lunes, febrero 02, 2015

El marchante francés Aimé Maeght (1906-1982) y su relación con Joan Miró.

El marchante francés Aimé Maeght (1906-1982) y su relación con Joan Miró.


Aimé y Marguerite Maeght.

Aimé Maeght (Hazebrouck, Flandes, 27-IV-1906-París, 5-IX-1981). Marchante francés. Huérfano de padre por la guerra, su familia fue evacuada al sur, en Lasalle (Gard) en 1914. Recibió instrucción profesional como impresor y en especial dibujante litógrafo (lo que explica su pasión por la litografía) en la Escuela de Bellas Artes de Nimes y después trabajó en la pequeña imprenta de publicidad Robaye de Cannes, que hacía también litografías.
Se casó en 1928 con Marguerite Devaye (Cannes, 1909 a 31-VII-1977), conocida como “Guiguitte”, su mejor colaboradora como administradora del negocio, hija de una familia de pintores y marchantes que le ayudó decisivamente en sus inicios. Se aupó como empresario desde una humilde tienda de electrodomésticos en la que vendían aparatos de radio Clarville, en la rue des Belges, de Cannes, donde en 1932 (Maeght ocultaba este humilde inicio, por lo que sus declaraciones al respecto son contradictorias) un cliente, el famoso artista Francis Picabia, le convenció para exponer en las paredes unos cuadros, al principio para decoración, pero Maeght comprobó que se vendían mejor que las radios, por lo que el 1937 abrió la Galerie Arte en el 10 de la rue des Belges en Cannes, el precedente de la futura galería Maeght.
Sufre, aprende y crece durante sus difíciles comienzos en Cannes, a medias entre el comercio de alimentos y obras de arte de sus amigos Bonnard, Braque..., con unas pequeñas exposiciones como la de las obras decorativas de René Drouin, y la publicación de sus primeros libros ilustrados, Cahiers de Braque y Bestiaire de André Chastel. En la II Guerra Mundial participa en la Resistencia intercalando mensajes crípticos en sus publicaciones.[1] El gran salto financiero lo dio al hacer una fortuna con el comercio de alimentos durante la II Guerra Mundial en la zona de Provenza.
Más tarde, sus vecinos Bonnard y Henri Matisse le impulsaron a dedicarse exclusivamente al oficio de marchante y se estableció en octubre de 1945 en París, donde compró la galería de André Schoeller en la Rue Téhéran, en la orilla derecha de París. 
La redenominó Galerie Maeght y se estrenó con una individual de Matisse y desde entonces actuó como un mega-marchante, con dinero, contactos y, sobre todo, la ambición de un gran proyecto, como ejemplifica su promoción de revistas como “Derrière le Miroir” (diciembre 1946-junio 1982), o, la última, “Chroniques de l’Art Vivant” (1968-1975), dirigida por Jean Clair. Reunió en su entorno para sus proyectos a numerosos intelectuales, como Jean Genet y Sartre en los años 50, Bachelard, Foucault y Derrida en los 60, Italo Calvino, Paul Auster o Alain Robbe-Grillet en los 70.

Aimé Maeght, dotado de unos recursos financieros más holgados que sus competidores y del apoyo de su esposa Margue­rit­e y de un experto como Louis Clayeux, lanza una galería, una editorial y un taller de obra gráfi­ca en París, y la revista-catálogo “Derrière le miroir” [Le noir est un couleur, nº 1 (XII-1946), distribuido en 1947)­]. Se inicia el 6 de diciembre de 1945 en París con una ex­posición de Henri Matisse —con fotografías de su proceso de creación; Maeght contó con el apoyo de Pierre Matisse, primero desde Nueva York y luego durante una visita de éste a París, lo que no impidió que quejase en una carta a su padre de que el espacio era demasiado ostentoso—, al que siguen Geer Van Velde, Dany, Marchand, Chastel, Pallut, y figuras tan importantes como­ Arp, Bonnard, Braque, Calder, Chagall, Derain, Giacometti, Kandinsky, Léger, Lipchitz, Matisse, Bram van Velde... y los españoles Miró, Chillida y Tàpies.
Con el tiempo se expandirá a gale­rías en Tokio, Nue­va York, Zúrich, Barce­lona, más la Fondation Maeght en Saint-Paul. Promocionará las revistas “Derrière le Miroir” (diciembre 1946-junio 1982) y “Chroniques de l’Art Vivant” (1968-1975), dirigida por Jean Clair. Reunirá en su entorno para sus proyectos a numerosos intelectuales, como Jean Genet y Sartre en los años 50, Bachelard, Foucault y Derrida en los 60, Italo Calvino, Paul Auster o Alain Robbe-Grillet en los 70.

