joan Miró en Barcelona. “Destino” (2-XI-1963).]. Del Castillo
solicitaba que se organizara una retrospectiva en Barcelona que superara la de
París de este mismo año. [Del Castillo “Diario de Barcelona” (9-XI-1963).]
Otros comentarios aparecieron de Teixidor. “La Vanguardia Española ”
(7-XI-1963), Sebastián Juan Arbó “La Vanguardia Española ”
(2-XI-1963) y Santos Torroella “El Noticiero Universal” (30-X-1963).
[23]
Arbó, Sebastián
Juan. Reflexiones en torno a una
exposición. “La
Vanguardia Española ” (2-XI-1963) 12.
[24]
Agustí, Ignacio. Joan
Miró. “Triunfo”, 74 (2-XI-1963) 40.
[25]
Teixidor, J. Poetas y poesía. Miró y la esperanza. “La Vanguardia Española ”
(7-XI-1963) 11.
[26] Rodríguez Aguilera. Carta de Barcelona. La exposición de
Miró. “Papeles de Son Armadans”, Madrid/Palma, 93 (XII-1963) 8 pp.
[27] Rodríguez Aguilera. Carta de Barcelona. La exposición de
Miró. “Papeles de Son Armadans”, Madrid/Palma, 93 (XII-1963) 8 pp.
[28] En un cat. de PMG se incluye texto de Breton, Constellations
de Joan Miró, y hay un cat. reducido con sólo el texto de Sweeney [PML,
PMG B 19, 11 / MoMA Queens Library Archives], pequeñas fotos en b/n de los
gouaches, la lista y una página con la descripción técnica de la edición, con
todas las numeraciones. / Una relación de obras en <Miró in America>.
Houston . Museum of Fine Arts (1982):
143-144. Reprod. de
cubierta y fotografía con 17 gouaches colgados en la sala en *<Pierre
Matisse and his Artists>. Nueva York. The Pierpont Morgan Library (2002):
245. Pierre Matisse le envía a Miró con motivo de su antológica en el MoMA una
larga carta, en la que se refiere el éxito de esta muestra en su galería; y
apunta que ha colgado las fotos que Prats le ha enviado de Atmósfera Miró; y ha pedido autorización a Sweeney para usar su
texto en una ampliación didáctica para el público, siguiendo una sugerencia de
Sert, y apunta que hay abiertas al mismo tiempo otras dos exposiciones con esta
serie, la de la Berggruen
de París y otra en la
Perls Gallery de Hollywood. [Carta de Pierre Matisse a Miró.
Nueva Cork (18-III-1959). FPJM, v. VIII, p. 43.]
[29] Anónimo. Miró
and Artigas Mural At the Guggenheim
Museum . “New York Herald Tribune”
(29-III-1961). Col.
PML, PMG B. 18, 33. / Preston , Stuart. Huge
Ceramic Work by Miró and Artigas Goes on View at Guggenheim Today. “The New
York Times”, Nueva York (30-III-1961). PML, PMG B 19, 16. / Redacción. Exposición de obras de Miró y Artigas. “Última Hora” (29-III-1961). FPJM
H-3315.
[30] Adlow, D. Miró. “The Christian Science
Monitor”, Boston
(12-IV-1961). FPJM, t. VIII, p. 133. Ilus. Perro ladrando a la luna.
[31] Hay dudas sobre su fecha, y el título y datación de las obras
expuestas. La media docena de artículos de la prensa neoyorquina de la época no
resuelven categóricamente el problema, pero apuntan a que se estrenó a finales
de octubre. La relación de obras, sin título de la exposición y datación en 31
octubre-25 noviembre, en <Miró in America>. Houston. Museum of
Fine Arts (1982): 144. Otra datación, basada en la documentación de la galería
—pero advertimos que muchas veces no se ejecutó lo que se había planificado—,
en 7-25 noviembre, en Carnielli; Loudon. *<Pierre Matisse and his Artists>.
Nueva York. The Pierpont Morgan Library (2002): 252 —incluye una fotografía de
una sala—; y en Rowell. Joan Miró: Selected Writings and Interviews. 1986: 34. / Rowell. Joan Miró.
Écrits et entretiens. 1995: 45. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002:
58. Aunque el cat. que hemos consultado tiene un título que especifica sólo
1959-1960, en su interior incluye las telas Azul de 1961 y tanto
Carnielli; Loudon como Rowell lo titulan como 1959-1961. ¿Es un error de
imprenta o, más probable, se hizo primero la portada y luego se hizo una
ampliación de las obras expuestas, sin cambiar la portada, o es que hay dos
catálogos, el último ya corregido? Estas variaciones explican que Cramer la
fiche como 1959-1960 [Cramer. Les livres illustrés. 1989: cat. 69, p.
192.] y Dupin como 1959-1961 [Dupin. Miró grabador II. 1989: cat.
