viernes, febrero 09, 2024

Joan Miró en 1959.

Miró en 1959-1963

El Miró an­ciano de 1963, con setenta años a cuestas, era millonario, y sus in­gresos de te­rra­te­nien­te, de los que había vivido con moderación muchos años, ya eran sólo­ anecdóticos­­­ en com­pa­ra­ción con los del arte y sus cuantiosas rentas e inversiones. Desde esta época, las finanzas dejan de preocuparle y confía sus asuntos a sus abogados y representantes que vigilan que su familia goce de una buena posición económica.
Esta fase biográfica de resurgimiento se caracteriza por el retorno a la pintura y la preparación de las exposiciones antológicas de 1963, así como su esfuerzo de consolidación de su imagen como artista. Es además una época de consolidación de la gran bonanza económica de los años 50, porque aumentan sus in­gresos por la venta de obras y los pre­mios, lo que se refleja en la compra y re­modelación del vecino edificio de Son Boter (1959-1960) para aumentar el espacio de actuación que ya había aumentado con el gran taller de Son Abrines. Su patrimonio crece además con las exito­sas pro­mocio­nes in­mobilia­rias (1957-1960) en el auge urba­nís­tico de Palma junto a uno de sus cuñados, el arqui­tecto Enric Jun­co­sa.

Joan Miró en 1959.


En 1959 el papa Juan XXIII anuncia el 25 de enero el Concilio Va­ticano II, celebrado entre el 11 de octubre de 1962 y el 8 de diciembre de 1965, y que cambiará decisivamente en España la actitud de la Iglesia y los católicos respecto al franquismo, con un sentido más crítico. Recordemos que el matrimonio Miró era muy católico.


[https://es.wikipedia.org/wiki/Plan_de_Estabilización_de_1959] La línea verde de España remonta con fuerza a partir de 1960 tras una pequeña caída en 1959. 

Comien­za en España el Plan de Es­tabi­li­zación Económica, marcado por la apertura y la modernización financiera y co­mercial, que tendrá un enorme éxito, llevando al país, apoya­do en el tu­rismo y en las remesas de divisas de los emi­grantes, al esplendor de los años 60, los de mayor cre­ci­miento econó­mico en su historia. Pero en lo político-ideológico la represión continúa, pues aunque ya apenas hay violencia institucional (la mayoría de los repu­bli­canos e iz­quierdistas hacía muchos años que habían sido anulados), se continuó con el duro control ideo­ló­gi­co.


En Cataluña estalla el escándalo de Luis Martí­nez de Galinsoga, director del diario barcelonés “La Vanguardia Española”, el diario más leído en Cataluña y al que Miró estuvo abonado casi toda su vida, Era un anticatalanista y biógrafo de Franco, que el 21 de junio interrumpe con insultos (“To­dos los catalanes son una mierda”) una misa al pronunciar el sacerdote el sermón en catalán, y surge de inmediato una campaña popular para su cese; será el primer gran triunfo del nuevo catalanismo político, puesto que se forzó su cese-dimisión en febrero del año siguiente.[1]


Se comienza a publicar la revista cultural “Serra d’Or”, pionera en salir íntegramente en catalán después de la guerra civil, promovida por el abad de Montserrat, Aureli M. Escarré, y que será un puente de relación con los comunistas del PSUC —que arrecia su oposición al régimen desde este año—, lo que provocará la enemistad de Josep Tarradellas, presidente desde 1954 de la Generalitat en el exilio.

En 1959 los Miró residen en Palma. Él viaja en enero a Barcelona, donde visita exposiciones, entre las que destaca el vernissage de *<4 pintores del grupo El Paso> en la Sala Gas­par de Barce­lona (10-23 enero), con obras de Canogar, Feito, Millares y Saura, organizada por Joan Prats y su Club 49.[2]
Tras un periodo de dos años y medio, desde el verano de 1956 a enero de 1959, de dedicación a otras artes y sobre todo de me­ditación y de revisión de su obra ante­rior, Miró vuelve a pintar, primero con obras de mediano formato. Es especialmente notable en esta época la influencia de la gestuali­dad del expresionismo abstracto norteamericano, el mate­ris­mo del informalismo/tachismo europeo y la auste­ridad for­mal del arte oriental más despojado.