Conoció la obra de Miró pronto, en el Pabellón de la República española en 1937, y mucho después, en los inicios de 1948, Tzara les presenta.[1] El artista había quedado muy contento del eco que había levantado su participación en la antológica­ surrea­lista ­de la Galerie Maeght. Dupin informa sobre la participación de Miró en esta exposición:
‹‹Dos años después [1947], André Breton y Marcel Duchamp organiza­ban, en la Galerie Maeght, la Exposición Internacional del Su­rrealismo. Un espacio restringido, una galería privada, lugar poco propicio para reanimar la llama, reunir a los adeptos y atraer a los curiosos. Un ritual ocultista, altares, tumbas. Y discretamente, en la escalera, una pintura sobre tejido de Miró, despliegue de una es­trecha banda de miroglifos en liber­tad, pero sin que ningún desnudo bajara a su encuentro. Miró participó pero, como siempre, guardando las distancias, alejado de ritos y ceremonias.››[2]
Miró y Maeght mantendrán una larga y profunda amistad, con numerosas visitas a sus respectivos domicilios. La primera documentada es una estancia de Miró desde el 3 de marzo de 1948 en la casa de Maeght en Golfe-Juan (Antibes), en octubre llegan a un preacuerdo de representación y el 22-24 de diciem­bre de ese mismo año, Maeght y Pierre Matisse le visi­tan en Bar­celona y consoli­dan el doble y definitivo acuerdo comer­cial que manten­drán con Miró, quedando Europa para el primero y América para el segundo.[3]
En febrero confirman el acuerdo para celebrar una gran exposición individual en junio (finalmente se celebrará en noviembre) de ese año, como Miró le informa a Matisse.[4] Tzara también escribirá el texto para el catálogo de la primera exposición de Miró en la Galerie Maeght en 1948. Dupin (1993) explica la importancia de esta primera individual y el afecto con que sus viejos amigos le acogen:
‹‹Gracias a Tzara, en 1948 expuso solo en la misma Galerie Maeght. La galería donde, en adelante, serán mostrados sus más recientes trabajos, donde se editará la mayor parte de las es­culturas, grabados y litograflas que realice. El conjunto de pinturas y cerámicas presentado en 1948 marca su verdadera rea­parición en la escena parisién, Miró está presente, todos sus amigos estan allí para festejar su retorno. Y, esta vez, acude también el gran público. (...) En el mismo nú­mero de “Derrière le miroir”, que celebra el regreso de Miró a París, y para el que el pintor había ido por primera vez a ta­ller de Mourlot a ejecutar las litografías en color, la poesía, la crítica, los museos y las galerías delegaron al mejor de los suyos para acoger y situar la obra en su justo lugar, entre las primeras. Entre los testimonios de Jean Cassou, de Christian Zervos, de D. H. Kahnweiler, de Paul Éluard, de Raymond Queneau, de Tristan Tzara, etc., el de Maurice Raynal resulta particu­lar­mente conmovedor por hacer eco del prefacio escrito en 1921 con motivo de la primera exposición de Miró en París, en la Galerie La Licorne.››[5]
El éxito de la muestra lleva a que en 1948-1950 se configure progresivamente ­un acuerdo ­a tres bandas entre Miró, Matisse y Maeght para darle a éste la ex­clu­sividad europea de ­­­la obra de Miró.