291-297, p. 17.] Explica las contradicciones una carta de Pierre Matisse
a Bert van Bork. (13-XII-1961) PML, PMG B 19, 39, en la que comenta que ha
cerrado justamente ahora la exposición de Miró, prorrogada una semana a la
espera de obras de Giacometti para la siguiente exposición; y dice que las
fotografías de Van Bork sobre Miró han sido muy admiradas ─Van Bork las hizo el
invierno anterior y se las envió a Pierre Matisse junto a una carta el
18-X-1961─. Además, las
críticas de la época la refieren como Recent Paintings and Ceramics,
probablemente porque se incluyeron unas cerámicas. El texto de Taillandier, Miró, aparece en la carpeta PML,
PMG B 19, 38. Y hay una carta de Yvon Taillandier a Pierre Matisse. (22-VII-1961)
PML, PMG B 19, 38, en la que le pide 600 francos por el texto.
[32] Adlow, D. Miró. “The Christian Science
Monitor”, Boston
(24-XI-1961). FPJM, t. VIII, p. 155. Ilus. Mujer (1960) y Mujer y pájaro
(1960). Simplemente no presta atención a la serie Azul, como si no fuera propiamente mironiana. / Genauer, E. Miró,
Lipchitz: Art Originators. “Sunday
New York
Herald Tribune” (12-XI-1961). FPJM, v. VIII, p. 153. Destaca que los
grandes fondos azules de las recientes pinturas de Miró son superficies vivas y
que ha inspirado la corriente actual de los “Colour Field”. / Roberts, Colette.
Miró et la trajectoire du point. “France-Amérique” (19-XI-1961). PML,
PMG B 19, 39. Valora las pinturas con puntos que evolucionan a manchas, el
automatismo… pero no menciona la conexión con la pintura tachista. / Sandler,
Irving. In the Art Galleries . “New York Post” (26-XI-1961). PML, PMG
B 19, 39. Observa que Miró fue uno de los primeros artistas en hacer campos de
color en los años 20 pero que sus obras actuales de la serie Azul, propias de un maestro del color, parecen
más inspiradas en el “tachismo” de los jóvenes pintores, siguiendo el ejemplo
de Picasso que también canibaliza a otros artistas. / Anónimo. Art: Relax
and Enjoy. Recent
Paintings and Ceramics at New York’s Pierre Matisse Gallery. “Progressive Architecture”, Nueva
York, nº 42 (XII-1961) 71. Col. FPJM, v. VIII, p. 149. Comenta el humor
y el movimiento de estas obras. / Preston, Stuart. Current and
Forthcoming Exhibitions. “The Burlington
Magazine” (XII-1961). PML, PMG B 19, 39. Destaca la cualidad mágica de
las obras más antiguas de la exposición, al tiempo que sus últimas obras
muestran que experimenta con la “action painting”, “the fashionable style of
the day”. / O’Doherty, Brian. Miró Twinkles and Travels Through
his Past. “The New York Times”
(10-XII-1961) X19. PML, PMG B 19, 39. Con declaraciones del artista.
[33] "J.K.” (Jack Kroll). Reviews and Previews: Miró’s. “Art News”, Nueva York, v. 60, nº 8 (XII-1961). 10. cit. Coyle. The
Monsters in America : The
Presentation and Reception of Miró’s Sculpture in The United States . <The Shape of Color. Joan
Miró’s Painted Sculpture>. Washington . Corcoran Gallery (2002-2003):
74.
[34] O’Doherty, Brian. Miró Twinkles and Travels Through his Past. “The New York
Times” (10-XII-1961) X19. PML, PMG B 19, 39. Al final recuerda de los años 20
su conexión con Max Jacob, Max Ernst, Paul Éluard, Alfred Jarry, Roussel, Picasso
(con él y su esposa rusa Olga iban al cine y Picasso se sentaba en medio).
[35] Tillim, S. New York exhibitions:
In the galleries - Joan Miró. “Arts Magazine”, Nueva York, v. 36, nº 4 (I-1962) 34-35. La pregunta
inicial en p. 34 y el resto de la cita en p. 35. cit. McCandless. Miró seen by his American
Critics. <Miró in America >.
Houston. Museum of
Fine Arts (1982): 62. McCandless data por error la muestra en diciembre de
1960. Otra parte de la cit., que hace referencia a su reserva meditada de
control incluso en las pinturas más espontáneas, en Coyle. The Monsters in America : The Presentation and Reception of Miró’s Sculpture in The United States . <The Shape of Color. Joan
Miró’s Painted Sculpture>. Washington . Corcoran Gallery (2002-2003): 74.
[36] Relación de obras en <Miró in America>. Houston . Museum of Fine Arts (1982): 144. Entre
las críticas destacan: O’Doherty,
Brian. Art: The Violent Ceramics of Miró.
“The New York Times” (8-XI-1963) PML, PMG B 19, 41. Destaca la violencia
de estas obras comparadas con la paz que emanaba de sus obras anteriores. ‹‹The effect is
brilliant, uneven, definitely upsetting, further testament to the unease›› y
realza que su pintura es una defensa contra el caos, y estas obras exploran la
materia y la agreden, para tratar los temas de la mujer y la
diosa-madre-tierra, con una evidente sexualidad. Concluye que es un necesario
hito en su evolución artística. / Roberts, Colette. Miró et les encarnations des signes. “France-Amérique” (17-XI-1963). PML,
PMG B 19, 41. Admira la magia del pintor y la maestría del ceramista en estas
obras, inspiradas en el Románico y la cultura mediterránea. / Ashton, Dore. Miró-Artigas. Their New Ceramics. “Craft Horizons”, Nueva York, v.