Se publica en enero el libro Constella­tio­ns, de Breton (escrito en 1958), con una repro­ducción de los gouaches de 1940-1941.
Miró escribe una dedicatoria al grupo El Paso en el número monográfico que le dedica la revista “Papeles de Son Armadans”, nº 37 (IV-1959).
Miró dona, como Picasso y otros artistas catalanes, una o dos obras para la financiación del Cercle Artístic de Sant Lluc, para lo que se ha organizado un Concurso de Dibujo; las obras donadas se exponen en la librería Porter-Libros en el Portal del Ángel a partir del 23 de mayo y después son subastadas.[3]



Fiedler. Composición azul (1967).

Miró presenta a Maeght el pintor François Fiedler (1922-2001), de origen húngaro, que entrará este mismo año en la “cuadra” de la Galerie Maeght.[4]


Franco, por decreto de 1 de abril, con ocasión del Día de la Victo­ria, concede a Joan Miró la Gran Cruz de la Orden Civil de Al­fonso X el Sabio.[5] Es una ocasión en que se condecora asimismo a decenas de intelectuales y artistas españoles y que pretende congraciar al régimen con la opinión pública internacional. Mi­ró, disgus­tado, no la recoge­rá y procurará silenciar la conde­cora­ción, que dentro de su círculo de amigos podría parecer una traición a su compromiso democrático.

Durante un viaje a París hacia abril Miró visita el taller de Charles Marcq donde admira los vitrales que realiza en colaboración con Chagall para la catedral de Metz y vuelve a pensar en trabajar este arte del color, que finalmente afrontará en los años 70.

Continúa su trabajo de grabador en los talleres de Mourlot y Lacourière y ahora también en el recién abierto por Maeght en Levallois, Imprimérie Arte, dirigido por Dutrou en solitario (hasta c. 1982), donde en los años siguientes se incorporan el cromista René Le Moigne, el litógrafo Gui Veliot y el maquetista Michel Otthofer (hasta su paso a la editorial Flammarion), que también colaboraran estrechamente con Miró desde 1964 en el grabado y la ilustración de libros. Miró estará siempre abierto a sus consejos técnicos, en un verdadero trabajo de equipo.
Michel Leiris escribe en su diario el 13 de abril de 1959 la idea de reunir en un libro, Roussel et quelques, una recopilación con algunos de sus escritos sobre Roussel, Duchamp, Erik Satie, Proust, Eluard, Picasso, Masson, Miró, Giacometti, Schönberg...[6]
Miró quiso acudir al vernissage, el 18 de marzo, de su segunda retrospectiva en el MoMA, pero tuvo que aplazar un mes su viaje porque su esposa tuvo problemas para conseguir el visado. Finalmente vue­la, acompañado por Pilar, a Nueva York, donde a partir del 21 de abril comienza su ter­cera estan­cia en EE UU, hasta el 29 de mayo.[7]
Se albergan en el Hotel Sherry Netherland (FifthAvenue con 59 Street) y en el Hotel Gladstone (114-122 East Fifty-second Street).[8]

Visita la exposi­ción en el MoMA, que luego pasará a Los Ánge­les, organizada por William S. Lie­berman con el apoyo de James Thrall Soby, autor del catálogo de 174 páginas,. La muestra alcanza un enor­me éxito. Hay 19 imágenes en: [https://www.moma.org/calendar/exhibitions/1933]
Contacta esos días con muchos artistas y visita los museos y las galerías, con la voluntad de empaparse de las novedades, así como tratar hábilmente con los coleccionistas, como le había escrito a Pierre Matisse: ‹‹I think I would also like to get to know the American painters; not only does American painting interest me very much, I also never want to take on that air of superiority that my European contemporaries take on when they visit America, far from it. (...) One must find a way to glide [to collectors] with the suppleness and elegance of a snake››.[9]
El 27 de abril se celebra una fiesta en honor de Miró, organizada por su galerista Pierre Matisse, con muchos invitados: Dorothy Miller, Armand y Celeste Bartos, James Johnson Sweeney, James Thrall Soby, Margaret Scolari y Alfred H. Barr Jr., William S. Lieberman, Clement Greenberg, Thomas Bouchard, I.M. Pei, Loren MacIver, Leo Castelli y Theodore Roszak.[10]