La voracidad de Maeght se desató en esa época, yendo a por todos los artistas de renombre que se ponían a tiro. Pactó la exclusiva europea de Braque (desde 1946 hasta su muerte en 1963), Dubuffet (desde 1952), Chagall (desde 1954), Giacometti (desde 1950 a 1964), Léger, Calder, Kandinsky…
Maeght alcanzó un éxito enorme en poco tiempo. Fue junto con el mismo Pierre Matisse, Ambrose Vollard, Paul Rosenberg, Georges Wildenstein y Kahnweiler, uno de los grandes marchantes del siglo XX y tal vez el más importante de los años 50 y 60 antes de la consolidación de la Marlborough Gallery.
Maeght mantenía con sus artistas una rela­ción basada en la mutua confianza y en darles bastante libertad, aunque estableciendo dos categorías: una primera formado por un restringido grupo, los más importantes, atados con un férreo contrato, pero con suficiente flexibilidad en la práctica para no herir su orgullo; una segunda compuesta por los más numerosos, a quienes daba una cierta libertad comercial, sin exigir el monopolio de su producción, pues prefería reservar­se el derecho a la primera elección, comprando ciertas obras y dejarles la libre disposi­ción de las otras, lo que permitía al artista sentirse más autónomo­. Además, nunca imponía límites a la obra en género, tamaño o tema. Pero lo más importante es que anudaba y mantenía una relación privilegiada de amistad con sus artistas: Miró le dio siempre su plena confianza; Henri Matisse hizo numerosos retratos de su esposa Marguerite; Bonnard, el primero en tratarle, ya en 1932, le quería como a un hijo; Braque era como de la familia; la elegante Nina, la viuda de Kandinsky, se dejaba llevar por él de compras a los grandes modistos y así se decidía a vender las obras de su marido que atesoraba.[6] Y con los años y el éxito no se endiosó, como tantos otros, si creemos a Chillida, que trató estrechamente a Aimé Maeght desde 1948 hasta su muerte en 1976, y explica a Spinner: ‹‹Mejoró mucho con la edad, se volvió más humano, más amable, mucho mejor.››[7]
Formó también un equipo de excelentes colaboradores, como Jacques Kober (un poeta amigo de Breton, cofundador de la colección Derrière le Miroir” y colaborador en la organización de la exposición surrealista de 1947), en los primeros años en Cannes; más tarde, en París, Louis-Gabriel Clayeux (director de la galería desde 1950 a 1964), Daniel Lelong (que tras la muerte de Aimé será su gran sucesor en París como galerista de Miró y Tàpies), Jacques Dupin (el mayor experto mironiano), Marguerite Benhoura o Jean-Louis Prat (director de la Fondation Maeght en Saint-Paul-de-Vence desde 1970). Muchos eran jóvenes poetas como Kober, Dupin y numerosos colaboradores puntuales, que facilitan su idea de unir arte y poesía, con frases o lemas impactantes tales como Pierre de feu, Les Mains merveillées, Derrière le Miroir... que tendrán gran éxito entre la crítica y el público más afines con el surrealismo, al que cultiva desde 1947, cimentando de paso el éxito de su galería. Por otra parte, Maeght era muy consciente de que tras la II Guerra Mundial la sociedad y el mercado del arte habían cambiado profundamente y se adaptó con éxito, no sólo creando una organización empresarial muy eficiente, sino además adoptando una parafernalia adecuada: en estos años se comportará con la prepotencia de un nuevo rico. Su mansión, la lujosa Colombe d’Or en Saint-Paul-de-Vence, disfrutaba de los mejores cocineros y la embellecía un enorme y ecléctico jardín, cuidado por un famoso jardinero, donde celebraba fastuosas fiestas para la gran sociedad de la Costa Azul, donde residían o descansaban sus clientes favoritos.
Su voluntad no era sólo e inmediatamente comer­cial, sino que también trabajaba a largo plazo, con objetivos didác­ti­cos y de búsqueda de renombre, lo que explica que la galería de París, desde el principio, realizase una gran labor editorial y de producción de arte gráfi­co, del que era realmente un gran entendido por su buena formación técnica; que en julio de 1947 montase la exposición uni­versal del su­rrealismo, y del 29 de abril al 7 de junio de 1949 las dos expo­siciones consagradas a los maestros mundiales del arte abs­trac­to, organizadas por Andry Farey (conservador del Museo de Gre­noble), que fueron en definitiva los aldabonazos que cimentaron su pretigio y éxito en los años 50, cuando participó muy activamente en las Bienales de Venecia. Prueba de ello, es que cuando contrataron a Miró, Marguerite Maeght pensaba al principio que jamás venderían un cuadro, pero Aimé consideraba que merecía la pena por su prestigio.[8] En suma, mientras Pierre Matisse de quejaba a veces de tener que vender las cerámicas y los grabados, Maeght estaba siempre bien dispuesto a afrontar este reto.
Con el tiempo, Maeght se convirtió en un mito dentro del gremio, exagerado como casi todos. Por ejemplo, Martí Font escribe sobre su importancia para conseguir el éxito de sus artistas:
‹‹Nombres como Joan Miró o Antoni Tàpies le debían su fama al brillante galerista André [sic] Maeght, uno de los grandes del siglo, un hábil propagandista que colocaba a sus artistas en lo más alto del mercado, consiguiendo que escribieran sobre ellos los críticos más respetados y que exhibieran sus obras los museos de referencia. A cambio, Maeght se quedaba, en ocasiones, hasta con el 90% del precio de venta de los cuadros; si bien, dadas las cifras absolutas de recaudación, al artista le salía a cuenta.››[9]