17, nº 1 (I-1964) 16-20, 24-33. / Lonngren, Lillian. Reviews and Previews:
Joan Miró and Joseph Llorens Artigas. “Art News”, Nueva York, v. 62, nº 9 (I-1964)
10. / Ashton, Dore. Ceramics by Miró and Artigas at the Pierre Matisse
Gallery. “Studio International”, Londres, v. 167 (II-1964) 80.
[37] Copia de cat. en MoMA Queens
Library Archives. Se referencia como Paul Kanter Gallery en <Miró
in America>. Houston . Museum of Fine Arts (1982). 144.
[38] Carta de William S. Lieberman (en
representación del MoMA) a Miró. (11-IV-1959) FPJM, v. VIII, p. 63, en la que
le informa sobre el gran éxito de la exposición: en la semana de Pascua hubo
más de 1.000 asistentes por encima de la de Seurat de la misma época el año
anterior, y con mucho público joven. Para reunir la muestra ha habido cuatro
negativas: Picasso (de lo que ya le había informado -)los celos?-), G. David
Thompson, Sidney Schoenberg y Wright Ludington; para la de Los Angeles,
Sweeney no podrá prestar una gran obra de 1935 del Guggenheim. El segundo
vernissage tuvo 2.982 asistentes. Comenta que La masia necesita una inmediata
restauración y le pide a Miró que influya en Hemingway para que autorice al
personal del MoMA a restaurar la obra. Le envía una impresionante colección de
11 fotografías de la exposición, que se pegaron en las pp. 64-74 del álbum
VIII, se incluyen 11 grandes fotografías (una por página) de las salas; y en p.
75 el catálogo de mano, con las 116 referencias, reprod. en <Miró in
America>. Houston. Museum of Fine Arts (1982): 144. Hay dos fotografías
de salas de la muestra en Rubin. <Miró in the collection of The Museum of Modern Art>. Nueva York. MoMA (1973-1974):
11 abajo y 12 arriba. En algunas noticias sale otra datación (19 marzo-12 mayo
1959), como en Anónimo. Exposición de
obra de Miró en Nueva Cork. “Hoja del Lunes”, Palma de Mallorca (2-III-1959).
FPJM, v. VIII, p. 39. Pero
la diferencia es poco significativa y preferimos la que consta en el catálogo
de mano (18 marzo-10 mayo) y se repite en el artículo de Canaday, John. Miró “Barks”, Merrily at His Critics. “The New York Times Magazine” (15-III-1959)
22-23, 25, 27, 28, 30. Col. FPJM, v. VIII, pp. 40-41, que es una extensa
visión de la vida y obra de Miró, con las convenciones de su pasado
surrealista, motivos jeroglíficos y bioformas, lirismo, magia, primitivismo,
inocencia, humor...; hace
varias referencias a su progresivo éxito comercial. / Hay muchas notas de las
redacciones de la prensa norteamericana, recogidas en las pp. 110, 114, 117,
121…, que sólo recogen los datos de la muestra proporcionados por las agencias
informativas, como las fechas, horarios, precios (75 centavos para los adultos
y 25 para los niños), cantidad de obras...
Otras
referencias críticas, por orden cronológico, son Knox, Sanka. Painting proves hard to borrow. “New York Times” (24-II-1959) L26.
Col. FPJM, v. VIII, p. 34, 121. Sobre la difícil preparación de la
muestra, especialmente para traer de Cuba La Masía. / Anónimo.
Exposición retrospectiva de Joan Miró. “La Prensa ”, Nueva York (15-III-1959).
FPJM, v. VIII, p. 120. Este diario en español
resume la visión de la crítica neoyorquina. / Devree, H. Art: Miró
retrospective. “The New
York Times” (19-III-1959). FPJM, v. VIII, p. 114. Destaca su
individualismo, y resume su evolución, llena de contrastes. / Livick, L.B. Gaiety at the Modern: Four Decades of Miró.
“New York Journal” (21-III-1959). FPJM, v. VIII, p. 110. Celebra el maravilloso
mundo de la pintura de Miró, y destaca La Masía y
los campos de color. / Devree, H. Paradox of Miró. “The New York Times” (22-III-1959) p. x 15.
Col. FPJM, v. VIII, p. 46. Devree vuelve, tres días después de su primer
artículo, a reseñar la muestra y comenta que la exposición abre más preguntas
que cierra respuestas. Sitúa a Miró en un segundo escalón, pues el primero
estaría reservado a “giants” como Picasso, Braque, Matisse y Rouault. Añade que
su obra está llena de contradicciones, entre lo primitivo y lo moderno, lo
espontáneo y lo calculado, lo alegre y lo salvaje. / Genauer, Emily. Oh, Miró, Miró on the Wall, Are You
Cruelest of All? “The
New York
Herald Tribune” (22-III-1959). FPJM, v. VIII, p. 45. Se extiende sobre
la evolución de Miró, al que caracteriza como surrealista abstracto y próximo a
los primitivos españoles (se entiende los pintores de frescos románicos). /
Anónimo. Art. The Spanish Master. “Newsweek” (23-III-1959) 72. Col.