El pre­si­dente nor­tea­meri­cano Eisenhower le entrega el 18 de mayo de 1959 a Miró el premio Guggenheim, de 10.000 dólares, de 1958, que había ganado sobre una selección de 116 obras de artistas de 27 países, en una ceremonia en Nueva York, en presencia del embajador español, Areilza.[11]
Miró (1978) declara sobre un nuevo intento de acercamiento oficial: ‹‹(...) Re­cuerdo, por ejemplo, que cuando, en 1959, recibí el Gran Premio de la Fundación Guggenheim en la Casa Blanca y de manos del presidente Eisenhower, el conde de Motrico, allí presente, tra­tó de convencerme y ganarme. Yo lidié la situación como pude y me mantuve en mis trece.››[12]
Aparte del elevado importe del premio Guggenheim, este ha elevado inmediata y extraordi­nariamente su valoración económica, crítica y popular. Desde entonces concede varias entrevistas con interlocutores muy escogidos, como Saarinen o Taillandier en 1958, y en cambio rechazaba conceder­ entrevistas a la prensa mallorquina, aunque tanto como el desdén a quienes tanta desafección le habían mostrado también debía influir en ello su tendencia natural, pues como Sweeney explica, es legen­daria la dis­cre­ción de Miró, la dificultad de sa­carle pala­bras[13], en las que transmite una imagen de artista constantemente innovador.


Pocos días después, la periodista Aline B. Saarinen le entrevista en la galería Pierre Matisse, considerándole, a sus 66 años, tras Picasso, el más importante artista vivo; tras una cuidadosa des­crip­ción física de Miró (aunque no lo acompañe de una fotografía) y de su modestia, precisa que ha visitado galerías y asistido a reu­niones sociales, pese a su retraimiento social. Miró se explaya más fá­cil­mente en minucias que en grandes temas y explica que lo que más le ha gustado en este via­je de 1959 a EE UU es la juven­tud. ‹‹La juventud. Sientes la ruptura, el interés, la excita­ción, la actividad en arte. También en España con la joven ge­neración. Después de la guerra, por un tiempo, parecían comple­tamente planos. Ahora están alerta y vivos, aun­que con menos libertad de expresión allí que aquí››. Saarinen le pregunta sobre El segador (1937) y Miró se atreve a manifestar, aprovechando que está en ‘EE UU: ‹‹Por supuesto lo hice como una protesta. El cam­pesino catalán es un símbolo de lo fuerte, de lo independiente, de lo re­sis­tente. La hoz no es un símbolo comunista. Es el sím­bolo del campesino, el instrumento de su trabajo y, cuando su liber­tad está amenazada, su arma››. Miró explica luego que la eje­cución de sus obras puede ser muy rápida, pero su diseño muy largo y que la mayor parte de su tiempo actual está dedicado al gra­bado y la cerámica, por­que cree que estas artes­ son parte de su preparación artís­tica, como escuchar música o mirar el puer­to de Palma, el vuelo de los pájaros o la noche estrellada, y manifiesta que pronto volverá a la pintu­ra.[14]

Miró. Pintura mural del Harvard Graduate Center. [https://successiomiro.com/catalogue/object/1494]

Hacia el 21-22 de mayo viaja a Boston y Filadelfia.[15] Visita la Harvard University para contemplar su Pintura mural y, preocupado por su estado de conservación, propone que sea reemplazado por una versión cerámica.
Finalmente, el 29 de mayo embar­ca en el barco Liberté de vuelta a Bar­celo­na.[16]


Villèlia.

En Barcelona pasa parte del mes de junio y visita la exposición en el Museo Municipal de Mata­ró de 22 escultu­ras móviles de Moisès Villèlia; le acompañan en su visita Sweeney, Pierre Matisse, Dupin y Frank O’Hara[17], y algunos compran obras suyas[18]
No está confirmado que pase entonces por Mallorca pero sí que vive en Mon­t-roig a mediados de junio y en agosto-octu­bre, hasta que vuelve a Palma en octubre. En Mon­t-roig trabaja mucho ese verano y conoce la muerte el 18 de septiembre de unos de sus grandes amigos de París, el poeta Ben­jamin Péret.


Benjamin Péret (1899-1959).