Los matrimonios Maeght y Miró desarrollaron una buena amistad, especialmente sus esposas. Los Miró sentirán profundamente la muerte en 1953 de un hijo de Maeght. Algunas veces viajaron en coche por Italia, visitando las ciudades y museos que tanto encantaron al artista, sin las molestias de los aviones que tanto les incomodaban. En los años siguientes Miró se hará muy amigo de los miembros del equipo Maeght, especialmente de Dupin y Clayeux. Durante el resto de su vida Maeght y Miró colaborarán de varios modos: en las múltiples expo­siciones que le organizó en París y Saint-Paul; en las numerosas series de litografías y grabados que se hicieron, y que difundieron la obra de Miró entre un público más amplio; en las ediciones Maeght de libros de arte, e ilustran­do sus revistas “Derrière le miroir” y “Pierre au feu” con obra gráfica que acompañaba textos de poetas como Queneau, Prévert y Desnos; en el Laberynthe escultórico de Saint-Paul, así como en otras artes, como la cerámica y la vidriera. Además Miró fue un buen consejero: le influyó para apoyar a Giacometti, Tàpies, Chillida y otros artistas; finalmente, en 1974, poco después de recibir en Saint-Paul la visita de Miró y por consejo de éste, Maeght se decidió a abrir su galería en Barcelona, en la calle Montcada. Por contra, Miró tenía bastantes dudas sobre el gusto estético de Maeght aunque (como todos) respetaba su buen hacer comercial.
Ya consagrado, realizó su gran proyecto personal, la Fondation Maeght en Saint-Paul-de-Vence (1964), que reunió su extraordinaria colección de sus artistas.



Fondation Maeght en Saint-Paul-de-Vence.