FPJM, v. VIII, p. 44, copia en 48. Traza un panegírico de Miró, al que
sitúa en la cumbre del arte contemporáneo, junto a Picasso, obviando a Dalí. /
Swenson, Virginia. Exciting Miró showing opens in NY Museum. “Middleton Daily Record”,
Middleton, Nueva York (24-III-1959). FPJM, v. VIII, p. 110. Comenta su
imaginación y la constancia en mantener su personalidad artística hasta que ha
conseguido triunfar. / Levis, Leopold.
Im Museum of Modern
Art: Die Welt des Spaniers Joan Miró. “New York
Staats-Zeitung” (26-III-1959). FPJM, v. VIII, p. 120. Artículo de un diario neoyorquino en alemán, resume la crítica
norteamericana. / Adlow, Dorothy. Joan Miró’s Long and Luminous Career. “The Christian Science Monitor” (28-III-1959).
Dos ilus. FPJM, t. VIII, p. 117. Adlow conocía bien la obra de Miró y
escribe el primero de dos artículos, éste con dos ilus., que comenta, Mont-roig, viñas y olivares, (1919) y La
Poetisa (1940), un gouache de las Constelaciones. / Schiff, Bennett. In the Art Galleries . “New York Post” (29-III-1959). FPJM, v. VIII,
p. 110. Resume brevemente su evolución. / Coates, R.M. The Art Galleries : Joan Miró. “New Yorker”, 35 (IV-1959)
144-146. Col. FPJM, v. VIII, p. 49, 53 (más legible). Repasa la
selección de obras, que considera muy completa, y resume la evolución de su
estilo, haciendo hincapié en la obra de los años 10, la menos conocida por el
público norteamericano. Coloca a Miró en un segundo nivel detrás de Braque,
Picasso, Matisse y Rouault. / Anónimo.
Una mostra a Nuova York del pittore francese Joan Miró. “L’Avvenire d’Italia” (2-IV-1959). FPJM, v. VIII,
p. 54. / Adlow, Dorothy. Joan Miró’s Long and Luminous Career. “The
Christian Science Monitor”, Boston
(9-IV-1959). FPJM, t. VIII, p. 117. Vuelve a comentar la exposición,
pero ahora con una visión más general de su evolución, centrándose en los años
20; repite el error del nacimiento en Mont-roig. / Roberts, Colette. Directions de l’actuel. “France-Amérique”
(12-IV-1959). FPJM, v. VIII, p. 120. Miró, un
pintor-poeta como ejemplo del arte actual.
[39]
Dos copias del
catálogo separado de Los Ángeles en PML, PMG B 19, 3. / Redacción.
Miró Art to Be Shown. “Los Angeles
Times” (4-V-1959) 16. / Redacción. Museum
Will Display Works of Joan Miró. “Los
Angeles Times” (9-VI-1959) B1. / Seldis, Henry J.
County Museum Opens Exhibit of Miro Work. “Los
Angeles Times” (10-VI-1959) B1. Seldis remarca su jovialidad e ironía. /
Seldis, Henry J. Miró’s Work Poetry in
Art. “Los Angeles Times” (14-VI-1959) E6. / Redacción. Miró Display Altered
for the Better. “Los
Angeles Times” (16-VII-1959) B1. / Fernández Miró; Ortega. Miró Sculptures. 2006: 370. Referencia
esta muestra.
[40] La masía estaba en la
casa de Hemingway en las afueras de La Habana. Hemingway
se resistía ante el MoMA a dejar partir el cuadro, pero el riesgo bélico y el
alto valor del seguro, le llevaron a aceptar. Las personas que, corriendo
grandes riesgos, lo sacaron fueron dos miembros del MoMA, Dorothy Dudley y
David Vance, ayudados por el diplomático norteamericano Francis J. Donahue y
el funcionario cubano Sergio López Mesa. El cuadro llegó a Nueva York el 8 de
febrero de 1959. [“New York Times” (24-II-1959)]. Hemingway dispuso que nadie podía tocar La
masia para su restauración hasta que Miró lo viera personalmente. [Carta
de Pierre Matisse a Miró. Nueva Cork (18-III-1959). FPJM, v. VIII, p.
43; sexta página de la carta.]
[41]
En varias carpetas,
comenzando por PML, PMG B 19, 10, se recoge la documentación de la Pierre Matisse Gallery y su
apoyo a esta muestra. En esta carpeta se incluye una invitación, con una
colorista portada de Miró.
[42]
Fotografía de Dalí y Gala viendo las Constelaciones
en una sala del MoMA pub. en Joan Punyet Miró. Una mirada íntima,
en De la Cierva ;
Julián; et al. Joan Miró. 2007: 112.
En la p. 113 el autor identifica al fondo a Ida Chagall y la hace esposa del artista, pero este nombre
corresponde a su hija así que esa mujer mayor debe ser su segunda esposa, Valentine (Vava) Brodski, con la que se había casado
en 1952.