En octubre, se selecciona como tema artístico y poético de una gran exposición de flores Le jardin de Miró de Prévert, en *<Exposition des Chrysanthèmes>. París. Porte d’Auteil (23 octubre-2 noviembre 1959).[19]


Yvon Taillandier (1926-2018), en 1995. En una visita a la FPJM para dar una conferencia el 22 de enero de 2009, incidió en la visión de un Miró casi mágico, que se inspira en Klee para suprimir el horizonte, y es un maestro del negro y del contraste. En una inmediatamente posterior conversación privada conmigo todavía recordaba muy bien la entrevista de 1958, enfatizó la timidez y amabilidad de Miró, y se ofreció para mostrarme en París sus apuntes de entonces, más extensos que los publicados. No pudo ser.

En noviembre de 1958 concede su pri­mera entre­vista a Yvon Tai­llan­dier, aunque sus declaraciones aparecerán en 1959, corre­gi­das para presentarlas como un monólogo, Miró: Je travaille comme un jardinier...[20]; será uno de los aldabonazos más exitosos en la construcción del mito de Miró y durante una decena de años la mayoría de los articulistas y entrevistadores (como Dora Vallier) se referirán a esta fuente esencial para el conocimiento del artista, pues repasa las características de su método de trabajo en los últimos años, y destaca su minuciosa descripción de los variados estímulos que le inspiran, de los pasos que da en la elaboración de los cuadros, las pequeñas referencias a las otras artes (grabado, cerámica), su deseo de que su obra se funda con un arte popular y anónimo, su defensa del trabajo colectivo interdisciplinar (concretamente en grabado y cerámica), etc.