Se expandió en sus años finales con nuevas galerías en Zúrich (1970) y Barcelona (1974), pero al mismo tiempo comenzaba a sufrir graves problemas financieros, lo que explica la extinción de algunos de sus proyectos editoriales en 1975 o las grandes deudas que acumuló con sus artistas.
A su muerte le sustituyó su hijo Adrien (Cannes, 1930), que había iniciado su colaboración en las ediciones de la galería ya en 1947, pero que había abierto su propia Galerie Adrien Maeght en 1956 para dedicarse a los jóvenes artistas, apoyado por su esposa y más tarde por su hijo Jules y sus hijas Florence, Isabelle y Yoyo, pero las dificultades de llevar a la vez dos galerías y la falta de liquidez a la muerte de su padre, hicieron que pronto se separasen Lelong, Dupin y muchos de sus colaboradores, con lo que la Galerie Maeght entró en crisis y la abandonaron muchos artistas, incluido Miró. Adrien Maeght preside ahora la Fondation Maeght de Saint-Paul-de-Vence.
En los últimos años, la Galerie Maeght y su editorial han revivido, dirigidas por la hija mayor, Isabelle Maeght (1955), escritora, marchante y administradora de la Fondation Maeght, y la segunda hija, la magistrada Yoyo Maeght (París, 14-I-1959). Su nueva sede es el 42 de la rue du Bac (entre el Boulevard Raspail y el Quai Voltaire, muy cerca del Louvre y el Musée d’Orsay), y mantiene la sucursal de Barcelona, en la calle Montcada 25, dirigida por Jules (conocido familiarmente como Julien) Maeght, que también es impresor.
La Fondation Maeght conserva una amplia colección de mirós: 8 pinturas, 140 esculturas (gran parte expuestas en el Laberinto exterior), 75 dibujos, un centenar de collages y maquetas, y un millar de litografías y grabados. En comparación, de Giacometti solo cuenta con 35 esculturas (obras maestras, no obstante) y 25 dibujos.


Fuentes.
Internet.

Exposiciones.
*<L’univers d’Aimé et Marguerite Maeght>. Saint-Paul-de-Vence. Fondation Maeght (3 julio-3 octubre 1982) con textos de André Chastel (prefacio, 21-33), G. Lascaux, J. Clair, C. Esteban, e información sobre exposiciones, “Derrière le Miroir”, etc.
*<A proximité des poètes et des peintres. Quarante ans dédition Maeght>. Tours. Centre de Création Contemporaine (1986). Cat.
*<Vision nouvelle dune collection>. Saint-Paul-de-Vence. Fondation Maeght (1 julio-12 noviembre 1999). Cat. Textos de Jean-Louis Prat. À propos d’une collection (7-10) y sobre los artistas. 213 pp.
*<De lécriture à la peinture>. Saint-Paul-de-Vence. Fondation Maeght (4 julio-14 noviembre 2004). Cat. Textos de François Chapon, Jean-Louis Prat. Resumen biográfico en 281-282.
*<Aimé Maeght. Dialogue avec le siècle, 1906-1981>. Saint-Paul-de-Vence. Fondation Maeght (16 diciembre 2006-11 marzo 2007).
*<Behind the Mirror. Aimé Maeght and His Artists>. Londres. Royal Academy of Arts (4 octubre 2008-2 enero 2009). Obras de Bonnard y Matisse (pp. 50-61), Miró y Calder (64-95), Braque y Giacometti (98-133), de col. privadas de familia Maeght y Fondation Maeght. Comisarias: Ann Dumas e Isabelle Maeght. Cat. Textos de Nicholas Watkins. Aimé Maeght and His Artists (13-31). Conversación de Ann Dumas; Isabelle Maeght; Yoyo Maeght. ‘Let the stone make fire’ (33-51). N. Watkins. Bonnard and Matisse (50-51). N. Watkins. Miró and Calder (64-66). N. Watkins. Braque and Giacometti (98-101). N. Watkins. Éditions Maeght (136-140). 176 pp.

*<Universo Maeght>. Hernani. Chillida Leku (2 diciembre 2023-14 abril 2024). Homenaje al marchante de Chillida, Aimé Maeght, con obras de Chillida, Braque, Calder, Giacometti, Julio González, Barbara Hepworth, Léger, Miró, Palazuelo... Comisaria: Mireia Massagué. Reseña de García, Á. Chillida se reencuentra con sus amigos artistas. “El País” (2-XII-2023).