[43]
Carta de Miró a Pierre Matisse (11-XI-1958). Col. PMGA B18, F57. Reprod. Laura
Coyle. The Monsters in America: The Presentation and Reception of Miró’s Sculpture in The United States . <The Shape of Color. Joan
Miró’s Painted Sculpture>. Washington . Corcoran Gallery (2002-2003): n. 56, p. 85.
[44] El archivo de la
FPJM , en el álbum VIII, guarda una numerosa correspondencia y
documentación sobre esta retrospectiva en el MoMA. Destacamos las siguientes
referencias: Pierre Matisse y su esposa Patricia y Josep Lluís Sert y su esposa
Moncha le enviaron telegramas de felicitación el 18 de marzo, archivados en Col.
FPJM, v. VIII, p. 42. / Carta
de Pierre Matisse a Miró. Nueva York (18-III-1959). FPJM, v. VIII, p.
43. Aparte, Pierre Matisse
le envía el mismo 18 una larga carta explicándole el vernissage, con 500
invitados (como Marcel Duchamp y su esposa Teeney, la anterior mujer de Pierre),
y excusándose por no haber acudido. Hubo después una gran comida. Quiere saber
la fecha exacta de la llegada de Miró en avión y le comenta la invitación del
Guggenheim Museum. / Carta de Sert a Miró. Cambridge , Mass. (21-III-1959). FPJM, v. VIII, p.
45. Sert le cuenta
su extraordinaria impresión ante la exposición del MoMA y destaca la
continuidad de la obra de Miró y sus valores permanentes: lo popular, la
tierra, los objetos transformados. Pide que Joan Prats no se pierda la
exposición (ha alegado que no puede dejar la tienda). ‹‹Molt m’interessa el que dius d’aquest nou
procediment que vols experimentar››. Se refiere a cuadros de grandes formatos,
porque luego dice que hay grandes superficies de muros libres en los museos de
Nueva York, que le encantarán, y le comunica que el matrimonio Sweeney le
enviará pronto un telegrama de felicitación por la exposición. En la misma
carta, su esposa, Moncha, le escribe a Pilar, pidiéndole que convenza a su
marido de que asista a una recepción en el Institut of Art de Boston, en la que
pasarán el film de Bouchard sobre Miró. Le cuenta su impresión ante la
exposición del MoMA, extraordinaria. Destaca la continuidad de la obra de Miró
y sus valores permanentes: lo popular, la tierra, los objetos transformados. /
Carta de Pierre Matisse a Miró (22-III-1959). FPJM, v. VIII, p. 47. Tres páginas manuscritas. Le
envía los dos artículos en los dos diarios más importantes de la prensa neoyorquina
sobre la exposición, los de Devree y Genauer. Le comenta los dos vernissages
(la reducida y la de los miembros del Museo) de sus exposiciones en Nueva
York, unos grandes éxitos. / Carta de
Pierre Matisse a Miró. (6-IV-1959) FPJM. Cinco páginas manuscritas. Se refiere
a los problemas de las relaciones simultáneas con los museos Guggenheim (la
entrega del premio) y MoMA (la exposición), pues parece que hay celos institucionales.
Soby está escribiendo una biografía sobre Miró. Trata de temas prácticos del
viaje de Miró a ‘EE UU, como si quiere una secretaria permanente, si desea
viajar al Oeste, a conocer la naturaleza, los indios, el Gran Cañón del
Colorado... / Carta de William S.
Lieberman a Miró. (11-IV-1959) FPJM. En representación del MoMA, le informa
sobre el gran éxito de la exposición. En la semana de Pascua hubo más de 1.000
asistentes por encima de la de Seurat de la misma época el año anterior. Mucho
público joven. Para reunir la muestra ha habido cuatro negativas: Picasso (de
lo que ya le había informado, insinúa que por celos), G. David Thompson,
Sidney Schoenberg y Wright Ludington. Pero para la de Los Angeles, Sweeney no
podrá prestar una gran obra de 1935 del Guggenheim. El segundo vernissage tuvo
2.982 asistentes. La masia necesita una inmediata restauración. Le pide
a Miró que influya en Hemingway para que el personal del MoMA restaure la obra.
Le envía una impresionante colección de 11 fotografías de la exposición.
[45] Eckert, Wolf von. The Delightful
Wiggles of Miró. “American Institute of Architects Journal”, v. 32 (XI-1959)
40.
[46] McCandless. Miró seen by his
American Critics. <Miró in America >. Houston . Museum of Fine Arts (1982).
[47] Soby. <Joan Miró>.
Nueva York, MoMA (1959): 38.
[48] Soby. <Joan Miró>. Nueva York, MoMA (1959): 66.
[49] Soby. <Joan Miró>. Nueva York, MoMA (1959): 23.
[50] Coyle. The Monsters in America : The Presentation and Reception of Miró’s Sculpture in The United States . <The Shape of Color>.
Washington .
Corcoran Gallery (2002-2003): 74.
[51] Goldberg, Deborah A. The 1959
Miró retrospective at the MoMA: a critical assessment. “Apollo”,
Londres, v. 139 (VI-1994) 47-51. cit. 47; para los siguientes comentarios las 48-50.