NOTAS.
[1] ‹‹El 21 de juny de 1959 Galinsoga insultava els catalans en una missa de diumenge protestant perquè el sermó es feia en català i, el 5 de febrer de 1960 era destituït després de més de vint anys com a director, a causa d’una campanya catalanista que havia provocat un descens seriós de vendes del diari.›› [Huertas, Josep M. “La Vanguardia, el diari més llegit. 31-35. cit. 35. en Dossier: La premsa diària a Catalunya al segle XX (1900-1966). “L’Avenç”, 18 (VIII-1979).] También en Julián; Tàpies. Diálogo sobre arte, cultura y sociedad.1977: 72, 86.
[2] En la carta El Paso 10 (IV-1959), el grupo explica su paso por Barcelona y cuenta: ‹‹Anotemos especialmente la presencia entrañable de Joan Miró en el día de la inauguración››. También se informa en Javier Tusell. *<En el tiempo de El Paso>. Madrid. Centro Cultural de la Villa (14 febrero-7 abril 2002): 33. En la p. 36 hay una fotografía de Miró junto a Canogar, Saura y Millares, en la Sala Gaspar. Feito no viajó a Barcelona. [https://www.macba.cat/es/aprendre-investigar/arxiu/canogar-feito-millares-saura-sala-gaspar-consejo-ciento-323-barcelona-10]
[3] “J.B.A.” Sant Lluc y nuestros artistas. “Revista” (30-V-1959). FPJM, v. VIII, p. 83. Con dos imágenes de Miró, que denomina carteles. / Anónimo. Más ricos que nuestros museos. “Destino” (30-V-1959). FPJM, v. VIII, p. 83. Sugiere que había dos pinturas de Miró en la col. del Cercle, mientras que el Museo de Arte Moderno de la ciudad sólo tenía una. / Calvo Serraller­. Es­paña. Medio siglo de arte de van­guardia. 1939-1985. 1985. v. I: 471.
[4] *<De lécriture à la peinture>. Saint-Paul-de-Vence. Fondation Maeght (2004): 252.
[5] “D.”. De Arte. Alta distinción al pintor Juan Miró. “Reus”, Reus, nº 373 (6-VI-1959) 12. Col. FPJM, v. VIII, p. 87. La concesión de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio. Confirmado en Boletín Oficial del Estado.
[6] Leiris. Journal 1922-19891992: 535.
[7] Carta de Miró a Pierre Matisse. Palma (30-III-1959). [Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MOMA (1993-1994): 341.] / Carta de Miró a Joan Prats. Palma (20-III-1959) FJM. Confirma que marchará el 21 de mayo.
[8] Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MOMA (1993-1994): 341.
[9] Carta de Miró a Pierre Matisse (14-IV-1959) PMGA, B19, F1. cit. Coyle. The Monsters in America: The Presentation and Reception of Mirós Sculpture in The United States. <The Shape of ColorJoan Mirós Painted Sculpture>. WashingtonCorcoran Gallery (2002-2003): 77 y 86. Matisse siguió el juego, pues le regaló a Miró una serpiente, que Miró le agradeció en una carta a Patricia Matisse (11-II-1967) PMGA, B19, F1. ‹‹Thank you for the beautiful snake, its colors and the movements it makes as it glides give me ideas››.
[10] Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MOMA (1993-1994): 341, según Archivos de Pierre Matisse Gallery. La lista figura en el orden reproducido.
[11] El viernes 14 de mayo de 1959 se inauguró en Nueva York la fiesta espa­ñola en la Exposi­ción Universal. Dentro de los actos tuvo especial relevancia la entrega a Miró del premio Guggen­heim. En el acto de entrega el 18 de mayo, en el despacho del Presidente Eisenhower en la Casa Blanca, estaba el em­ba­ja­dor español en Was­hington, José María de Areilza, conde de Mo­tri­co. [Anónimo. El pintor Joan Miró recibe el premio Guggenheim de manos de Eisenhower. La Van­guardia” (19-V-1959). FPJM, v. VIII, p. 59.] Hay numerosas notas similares y e fechas cercanas en pp. 58-59, 78-80, de “The New York Times”, “New York Herald Tribune”, “Baleares”, “Diario de Mallorca”, “Diario de Barcelona”, “La Vanguardia”, “Combat”, “Sud-Ouest” de Burdeos, etc. José María de Areilza se refiere a la emoción del presidente norteamericano al entregarlo, en su libro de memorias Así los he visto (1974): p. 264.
[12] Amón. Entrevista a Miró. “El País” (4-V-1978).
[13] Swee­ney, J. J. Perspectives on Reality. “New Yor Times” (24-I-1960). Reseña del libro de Walter Erben, Joan Miró. Ed. George Brazi­ller. Nueva York. 1959. 159 p. tra­ducido al inglés por Michael Bullock
[14] Saarinen, Aline B. A talk with Miró about his art. “The New York Times” (24-V-1959).
 [15] Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MOMA (1993-1994): 341.
 [16] Carta de Miró a Pierre Matisse. Palma (30-III-1959). El 21 de abril volará de Barcelona a Nueva York y el 29 de mayo volverá a Barcelona. / Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MOMA (1993-1994): 341, data la carta el 30-III para la salida y el 6-III para el regreso, pero hay una carta de Pierre Matisse a Miró. Nueva York (18-III-1959). FPJM, v. VIII, p. 43, en la que pide la fecha exacta de la llegada de Miró en avión, lo que dificulta que se supiera el 6-III.
[17] El poeta Frank O’Hara fue conservador de pintura del MoMA desde 1959 hasta su muerte, atropellado por un jeep en East Hampton en 1966, cuando estaba preparando una retrospectiva de Pollock. Era amigo de los artistas de la Escuela de Nueva York y comisario de la exposición de la vanguardia española de 1960 que mostró en el MoMA a Tàpies, Saura, Millares... [Rose, Barbara. El MoMA vuelve a brillar. “Descubrir el Arte”, año 6, nº 69 (XI-2004) 44-50, cit. 50.]
En su visita a España le acompañaba [Lucas, Antonio. Entrevista. John Ashbery. Gurú de la modernidad. “Mi obra se sostiene en la improvisación”. “El Mundo. El Día de Baleares” (31-XII-2006) 94-95. Ashbery cuenta en la p. 94 su viaje por Madrid, Barcelona, Toledo y San Sebastián.] el poeta John Ashbery, que entonces se dedicaba a la crítica de arte en París, por lo que posiblemente también vio la exposición y a Miró, sobre quien escribió poco después unos textos [Ashbery. París notes. “Art inter­national Magazine”, v. 5, nº 5-6 (junio-agosto 1961) 42, 92. / Ashbery. París summer notes. “Art international Magazine”, v. 5, nº 8 (20-X-1961) 89.]
[18] Calvo Serraller­. Es­paña. Medio siglo de arte de van­guardia. 1939-1985. 1985. v. I: 470. / Ferrier. El arte del siglo XX. III. 1940-1959. 1993: 720.
[19] Joffet, Robert. La Ville de Paris présente l’Exposition des Chrysanthèmes de la Porte d’Auteil. Folleto (X-1959). FPJM, v. VIII, p. 90.
[20] Taillandier. Miró: Je tra­vai­lle comme un jardinier... Propos recuei­llis par Yvon Tallandier. “XX Siècle” 1 (16-II-1959) 4-6, 15. 

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