 

Libros.
Chapon. Le peintre et le livre. L’âge d’or du libre illustré en France 1870-1970. 1987: 169-202, 290-292.
Maeght, Isabelle; Maeght, Yoyo; Maubert, Franck. Maeght, l’aventure de l’art vivantEd. La Martinière. París. 2006. 310 pp. Versión en inglés The Maeght Family: A Passion for Collecting Modern ArtHarry N. Abrams. Nueva York. 2006. 304 pp. Biografía de Aimé Maeght y su familia, por dos de sus nietas.
Maeght, Yoyo. La Fondation Marguerite et Aimé Maeght. L’art et la vie. Gallimard/Fondation Maeght. París. 2010. 23 pp. más láms.
Nahon, Pierre. Les Marchands d’art en France. Éditions de la Diffñerence. París. 1998: 186-195.
Russell. Matisse, Father & Son. 1999: una visión crítica en 268-270, y 287-288.
Vedrenne, Elisabeth; Cabanne, Pierre; Garcias, Jean Claude. La Fondation Maeght. Separata de “Beaux Arts Magazine”. 1993. 57 pp. Vedrenne. L’aventure d’Aimé et Marguerite Maeght (6-27); Cabanne. La Fondation Maeght; pour l’amour de l’art (28-47); Garcias. Un rêve moderne en Provence (48-55).
Wilson, Sarah. Paris Post-War. In Search of the Absolute. Londres. 1993: 25-52, sobre ediciones de Maeght en 30-31.

Entrevistas.
Dicenta, Alfonso. Entrevista a Aimé Maeght. “Joan Miró es el creador integral”. “Última Hora” (5-IX-1978) 7. FPJM H-4251.
Redacción. Entrevista a Adrien Maght. I’m Provencal through and through“Financial Times” (6-XII-2006). Sobre su relación familiar y profesional con sus padres.
 
Artículos.
Boudaille, Georges. Marchands daujourdhui: 3. La rive droite. “Arts”, París (23-IX-1949).
Degand, Léon. La Galerie Maeght. “Architecture Aujourd’hui” (I-1958), Un temprano seguimiento biográfico-artístico.
Redacción. Obituario. Aimé Maeght. “Guadalimar”, 61 (X-1981) 55.
Dagen, Philippe. Aimé Maeght, l’ami des grands peintres, aurait eu 100 ans. “Le Monde”, suplemento cultural (26-XII-2006) 2.
Dagen, Philippe. Les tableaux et les archives d’un grand galeriste du XXe siècle. “Le Monde”, suplemento cultural (26-XII-2006) 3.

NOTAS.
[1] Dicenta, Alfonso. Entrevista. Aimé Maeght. ‘Joan Miró es el creador integral’. “Última Hora” (5-IX-1978) 7. FPJM H-4251.
[2] Dupin. Miró. 1993: 279.
[3] Carta de Pierre Matisse a Miró. (23-XI-1948). / Carta de Miró a Pierre Matisse. (3-XII-1948). [Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MoMA (1993-1994): 339, n. 734.]
[4] Carta de Miró a P. Matisse. París (21-II-1948). cit. Russell. Matisse, Father & Son. 1999 : 269.
[5] Dupin. Miró. 1993: 279-280.
[6] Ferrier. El arte del siglo XX. IV. 1960-1979. 1993: 784.
[7] Spinner, Hans. Entrevista con Eduardo Chillida y Pilar Belzunce, en Chillida, S. (ed.). Elogio del horizonte. Conversaciones con Eduardo Chillida. 2003: 101. El ceramista Hans Spinner trabajó en Vence para Maeght desde 1975, colaborando con Arroyo, Chillida, Miró y Tàpies entre otros. Actualmente trabaja en su taller de Grasse, a 30 km de Niza.
[8] Parmiggiani. L’angelo sulla spada di Miró. Conversazione con Valerio Adami. <Miró. Dalla figurazione al gesto. Opera grafica 1983-1993>. Reggio Emilia. Teatro Valli (1993): 33.
 [9] Martí Font, J.M. El negocio del arte. El arte no tiene precio. “El País”, Domingo (24-IX-2000): 7.

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