[52]
Carta de Soby a Sam Hunter (12-II-1958), cit. en n. 6 de p. 47.
[53] Canaday, John. Miró “Barks”
Merrily at His Critics. “The New York Times Magazine” (15-III-1959) 22-30.
cit. Canaday, John.
Artículo sin título. “New York Times” (VII-1978). Una parte se reprod. en Especial
Miró a los 80. “Daily Bulletin” (1978) 37: AEn un mundo cada vez más
entregado a los valores prácticos y científicos, ha afirmado la legitimidad de
lo mágico, lo poético, lo lírico. Nos ha dejado abierta la entrada a un mundo
que ya hemos casi olvidado, el mundo de los mitos y lo sobrenatural, un mundo a
veces alegre, a veces monstruoso, grotesco, abyecto, a veces encantador, a
veces aterrador, pero siempre fascinante porque se enraíza en la más temprana
conciencia del hombre.” Goldberg hace notar que Canaday celebraba dos pinturas
de los años 20 como la cima de la carrera de Miró, La masía (1921-1922) y Perro
ladrando a la luna (1926), sugiriendo que su obra subsiguiente hasta los
años 50 era de menor calibre, y que Miró era visto por muchos críticos como uno
de los tres grandes pintores de la revolución vanguardista, junto a Matisse y
Picasso. [Goldberg,
Deborah A. The 1959 Miró retrospective at the MoMA: a critical assessment.
“Apollo”, Londres, v. 139 (VI-1994): 48.]
[54]
Magrinyà, Lluís. Rauschenberg, en el
puente. “El
País” (6-XI-2006) 62.
[55] Kramer. Month in review. The
broad retrospective of the work of Joan Miró at the Museum of Modern Art. “Arts”, v. 33, nº 8 (V-1959):
48-50. La cita es parcialmente reprod. en Coyle. The Monsters in America :
The Presentation and Reception of Miró’s Sculpture in The United States . <The Shape of Color. Joan
Miró’s Painted Sculpture>. Washington . Corcoran Gallery (2002-2003): 74-75. Hilton
Kramer, historiador y crítico de arte en distintos medios, sustituyó a Canaday
como crítico permanente en el “New York Times” (1976-1980), con el que
colaboraba desde los años 60, y lanzó en septiembre de 1980 la revista “New
Criterion”, de posiciones estéticas muy conservadoras, afines a la "era Reagan”. Aunque muy
favorable a las vanguardias, era capaz de las críticas más virulentas, como
cuando escribió sobre la antológica de Duchamp en la Tate Gallery (1966)
que era un artista de "pastiche”, "pero sin apenas fuerza ni
originalidad”. En cambio, tuvo siempre el mayor respeto hacia Miró, aunque
prefirió no juzgar sus exposiciones de obra nueva de los años 70, tal vez por
considerarlas inferiores a las de periodos anteriores.
[56] Kramer. Month in review. The
broad retrospective of the work of Joan Miró at the Museum of Modern Art. “Arts”, v. 33, nº 8 (V-1959):
48-50. La cita es completamente reprod. en Coyle. The Monsters in America :
The Presentation and Reception of Miró’s Sculpture in The United States . <The Shape of Color. Joan
Miró’s Painted Sculpture>. Washington . Corcoran Gallery (2002-2003):
75.
[57] Coyle. The Monsters in America : The Presentation and Reception of Miró’s Sculpture in The United States . <The Shape of Color. Joan
Miró’s Painted Sculpture>. Washington . Corcoran Gallery (2002-2003):
75.
[58] Genauer, Emily. Oh, Miró, Miró
on the Wall, Are You Cruelest of All? “The New York Herald Tribune” (22-III-1959).
[59] Devree, H. Art: Miró
retrospective. “The New York Times” (19-III-1959). FPJM, v. VIII, p. 114.
[60] Devree, Howard. Paradox of Miró.
“The New York Times” (22-III-1959).
[61] Motherwell. The Significance of
Miró. “Art News”, v. 58, nº 4 (V-1959) 32-33, 65-67. Reprod. <Miró
in America >.
Houston . Museum
of Fine Arts (1982): 121-123, cit. 121-122.
[62] Esta versión corregida con
algunos cambios conceptuales sobre los tres pasos de su método aparece en el
artículo, más extenso, de Motherwell. La significación de Miró. Especial
Miró a los 85. “Daily Bulletin” (1978) 119-121.
[63] Sweeney. Joan Miró: Comment and
interview. “Partisan Review”, 2 (II-1948) 206-212.
[64] Motherwell. The Significance of
Miró. “Art News”, v. 58, nº 4 (V-1959) 32-33, 65-67. Reprod. <Miró
in America >.
Houston . Museum
of Fine Arts (1982): 122-123. Un resumen en Coyle. The Monsters in America : The Presentation and Reception of Miró’s Sculpture in The United States . <The Shape of Color. Joan
Miró’s Painted Sculpture>. Washington . Corcoran Gallery (2002-2003):
74.
[65] Kerrigan, A. Joan Miró at Son
Abrines. “The Critic”, Chicago, v. 17, nº 4 (febrero-marzo 1959) 20, 79.
Col. FPJM, v. VIII, p. 118, 119.
[66] Seldis, Henry J. More Miró ─ Prints, Book. “Los Angeles Times” (21-VI-1959)
E9.
[67] Seldis, Henry J. In the Galleries: Pasadena
Offers Miró’s Drawings. “Los Angeles Times” (2-I-1962) A8. No pone título
de la muestra, que extrapolamos de otra con la que coincidió en el tiempo, la dual *<Drawings by Richard Diebenkorn and Frank
Lobdell> (15 diciembre 1961–17 enero 1962).
[68] Clébert. Dictionnaire du
Surréalisme. 1996: 265-266.
[69]
Perucho, J. “Minotaure” o la actualizacion del surrealismo. “Destino”
(21-VII-1961) 34. FPJM H-3222 y 3322b. Celebra el aniversario. / Redacción. Noticiario:
Organizada por la revista “L’Oeil”… “Destino” (9-VI-1962). FPJM H-3328.
Sobre la muestra. / Redacción. La actualidad artística de París. “La Vanguardia ” (12-VII-1962).
FPJM H-3331.
[70]
Ferrier. El arte del
siglo XX. III. 1940-1959.
1993: 716.
[71]
Redacción. Participación española en una exposición de
arte. “ABC” (27-I-1960) 50. Cita por error Schaffenburg, sin nombre de la
institución. En esta ciudad nació el pintor expresionista Kirchner. El museo
local es el Schlossmuseum, probable lugar de la exposición, que en alemán
probablemente se traduciría *<Spanische
zeitgenössische Kunst>.
[72]
Redacción. Bajo el signo de España… “La Vanguardia ”
(22-VI-1960). FPJM H-3289. / Tàpies, Miquel. Chronologie, en Agustí, Anna (dir. y cat.). Tàpies. Catalogue Raisonné. 1989. v. 1. 1943-1960: 508.
[73]
Catálogo con 18 pp., sin
textos, en PML, PMG B 19, 37.
[74]
Historia del museo sueco en [www.modernamuseet.se].
[75]
Karl Gunnar Pontus
Vougt Hulten (21-VI-1924), un buen conocedor de Miró, era colaborador del museo
desde 1957 y su director desde 1960 hasta 1972, y en 1973 fue nombrado director
del MNAM parisino, ya en su recién inaugurado local del Centre Georges
Pompidou. En 1981 pasó al Museum of Contemporary Arts de Los Ángeles. [Biografía de Pontus Hulten en www.cnac-gp.fr/Pompidou/Manifs.nsf/].
[76]
Anuncio en “La Vanguar dia”
(10-V-1963) 27. El último es del 21-V.
[77] Cirici. Una línea continua. *<Art català contemporani>.
Barcelona. Academia de la
Llengua Catalana (22 abril-2 mayo 1961). [Reprod. Calvo
Serraller. España. Medio siglo de arte de vanguardia. 1939-1985.
1985. v. I: 509.] Ferrier titula la muestra *<Una línea continua>,
explica que Cirici leyó en el vernissage su texto La evolución del arte
catalán contemporáneo desde Miró a los últimos artistas, y añade entre
los artistas a Gargallo y González, pero parece tratarse de un error múltiple.
[Ferrier. El arte del siglo XX. 1990 (1988). v. II: 144.]
[78]
Redacción. Más obras para la
subasta a beneficio de los damnificados. Se confirma la entrega de un destacado
cuadro de Joan Miró. “La
Vanguardia ” (1-XI-1962) 17. / Redacción. Tres cuadros:
diez millones de pesetas. “La
Vanguardia ” (1-XII-1962). FPJM H-3335. Foto de los tres
cuadros de Picasso, Dalí y Miró. / Redacción. Recepción a los artistas
donantes de obras pro damnificados. “La Vanguardia ” (14-XI-1962)
30. L a
hija de Miró la entregó en la
Diputación el miércoles 14. / Redacción. Lora Tamayo
inauguró la exposición-venta pro-damnificados del Vallés. “Diario de
Mallorca” (2-XII-1962). FPJM H-3336. Era el ministro de Educación. / Redacción. De Juan Miró para
Barcelona. “Blanco y Negro”, Madrid, nº 2.641 (15-XII-1962) 3. Foto del
cuadro donado por Miró para los damnificados de Barcelona, Mujer en la noche (1945) [DL 752]
[79] Calvo Serraller. España. Medio siglo de arte de vanguardia.
1939-1985. 1985. v. I: 544.
[80] Sánchez Marín, Venancio. Crónica de Madrid. “Goya” (marzo-abril
1959). / Popovici, Cirilo. Blanco y Negro. “SP” (29-III-1959). [Minguet.
Joan Miró. L’artista i el seu entorn cultural (1918-1983). 2000:
103-104.] Fue conocida también como *<Exposición homenaje a Chillida, Oteiza, Miró, Artigas, Tàpies y
Palazuelo>.
[81]
Moreno Galván,
J.M. Discriminación apresurada de la abstracción en España. “Acento
Cultural” 6 (enero-febrero 1960). Reprod. Lorente. Historia
de la crítica de arte. Textos escogidos y comentados. 2005: 451-460; Miró
en 455-456.
[82] Sánchez Marín, Venancio. De Goya a Picasso. Sección ACrónica de Madrid”, en “Goya”,
31 (julio-agosto 1959) 62-63. [Minguet. Joan Miró. L’artista i el seu entorn
cultural (1918-1983). 2000: 104.]
[83] Calvo Serraller. Enciclopedia del arte español del siglo XX.
1991-1992. II. Contexto: 425.
[84] Minguet. Joan Miró. L’artista i el seu entorn cultural (1918-1983).
2000: 104.
[85] Karpel cita en Dupin. 1961: 568, que se expuso en Nueva York. Knoedler & Co (febrero 1961) y
lo corrobora Rubin. <Miró in the collection of The Museum of Modern Art>.
Nueva York. MoMA (1973-1974):
14, con las fechas precisas de 1-23 febrero y ampliación a 4 marzo, pero con
datos diferentes de pp. e ilus. Algunas fuentes la localizan por error en el
mismo MoMA, en atención a su destino.
[86]
Fernández Miró;
Ortega. Miró Sculptures. 2006: 370 para las fechas exactas.
[87] El catálogo en carpeta PML, PMG B 19, 37. Hay una carta de Klaus G. Perls Perls a Miró. Nueva York (11-III-1961).
FPJM, v. VIII, p. 136. Sobre
la exitosa (un “succès fou”) exposición Calder-Miró en la Perls Gallery ;
informa que el último sábado hubo 1.465 visitantes y calcula que al final habrá
más de 20.000. Cuatro
fotografías, en p. 137.
[88] Firmado el 12-XI-1960. reprod.
Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 255. /
Rowell. Joan Miró. Écrits et entretiens. 1995: 276. / Rowell. Joan
Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 343.
[89] Declaración de Calder a Klaus Perls. *<Alexander Calder.
Joan Miró>. Nueva York. Perls Galleries muestran (1961). Reprod.
Elisabeth Hutton Turner. Calder and Miró: A New Space for the Imagination.
*<Joan Miró - Alexander Calder>. Basilea. Galerie Beyeler (2004):
27-28.
[90] Canaday, John. Calder and Miró. “The New
York Times Magazine” (26-II-1961) X 19. Col. FPJM, v. VIII, p. 134.
[91] Genauer, E. (“E.G.”). Miró and Calder in
Tandem. “The New York
Herald Tribune” (26-II-1961). FPJM, v. VIII, p. 135.
[92] Ragon, Michel. Miró. “Mickey Mouse
abstrait” a fait de l’humour une force picturale. “Arts” (3-V-1961).
[93] Judd, Donald. In
the Galleries. “Arts Magazine” 40 (IV-1966): 50. cit. McCandless. Miró
seen by his American Critics. <Miró
in America>. Houston. Museum of Fine Arts (1982): 63.
[95] Wilson, Patricia Boyd. Early Years Of an Artist. “Christian Science Monitor” Boston (28-II-1964) 8. PML,
PMG B 20, 15. Se concentra en Miró, del que hace un amplio repaso de su carrera
e incluye la reprod. de su pintura en la muestra, que titula Landscape (s/f).
[96]
El catálogo en carpeta PML, PMG B 19, 37. / Redacción. Art Shows in Chicago
This Month. “Chicago
Daily Tribune” (21-II-1961) A4.
[97] Ferrier la data como programada en 1961, probablemente porque se
pensaba entonces inaugurarla a finales de año, pero se atrasó a febrero.
[Ferrier. El arte del siglo XX. 1990 (1988): v. II. 142]. Lilian Tone la
data correctamente en <Joan Miró>. MoMA (1993): 448. El catálogo
consultado [carpeta PML, PMG B 19, 37] comienza con una breve introducción general
de una página en la que destaca a los tres como representantes de tres
generaciones del arte español contemporáneo y al mismo tiempo líderes
internacionales, unidos por su relación con el arte popular, la artesanía, las
raíces culturales de su tierra... y enseguida se diversifica: sobre Picasso una
mirada general, sobre Miró una resumida versión previa de Atmósfera Miró
(1970), y presenta a Chillida como adalid de la última generación, en una una
versión del prefacio que había aparecido en “Derrière la Miroir ”, nº 124 (III-1961),
cat. de una exposición de Chillida en la Galerie Maeght de
París, inaugurada el 24 de marzo de 1961, con 23 esculturas, dibujos y
grafitos. Prefacio reprod. en <Chillida>. Santiago de Compostela (15
marzo-11 junio 2000): 223-224 en español y 282-283 en inglés. No debe
confundirse con otro prefacio más extenso, para una antológica de Chillida en
1966 en Houston, reprod. en pp. 227-229 y 285-288; en cuyo texto no hace
mención alguna de Miró o Picasso.
[98]
Fernández Miró;
Ortega. Miró Sculptures. 2006: 370.
[99] Liberman. The Artist in His
Studio. 1988 (rev.
de 1 1960): Miró 264-267, cit. 265.
No hay comentarios:
Publicar un comentario